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Trabajo De Robet Boyle


Enviado por   •  24 de Junio de 2015  •  658 Palabras (3 Páginas)  •  173 Visitas

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Comarca del Jazmín” es una selección de cuentos, nueve en total, de los cuales el relato que lleva por nombre el libro es el más destacado. Publicado en 1945, nos muestra la mirada blanca y pura de un niño, Juanito, quien asombrado por su mundo busca en su interior palabras para descubrirlo, resultando un relato que roza lo poético. Muchos se han aventurado a declarar que el relato no es más que una memoria de la infancia de Castro, lo cual el autor nunca comentó. Esta forma de analizar una realidad brusca a través de la mirada inocente de un niño es lo que le da el tinte melancólico y creíble a la historia.

La historia se desenvuelve en un lugar que no es mencionado, pero que genera la idea de una villa en las periferias de alguna ciudad. Juanito, el protagonista, es un niño de cuatro años. Vive con su madre, su abuelo Baltasar y sus hermanas que asisten a la escuela. En ocasiones los acompaña su hermano Javier. Es este el mayor de los hermanos y el favorito de Juanito que vive viajando (según lo que sabe el niño), pero cuando vuelve a casa llena las habitaciones con sus historias, siendo estos días los más cálidos en la infancia de Juanito. Sobre su padre poco se sabe, sólo está el cambio de tema cada vez que Juanito interroga a su madre. Su casa es humilde, pequeña, en la cual el patio se convierte en un campo de batalla y las gallinas en soldados enemigos, los cuales ataca junto a su leal perro y comandante Otelo.

El relato, que llega a ser un hermoso verso por la delicadeza y la pureza de sus expresiones, es el primer tinte o ensayo que realizó Castro para poder llegar de mejor manera al corazón del lector, y esto lo consigue de forma excepcional. Tomando otras consideraciones, en sus últimas líneas hace hincapié en lo que podríamos llamar un final triste:

“El niño lucha un momento para no caer de nuevo en el carrusel violento de la fiebre. Abre mucho los ojos, aprieta los puños para sentirse el cuerpo. Enfrente de él hay un cuadro de marco dorado. Desde el fondo del marco sonríe, blanco, refulgente, el Ángel de la Guarda. Está inclinado, con sus dos alas muy abiertas -alas de viento-, sobre un pequeño que pugna por coger una flor a la orilla de un estanque. Juanito pide al ángel que aparte al despachero y a la silla rota. Y el ángel obedece. Poco a poco pliega sus alas, y en el cuadro se abre un gran ventanal pintado de sol. Toda la pieza desaparece y Juanito se va por aquella puerta pura de la pared. Cuatro días más tarde, cuando Juanito puede levantarse, algo ha quedado atrás. Tal vez el dominio milagroso de la infancia. Tal vez el zapatito conquistador del agua. Tal vez el pianito que sonaba en la fiesta del sueño. A Juanito le queda apenas entre los dedos una sedosa sensación. Una mariposa voló de sus manos. Allí está el polvo de sus alas. La vida tendrá ya otras puertas, el sueño otros caminos, el corazón otras campanas. Juanito convalece

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