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rago99913 de Diciembre de 2012

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Jiddu Krishnamurti en español

¿Qué es la recta Acción?

Pláticas en Ojai, California, 1934

Ojai, Segunda plática, 17 de junio 1934

Quizá recuerden que ayer estuve hablando del nacimiento del conflicto y de cómo la mente busca solucionarlo. Esta mañana quiero abordar toda la idea del conflicto y de la falta de armonía, y mostrar la absoluta inutilidad de que la mente trate de buscar una solución para el conflicto en sí. Cuando buscamos una solución, un modo de disolver el conflicto, sólo tratamos de sobreponernos o de sustituir eso poniendo en su lugar una nueva serie de ideas, un nuevo conjunto de teorías, o bien procuramos escapar por completo del conflicto. Cuando la gente desea una solución para su conflicto, lo que busca es eso.

Si observan bien verán que, cuando hay conflicto, ustedes buscan inmediatamente una solución para el mismo. Quieren encontrar una manera de salir de ese conflicto y, por lo general, encuentran una salida; pero no han resuelto el conflicto, tan sólo lo han desplazado mediante la sustitución de unas circunstancias ambientales por otras, por una nueva condición, la cual a su vez producirá un conflicto ulterior. Investiguemos, pues, toda esta idea del conflicto, de dónde surge y qué podemos hacer con él.

Ahora bien, el conflicto es el resultado del medio, ¿no es así? Para expresarlo de un modo diferente: ¿Qué es el medio? ¿Cuándo están ustedes conscientes del medio que los rodea? Sólo cuando hay conflicto y una resistencia a ese medio. Por consiguiente, si observan, si examinan sus vidas, verán que éstas se hallan continuamente deformadas, falseadas, moldeadas por el conflicto; y verán que la inteligencia, que es armonía perfecta de la mente y el corazón, no participa en absoluto de sus vidas. Es decir, el medio está formando, moldeando continuamente sus vidas en la acción, y es natural que de esa constante deformación, de ese moldeado y falseamiento de la vida, nazca el conflicto. Por lo tanto, donde existe este proceso constante de conflicto, no puede haber inteligencia. Y sin embargo, pensamos que pasando continuamente por el conflicto daremos con esa inteligencia, esa integridad, esa plenitud del éxtasis. Pero mediante la acumulación del conflicto no podemos descubrir cómo vivir inteligentemente; podemos descubrirlo sólo cuando comprendemos el medio que da origen al conflicto; y la mera sustitución, esto es, la introducción de condiciones nuevas, no va a resolver el conflicto. No obstante, si observan, verán que cuando hay conflicto, la mente está buscando una sustitución. O bien decimos: “Es la herencia, son las condiciones económicas, las circunstancias ambientales del pasado”, o afirmamos nuestra creencia en el karma, en la reencarnación, en la evolución; así, tratamos de dar excusas para el conflicto actual en el que la mente se halla atrapada, y no tratamos de averiguar cuál es la causa del conflicto en sí, lo cual implica investigar el significado del medio en que vivimos.

El conflicto puede, pues, existir sólo entre el medio - siendo el medio las condiciones económicas y sociales, la dominación política, los vecinos - y el resultado de ese medio, o sea, el “yo”; puede existir sólo mientras hay reacción a ese medio que da origen al “yo”, al sí mismo. La mayoría de la gente no tiene conciencia de este conflicto, el conflicto entre el propio “yo” que no es sino el resultado del medio, y el medio mismo; muy pocos son conscientes de esta batalla continua. Sólo a través del sufrimiento, uno se vuelve consciente de ese conflicto, de esa falta de armonía, de esa lucha entre la falsa creación del medio, la cual es el “yo”, y el medio mismo. ¿No es así? Sólo gracias a la agudeza del sufrimiento, a la agudeza del dolor, a la agudeza de la falta de armonía, nos volvemos conscientes del conflicto.

¿Qué ocurre cuando tomamos conciencia del conflicto? ¿Qué ocurre cuando en la intensidad del sufrimiento nos volvemos totalmente conscientes de la batalla, de la lucha que se está desarrollando? Casi todos deseamos un alivio inmediato, una respuesta inmediata. Deseamos protegernos de ese sufrimiento y, para eso, encontramos distintos modos de escapar que he mencionado ayer, tales como las religiones, las excitaciones, las insensateces y las numerosas vías de escape que hemos creado a causa de nuestro deseo de protegernos contra esta lucha.

El sufrimiento lo torna a uno consciente de este conflicto; no obstante, el sufrimiento no conducirá al hombre hacia esa integridad, esa riqueza, esa plenitud, ese éxtasis de la vida, porque, al fin y al cabo, el sufrimiento sólo puede despertar en la mente una gran intensidad, Y cuando la mente es aguda, comienza a cuestionar el medio, las condiciones, y en ese cuestionamiento funciona la inteligencia; sólo esta inteligencia conducirá al hombre a la integridad de la vida y al descubrimiento del significado que tiene el dolor. La inteligencia comienza a funcionar en el momento de agudeza del sufrimiento, cuando la mente y el corazón ya no escapan a través de las numerosas vías de escape que tan hábilmente nos hemos creado y que, en apariencia, son razonables, factuales, legítimas. Si observan atentamente, sin prejuicios, verán que, mientras sigue habiendo un escape, no están resolviendo ni afrontando el conflicto; por lo tanto, el sufrimiento de ustedes es tan sólo la acumulación de ignorancia. Es decir, cuando uno deja de escapar a través de los canales conocidos, entonces, en esa agudeza del sufrimiento, comienza a funcionar la inteligencia.

Por favor, no quiero darles ejemplos y símiles porque deseo que ustedes piensen sobre esto y, si les doy ejemplos, el que piensa soy yo y ustedes meramente escuchan. Mientras que si comienzan a reflexionar sobre lo que estoy diciendo, verán, observarán por sí mismos cómo la mente, acostumbrada a tantas sustituciones, autoridades, escapes, jamás llega a ese nivel de agudeza del sufrimiento que es indispensable para que la inteligencia entre a funcionar. Y sólo cuando la inteligencia está funcionando plenamente, puede haber una disolución total de la causa del conflicto.

Cada vez que hay falta de comprensión respecto del medio, tiene que haber conflicto. El medio da nacimiento al conflicto y, mientras no comprendamos el medio, las condiciones ambientales, y nos limitemos a buscar sustitutos para estas condiciones, estamos evadiendo un conflicto y topándonos con otro. Pero en esa agudeza de sufrimiento que revela al conflicto en su plenitud, si en ese estado comenzamos a cuestionar el medio en que vivimos, comprenderemos el verdadero valor de ese medio, y entonces la inteligencia funcionará de manera natural. Hasta ahora la mente se ha identificado con el conflicto, con el medio, con las evasiones y, por ende, con el sufrimiento - o sea, decimos “yo sufro”. Mientras que, en ese estado de agudeza del sufrimiento, en esa intensidad del sufrimiento en la que ya no hay escapes, la mente misma se ha vuelto inteligencia.

Veámoslo otra vez de una manera diferente. En tanto estemos buscando soluciones, sustituciones, autoridades para la causa del conflicto y para su alivio, tiene que haber identificación de la mente con lo particular. Mientras que si la mente se concentra en ese estado de sufrimiento intenso en el cual las vías de escape están bloqueadas, entonces la inteligencia, despierta, funcionará natural y espontáneamente.

Por favor, si experimentan con esto verán que no les estoy ofreciendo teorías, sino algo con lo que pueden trabajar, algo práctico. Tenemos numerosas circunstancias ambientales que nos han sido impuestas por la sociedad, por la religión, por las condiciones económicas, por las diferencias de clase, por la explotación y las opresiones políticas. El “yo”, que ha sido creado por esa imposición, por esa compulsión, está luchando contra el medio y, en consecuencia, hay conflicto. De nada sirve crear un medio nuevo, porque seguirá existiendo la misma cosa. Pero si en ese conflicto hay consciente dolor y sufrimiento - y en todo conflicto siempre hay sufrimiento, sólo que el hombre desea escapar de esa lucha y, por eso, busca sustitutos -, si en esa agudeza del sufrimiento dejan de buscar sustitutos y afrontan realmente los hechos, verán que la mente, que es la suma de la inteligencia, comienza a descubrir el verdadero valor del medio, y entonces se darán cuenta de que la mente se halla libre del conflicto. En la agudeza misma del sufrimiento radica su propia disolución. Por lo tanto, en eso está la comprensión de la causa del conflicto.

También debemos tener presente que, lo que llamamos acumulación de dolores, no genera la intensidad; tampoco la multiplicación del sufrimiento induce su propia disolución, porque la agudeza de la mente en medio del sufrimiento llega sólo cuando la mente ha dejado de escapar. Y ningún conflicto despertará ese sufrimiento, esa agudeza del sufrimiento, cuando la mente está tratando de escapar, porque en el escape no hay inteligencia.

Lo expondré brevemente una vez más antes de contestar las preguntas que me han entregado. Primero que nada, todos estamos atrapados en el sufrimiento y el conflicto, pero la mayoría es inconsciente de ese conflicto; busca tan sólo sustituciones, soluciones y escapes. Mientras que si dejamos de buscar escapes y empezamos a cuestionar el medio que da origen a ese conflicto, entonces la mente llega a ser aguda, vital, inteligente. En esa intensidad la mente se ha vuelto inteligencia y, por lo tanto, ve el pleno valor y el significado del medio que da origen al conflicto.

Por favor, estoy seguro de que la mitad de ustedes no entiende esto, pero no importa. Lo que pueden hacer, si quieren, es pensar bien en ello, reflexionar al respecto y ver si lo que digo no es

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