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Análisis semiótico del cuento Los monos, de Juan José Arreola

Joy GodoyEnsayo27 de Noviembre de 2015

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Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Universidad del Perú, Decana de América

[pic 1]

Análisis semiótico del cuento “Los monos”,

de Juan José Arreola

Semiótica Literaria

Santiago López Maguiña

Alumno:

GODOY TITO, Joy

(Cód. 13030005)

Lima, 2014


1. Introducción[pic 2]

El cuento “Los monos”

LOS MONOS

Wolfgang Köhler perdió cinco años en Tetuán tratando de hacer pensar a un chimpancé. Le propuso, como buen alemán, toda una serie de trampas mentales. Lo obligó encontrar la salida de complicados laberintos; lo hizo alcanzar difíciles golosinas, valiéndose de escaleras, puertas, perchas y bastones. Después de semejante entrenamiento, Momo llegó a ser el simio más inteligente del mundo; pero fiel a su especie distrajo todos los ocios del psicólogo y obtuvo sus raciones sin trasponer el umbral de la conciencia. Le ofrecían la libertad, pero prefirió quedarse en la jaula.

Ya muchos milenios antes (¿cuántos?), los monos decidieron acerca de su destino oponiéndose a la tentación de ser hombres. No cayeron en la empresa racional y siguen todavía en el paraíso: caricaturales, obscenos y libres a su manera. Los vemos ahora en el zoológico, como un espejo depresivo: nos miran con sarcasmo y con pena, porque seguimos observando su conducta animal.

Atados a una dependencia invisible, danzamos al son que nos tocan, como el mono de organillo. Buscamos sin hallar las salidas del laberinto en que caímos, y la razón fracasa en la captura de inalcanzables frutas metafísicas.

La dilatada entrevista de Momo y Wolfgang Köhler ha cancelado para siempre toda esperanza, y acabó en otra despedida melancólica que suena a fracaso.

(El homo sapiens se fue a la universidad alemana para redactar el célebre tratado sobre la inteligencia de los antropoides, que le dio fama y fortuna, mientras Momo se quedaba para siempre en Tetuán, gozando una pensión vitalicia de frutas al alcance de la mano.)


2. Toma de posición

En “Los monos” podemos establecer que el centro de referencia se instala en la figura del actante Wolfgang Köhler, científico alemán, en tanto que, a partir de su percepción y su relación con el objeto percibido, se desarrolla el discurso del relato. Asimismo, los estado de cosas (dimensión exteroceptiva) se relacionan con los estados de ánimo (dimensión interoceptiva) tomando como punto de partida a este sujeto propioceptivo, que representa a la especie humana; específicamente, a su cualidad racional. Con ello se articula la significación del microrrelato.

Dentro del campo de presencias, encontramos, además de la entidad pre-subjetal de Wolfgang Köhler, a la presencia del chimpancé Momo, quien representa por contraste a la especie animal, en otras palabras, a la cualidad irracional.

Ahora bien, la percepción del científico alemán circunscribe a Momo en un espacio-tiempo que se instaura, según determinadas marcas textuales del microrrelato, en una locación forestal llamada Tetuán y en una época de efervescente actividad científica de índole empírica. De este modo, la deixis del discurso se asocia a la experiencia sensible del sujeto de la enunciación Wolfgang Köhler. Las magnitudes semióticas que se desprenden de este sujeto lo convierten en un ser estésico, respecto de la aparición progresiva del chimpancé Momo. El cuerpo sensible del científico alemán presenta, pues, una intensidad perceptible medible (deseo pronunciado de hacer pensar al chimpancé Momo) y una extensidad inteligible cuantificable (pasó cinco años en esta empresa). La dimensión afectiva, pues, determina su dimensión efectiva.


III. Campo Posicional

Habiendo tomado a Wolfgang Köhler como centro de referencia, la intensidad revela la toma de posición del primer acto perceptivo elemental: la mira. Esta es intensa, fuerte, por lo que pone de relieve la gran atracción que siente el sujeto por el objeto. El objeto tiene cabida en la presencia de Momo, pero no como un fin sino como un medio, que encarna el objeto final: brindarle racionalidad a una animal irracional. En este sentido, en primera instancia, el blanco de la mira vendría a ser el sujeto propioceptivo o actante Wolfgang Köhler, en tanto es sobrecogido por la presencia del actante Momo. La fuente de la mira sería este último, pues es quien fomenta o estimula dicha atracción; de allí que el control tome lugar en la circunstancia del estudio de los antropoides.

[pic 3]

Respecto de la extensidad se desarrolla la toma de posición de la captación, que es restringida con respecto al objeto: solo le brinda importancia al objeto de estudio. En este caso, la fuente de la captación sería, más bien, el científico alemán, pues es este quien dirige su captación, la parametra, y despliega su intensa mira sobre la presencia de Momo. El blanco sería el chimpancé, en tanto es receptor de esta extensidad, y sobre él se cierra la captación, sobre él se la limita. Mientras, el control pasaría a ser el espíritu científico del hombre de ciencias, que quiere “hacer pensar” a un animal por naturaleza irracional.

[pic 4]

IV. El “brague”

 El brague, como cambio de posición de la instancia del discurso, responde a esta transición de los actantes posicionales al campo transformacional. Para entrar en esta lógica de fuerzas, es menester tener en cuenta y establecer nuevamente el objeto de valor: la racionalización de un ser irracional. Como se ha mencionado, el actante Wolfgang Köhler busca en el microrrelato “hacer pensar” al chimpancé Momo; para ello le propone una serie de “trampas mentales”, con el fin de agudizar su inteligencia, a tal punto que le despierte un grado de conciencia, y por ende, la razón. En tal medida, tenemos a este objeto de valor, como señala Fontanille, deviniendo en dos dimensiones:

Primero, en la actualización de valores, se establece a al actante posicional Wolfgang Köhler como sujeto, y al actante posicional Momo como objeto en la medida en que se construye una pugna por la conquista del objeto de valor final: la racionalización de un animal salvaje.

Segundo, en el intercambio de objetos de valor, establecemos también esta relación de destinador y destinatario entre los actantes ya mencionados, pues implica su modo de existencia en las comunidades humanas. Wolfgang Köhler le brinda dificultades (entrena a Momo) pero también le otorga premios, tales como comida y cuidado. Lo que Momo debe dar, a cambio, es una muestra patente de actitud racional.

Así, con el desembrague, estos dos actantes, que a su vez constituyen fuente y blanco, son ahora sujeto/objeto respectivamente. El control, asimismo, se relaciona con el nexo destinador/destinatario en la medida en que define el valor, qué es lo que busca el científico alemán, para qué lo busca y de qué modo.

Luego, con el embrague, realizamos una operación conjuntiva, se vuelve a la posición original. Se renuncia a la extensión, en cuanto se acerca más al centro de referencia, y se da prioridad a la intensidad, por lo que se concentra de nuevo la instancia del discurso.

V. Esquema canónico de la Búsqueda

En “Los monos” la aproximación más pertinente no es tanto la de un esquema de la prueba (no hay dos sujetos disputando por un mismo objeto), como la de un esquema de la búsqueda, en la medida en que es posible representar, dentro del desarrollo discursivo, el recorrido:[pic 5]

 

Respecto del objeto de valor, que es lo más importante para el sujeto, nos damos cuenta de que Momo constituye el objeto en tanto valor de uso, es decir, como un medio para conseguir un valor final (un valor en sí), que es la racionalización de un ser irracional. Luego tenemos que Wolfgang Köhler es competente para la satisfacción de su deseo. Es decir, reúne las condiciones necesarias y presupuestas, dadas de antemano, para el HACER (saber + querer + poder). En otras palabras, el científico alemán SABER HACER, sabe cómo hacer para que el chimpancé aprenda a pensar, al menos en teoría, pues tiende una serie de ejercicios que ayudarán al Momo al desarrollo de su cerebro. También QUIERE HACER, pues tiene la intención de poner en práctica su cometido, por lo que ha dejado por un tiempo la universidad alemana para instaurarse en la región forestal de Tetuán. Posee además un PODER HACER: no hay impedimentos con respecto al desarrollo de su tarea, tiene toda la libertad para llevar a cabo su plan.

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