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Teoría economica ortodoxa en LatinoAmerica


Enviado por   •  8 de Junio de 2017  •  Documentos de Investigación  •  1.594 Palabras (7 Páginas)  •  180 Visitas

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La teoría económica ortodoxa, a veces denominada neoclásica, explica cada fenómeno económico en el mismo marco sencillo. Supone que todo lo que pasa en la vida humana es el resultado del esfuerzo de un individuo o individuos por maximizar su bienestar económico mediante el incremento de su renta o la reducción del coste de producción de algún bien que produce bienestar. Por eso no hay ninguna sorpresa en lo que han escrito los economistas de esta tendencia sobre la migración. Ven al migrante como un individuo que calcula cómo aumentar su renta a través de la emigración a un lugar donde tiene mayores probabilidades de ganar más o de obtener ingresos con más seguridad. Se crea así el supuesto de que los flujos migratorios van a ser siempre desde lugares pobres hacia lugares ricos. No admite otro motivo que el económico, no le interesan los elementos de obligatoriedad que puedan existir en las migraciones reales, ni en general le interesa el efecto de las leyes y políticas migratorias de los gobiernos. Este enfoque sobre la migración internacional no es más que una extensión de una literatura teórica, ahora muy amplia, sobre la migración interna (rural-urbana) en los países subdesarrollados (Todaro 1969). Aquí se encuentran teorías e hipó- tesis a las que más tarde se hará referencia para ver si son aplicables a la migración internacional. La hipótesis más popular utilizada en esos análisis afirma que la tasa de migración depende de la diferencia o la relación entre el sueldo real en el lugar de origen (normalmente el campo) y el sueldo real en el lugar de destino (la ciudad), ponderada por una estimación de la probabilidad de encontrar trabajo en el último. Uno de los economistas neoclásicos que más se ha preocupado por el tema de la migración internacional, George J. Borjas, ha publicado una reflexión general titulada “Economic theory and international migration” (“La teoría económica y la migración internacional”) en la que afirma que “todavía no existe una teoría única y unificada sobre la inmigración” (Borjas 1989, 457). Sin embargo, al intentar elaborar esa teoría, sólo llega a proposiciones bastante tautológicas (que él mismo admite), como afirmar que aumentará la migración de un país a otro de acuerdo a la diferencia entre los niveles salariales de ambos, el coste de la migración y la percepción que tenga el migrante de la mayor valoración de sus cualificaciones en el país de acogida. Aunque Borjas hace contribuciones interesantes a la interpretación de los hechos de la asimilación de los migrantes en los Estados Unidos, sus observaciones teóricas revelan la debilidad de la teoría neoclásica, que no va más allá de determinadas obviedades sobre el tema. Borjas no entra en el tema del grado de libertad de inmigración que justifica la teoría económica. b. La “nueva economía de la migración” Una serie de estudios sobre la emigración tanto interna como internacional han puesto de manifiesto que el emigrante individual pocas veces actúa únicamente por su propia cuenta. En buena medida, la decisión de emigrar se toma dentro de un grupo social más amplio, y, casi siempre, en el entorno de la familia (Stark 1992). Un emigrante, por lo tanto, puede hallarse bajo una fuerte relación de obligación con respecto a su familia. La familia puede financiar los costes de su marcha a cambio de la promesa de recibir una parte considerable de las eventuales ganancias financieras de la emigración. En la práctica, la emigración genera conflictos que reflejan ambos aspectos: la huida del entorno y el beneficio familiar. Es posible que los emigrantes quieran gastar una parte mayor de sus ingresos para ellos mismos, y que las familias tengan que luchar para imponer su autoridad a distancia. En estos casos, bastante frecuentes, el motivo de la marcha suele ser, en primera instancia, mejorar la situación de la familia en su propio entorno (en el campo si es emigrante interno, o en su país del Tercer Mundo si es emigrante internacional). Pero tampoco se excluye la posibilidad de una emigración de la familia entera. Esto puede producirse si la motivación de la emigración es suficiente para que toda la familia pueda estar en mejor situación económica marchándose a la ciudad o a un país desarrollado. Sin embargo, aun cuando no se produzca el traslado, su mera posibilidad puede ser una forma de imponer la disciplina familiar sobre el emigrante. Éste sabe, por ejemplo, que si no envía las remesas esperadas por la familia, está bajo la amenaza de que ésta se presente en su casa. Las remesas se convierten así en una especie de pago del emigrante por la no presencia de su familia. Hay que hacer notar, a este respecto, que las leyes de inmigración de los países desarrollados apoyan en general estas obligaciones hacia la familia, dado que facilitan relativamente la entrada de miembros de la familia de los residentes legales (ver capítulo IV). Los elementos de comunidades más amplias que la familia también están en la base de algunas de las razones que alientan o restringen la emigración. En primer lugar, para muchísimas personas, el mayor freno a la emigración lo supone el abandono de su propio entorno y comunidad social. Cuando no se encuentra en crisis absoluta, este apego constituye para muchas personas una fuerte razón para no emigrar. Sin embargo, cualquier entorno social tiene sus aspectos positivos y negativos, y éstos no serán iguales para todos. En la mayoría de las sociedades existen personas que quieren alejarse de las situaciones difíciles (incluyendo las que derivan de la represión) que viven en su comunidad. Esto se plantea sobre todo entre los jóvenes, aunque al mismo tiempo muchas veces solamente los hombres jóvenes tienen suficiente libertad para poder salir de su comunidad. Por lo tanto, para algunos emigrantes, la salida de su sociedad reviste un aspecto positivo. Y, para otros, constituye una manera de preservar o beneficiar a su comunidad. c. Mercados de trabajo complejos Un caso en el que se incluye la inmigración dentro de la teoría económica es en el de las nuevas teorías heterodoxas del mercado de trabajo. Se propone que el mercado de trabajo se entiende mejor (sobre todo en países desarrollados, especialmente en Estados Unidos) no como un mercado único sino como dos o más mercados. Un mercado en gran parte “interno” de las grandes compañías, donde la mayoría de los trabajos de alta cualificación y bien pagados se distribuyen sin competencia abierta con el mercado en general, y otro mercado “secundario” para trabajos peor pagados, menos estables y menos cualificados, que es un mercado regional, nacional o incluso internacional relativamente abierto. Se ha observado que los inmigrantes, junto con otros sectores relativamente discriminados de la sociedad, se encuentran en su gran mayoría en este mercado secundario. Según esta hipótesis, el posible efecto de la inmigración sobre la situación en el mercado de trabajo tendrá su efecto en primer lugar en este sector secundario del mercado de trabajo (Piore 1979). La institucionalización de este mercado de trabajo secundario resulta de varios factores inherentes en las economías industrializadas contemporáneas: la escasa oferta de jóvenes en el mercado laboral de trabajos mal pagados debido al declive en la tasa de natalidad, a la falta de motivación para hacer trabajos despreciados, la extensión de la educación y el deseo de parte tanto de empleadores como de Nacido en otra parte Migración y teorías 26 última corregida 16/6/04 17:46 Página 26 gobiernos de evitar un sistema general de inflación de sueldos que se produciría por el aumento del pago en trabajos mal remunerados con el objetivo de convencer a obreros nativos a hacerlos. Por lo tanto, según esta teoría, la demanda de una mano de obra muy barata en los países industrializados es más la causa de la inmigración que la oferta de mano de obra en los países pobres. La mayoría de los inmigrantes ocupan así espacios en este mercado secundario donde las condiciones de trabajo son precarias y los sueldos bajos. De este modo, toda una categoría de trabajos se consideran aptos solamente para extranjeros. Los sueldos, sin embargo, pueden ser todavía altos con relación a la renta en los países de origen de los inmigrantes (Piore 1979). Sin embargo, como se verá más adelante, esta idea puede corresponder a una imagen errónea del inmigrante como una persona de baja cualificación. De hecho, los inmigrantes suelen estar, en muchos sitios, más cualificados que la población nativa. Además, en Estados Unidos en concreto, hay mucha inmigración a mercados de trabajo comunitarios que se hallan completamente cerrados, dado que la mayoría de las empresas son familiares. Esto ha hecho que se añada a la teoría de múltiples mercados de trabajo la idea de enclaves en los que solamente trabajan inmigrantes prestando servicios a su propia comunidad emigrante (Portes y Manning 1986). Algunos afirman que lo que decide las características de la migración hoy no es la voluntad del migrante, ni la política de inmigración de los Estados, sino el patrón de cambio de la tecnología y la política de las empresas transnacionales. El caso de muchos migrantes cualificados coincide con un cambio de puesto de trabajo dentro de una compañía multinacional. Muchos migrantes provenientes de Hong Kong han aprovechado esta circunstancia como escapatoria, ya que un país como Gran Bretaña efectivamente permite que las transferencias de trabajadores dentro de estas compañías constituyan excepciones a las políticas generales de inmigración. SOPEMI (1994) ha calculado que, a mediados de la década de los 80, el 60% de los permisos de trabajo de largo plazo otorgados en Gran Bretaña correspondían a esta categoría (Findlay 1991, 8).

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