URBANISMO
ferduartef9218 de Noviembre de 2013
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FACULTAD DE ARQUITECTURA Y URBANISMO – UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA
PROPUESTA PEDAGOGICA TALLER VERTICAL DE ARQUITECTURA Nº 6
GANDOLFI-OTTAVIANELLI-GENTILE
ÍNDICE
1. FUNDAMENTACION Y ENCUADRE DE LA PROPUESTA 2
1.1. LOS ESTUDIANTES Y LA UNIVERSIDAD 2
1.2. LA SITUACIÓN PRESENTE Y LA ARQUITECTURA 2
1.3. NUESTRO COMPROMISO CON LA FORMACIÓN 3
1.4. LA ARQUITECTURA COMO DISCIPLINA 3
1.5. MEMORIA, COMPROMISO Y TRANSFORMACION 4
1.6. LA ARQUITECTURA COMO PROFESIÓN 5
1.7. ORIENTACION DEL PROFESIONAL A FORMAR 5
1.8. PROCESO DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE EN EL TALLER VERTICAL 6
1.9. METODOLOGIA DEL PROCESO ENSEÑANZA-APRENDIZAJE 7
1.10. DESAFIOS METODOLOGICOS 7
2. OBJETIVOS GENERALES Y PARTICULARES POR NIVEL 8
2.1. OBJETIVOS GENERALES 8
2.2. OBJETIVOS PARTICULARES POR NIVEL 9
3. CONTENIDOS MINIMOS POR NIVEL 10
4. ACTIVIDADES PREVISTAS PARA EL CORRIENTE AÑO 12
5. MODALIDADES DE EVALUACION 16
6. BIBLIOGRAFIA 16
1. FUNDAMENTACION Y ENCUADRE DE LA PROPUESTA
1.1. LOS ESTUDIANTES Y LA UNIVERSIDAD
La Facultad de Arquitectura de La Plata recibe anualmente un significativo número de estudiantes provenientes de distintos puntos del país y la región, con formaciones y orientaciones disímiles. A pesar de que naturalmente poseen diferentes visiones y expectativas respecto a “la Arquitectura” y a ser “Arquitecto” mayoritariamente comparten la idea de aprender a proyectar adquiriendo conocimientos útiles a la sociedad y desarrollando su creatividad.
Al margen del breve Curso Introductorio que, desde la reinstauración democrática, se viene implementando , el conjunto de talleres que, de una u otra forma, interactúan en los primeros años de la Carrera enfrentan el múltiple compromiso de introducir mujeres y hombres en la vida universitaria, formar arquitectos y prepararlos para enfrentar una realidad –social y disciplinar- diversa, compleja y dinámica.
1.2. LA SITUACIÓN PRESENTE Y LA ARQUITECTURA
Un diagnóstico somero de esta realidad evidencia demandas o problemas que se presentan en el país, la región, la ciudad y la propia universidad: la obsolescencia de la infraestructura y el parque urbano edilicio; el uso irracional de los recursos energéticos, materiales y naturales; el déficit habitacional; la desigualdad social en el acceso a los bienes y servicios; la vulnerabilidad del legado histórico frente a las transformaciones que el capital produce en la ciudad y el territorio; los desequilibrios entre demandas y recursos y entre regiones; la dis-funcionalidad en la organización urbano territorial; la crisis de identidad espacial; etc.. Estos problemas podrían parecer de corte macroestructural y por fuera del alcance de los arquitectos, pero los condicionan exigiéndoles un compromiso para su reversión.
La Arquitectura junto al planeamiento se habían constituido en el ciclo moderno en la Argentina como aliados del modelo que, no exento de contradicciones y limitaciones, aspiraba a un desarrollo equilibrado en el territorio y en la sociedad.
La última dictadura militar quebró traumáticamente esta tendencia, imaginando en su lugar un modelo de exclusión y represión en el que la sociedad debía “merecer la ciudad”. En este contexto, la disciplina como promesa de futuro socialmente inclusivo ingresó por fuerza en un estado de hibernación. Emergieron entonces corrientes que habían tenido escaso desarrollo o al menos difusión durante el ciclo de modernización “hacia delante”. La reflexión al interior de la disciplina, su historia y sus instrumentos: la conciencia ambiental, la concepción de un planeamiento no tecnocrático, la valoración del patrimonio de bienes culturales; las intervenciones sobre edificios y lugares históricos; la aceptación de las más diversas expresiones culturales; el desarrollo de tecnologías blandas y el diseño sustentable, son algunas de las tendencias que se instalaron con fuerza en aquellos años, estimuladas por un clima internacional que las ponía como alternativas post al “viejo” paradigma de la Arquitectura Moderna.
Recuperada la democracia, estas tendencias que se habían desarrollado al margen de los ámbitos académicos, se integraron al trabajo de taller y a la temática de investigación en varias de nuestras universidades. Pero, antes de consolidarse como referentes disciplinares e ingresar al imaginario que la sociedad construye de respecto a los arquitectos, experimentaron la devaluación simbólica a que las sometió la larga década de modernización neoliberal. De la mano del clima “fin de las ideologías” se consolidó una visión negativa de estas tendencias (aprovechando cínicamente los frutos de ellas), a la par que se celebraba un profesionalismo exitista (y elitista) que, de la mano de la era de las nuevas tecnologías de la comunicación y la economía global, prometió arrasar con todas las diferencias culturales y la condición periférica, de cara a una sospechoso ingreso al “Primer Mundo”.
La situación actual -en la que tras la crisis de 2001 este desigualador modelo abrió expectativas de inclusividad- estimula el desarrollo de visiones alternativas al hegemónico profesionalismo aliado al modelo neoliberal y, en tal sentido, resulta propicio que la Universidad sea el ámbito para que se aquellas visiones alternativas se potencien en un medio cada vez más incierto.
1.3. NUESTRO COMPROMISO CON LA FORMACIÓN
En estas dos últimas décadas se ha promovido desde las Universidades nacionales la investigación científico-tecnológica y en este marco se han creado espacios específicos para su desarrollo, que tienen en el caso de nuestra Facultad sede en los Institutos, Centros y Laboratorios de Investigación. Nuestro equipo, que viene desarrollando actividades de investigación en el HiTePAC de la FAU y docencia en el campo de la historia de la arquitectura y de la ciudad, entiende que la reflexión teórica y crítica inherente a la investigación debe vincularse directamente con los problemas de formación profesional/disciplinar.
Las experiencias en la enseñanza de arquitectura en el grado por parte de cada uno de los integrantes de este equipo nos indujo a proponer una instancia de formación alternativa.
La participación en la formación de posgrado primero en la Carrera de Conservación del Patrimonio Urbano-Arquitectónico y Artístico y a partir del año 2010 en la Maestría en Conservación y Restauración del Patrimonio nos permite detectar la necesidad de incorporar desde el grado una orientación que contemple la instalación de esta problemática.
1.4. LA ARQUITECTURA COMO DISCIPLINA
La Arquitectura entendida como disciplina implica una actividad que comprende un conjunto de valores, principios y conocimientos específicos desarrollados a través de la práctica. Esta práctica (proyectual, constructiva, reflexiva) deviene en testimonios materiales y simbólicos que cada generación aporta al desarrollo de su sociedad y su cultura , proyectándose potencialmente como herencia para las generaciones venideras.
En este marco se define el máximo alcance de la Arquitectura, que se ha venido constituyendo desde la Antigüedad como una de las disciplinas que, a la par de brindar soporte material a las más diversas actividades sociales, busca respuesta para las grandes cuestiones de la condición humana, para sus grandes interrogantes, anhelos y deseos. Por cierto, la fuente etimológica del término Arquitectura aúna dos vocablos griegos, arché -que se puede entender como orden, principio, regla, origen- y tektónicos, que designa al oficio de hacedor, constructor o carpintero. Se ha señalado que, en su sentido original la arquitectura podría haber sido una actividad (la tektónica) que colocó sobre el mundo visible una serie de principios que reconstruyen materialmente el orden inicial perdido (el arché) .
La Arquitectura aparece ante la mirada de cada generación entre quienes se acercan a practicarla, como un denso e inmenso horizonte de posibilidades, compromiso, acción y realizaciones, no exento de incertidumbres.
Incertidumbres que tienen su base en la propia dinámica interna de la disciplina, la cual comparte las condiciones de la producción cultural. En ambos casos hay una producción emergente, otra dominante y una tercera residual. Es decir “ningún modo de producción y por lo tanto ningún orden social dominante y por lo tanto ninguna cultura dominante, verdaderamente incluye o agota toda la práctica humana, toda la energía humana y toda la intención humana” . Lo residual se define como una corriente del pasado que se halla todavía en actividad dentro del proceso cultural, lo emergente alude a los nuevos significados y valores, nuevas prácticas, nuevas relaciones y tipos de relaciones que se crean continuamente.
Esta dinámica constitutiva del ciclo de la Arquitectura Moderna se aceleró en las últimas décadas, generando un clima de inestabilidad e incertidumbre cultural en la llamada posmodernidad, en el cual los valores afirmativos de un grupo dominante pasaron pronto a constituir anatemas, en medio de conflictivas transiciones.
La descalificación intelectual y el no reconocimiento del otro aparecen como los emergentes más indeseados de esta batalla cultural, en la cual los nuevos medios de comunicación juegan un rol de catalizadores y aceleradores del proceso.
1.5. MEMORIA, COMPROMISO Y TRANSFORMACION
Se podría entender que los valores, principios y conocimientos propios de la disciplina están tensados en tres direcciones que los mantienen en un
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