ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Arquitectura Y El Lugar

kathysa29 de Abril de 2013

4.746 Palabras (19 Páginas)407 Visitas

Página 1 de 19

La sensibilidad hacia el lugar por parte de la arquitectura contemporánea

es un fenómeno muy reciente. De hecho, el mayor esfuerzo

del Movimiento Moderno consistió en definir una nueva concepción

de espacio, a partir del soporte de los nuevos avances tecnológicos

de las estructuras de acero y de hormigón armado y de

los cerramientos de cristal. Con ello se continuaba una concepción

platónica y una tradición matemática de espacio que se verá

desarrollada primero en los textos de Alois Riegl -especialmente

en El arte industrial tardorromano (1901)- Ymás tarde en todo

tipo de experiencias: en las creaciones e interpretaciones de Lazlo

Moholy-Nagy (1), en los modelos neoplásticos de Theo van Doesburg

y Rietveld, en los experimentos de la Bauhaus, en los ejercicios

constructivistas, como los «Proun» de El Lissitzky (1923) y en

los proyectos de Mies van der Rohe y Le Corbusier. Se trata de

una concepción del espacio libre, fluido, ligero, continuo, abierto,

transparente, en total contraposición a la idea tradicional de espacio

diferenciado volumétricamente, de forma identificable, discontinuo,

cerrado y estático. Un espacio-tiempo en el que se ha introducido

la variable del movimiento. Con ello se da un paso trascendental

en la evolución de la arquitectura: definir una concepción

internacional del espacio basada en la planta sobre un plano horizontal

libre, con fachada transparente y un vacío fluido que gira

entorno a los elementos puntuales y verticales de los pilares de

hormigón armado o acero (2).

LOS CONCEPTOS DE ESPACIO Y DE LUGAR

Si existe como referencia el ideal platónico de espacio infinito,

un continuum natural receptáculo de todo lo creado y lo visible,

en cambio Aristóteles en su Física identifica el concepto genérico

de «espacio» con otro más empírico y delimitado que es el de «topos

» o «lugar» (3). Precisamente los templos griegos fueron una

manifestación de la capacidad para ir variando la forma de la arquitectura

en función del carácter del lugar donde se situaba cada

uno de ellos, en relación a la divinidad a la que estaba dedicado.

y no es casual que en los años cincuenta y sesenta, cuando el

concepto de lugar pasa a tener un papel trascendental, arquitectos

como Denys Lasdun o Vicent Scully contemplen el templo griego

como interpretación del significado de lugar (4).

En la arquitectura moderna, desde J. N. L. Durand hasta Louis

Kahn pasando por los maestros del Movimiento Moderno, la sensibilidad

por el lugar es irrelevante: todo objeto arquitectónico surge

de una indiscutible autonomía. Incluso un proyecto organicista

* Este texto se corresponde con dos conferencias impartidas en 1993 en la Universidad

Menéndez Pelayo de Santander y anunciada en 1994 en la Escuela

de Arquitectura de La Coruña. En él se han incluido algunas sugerencias de

Carlos Eduardo Dias Comas.

4

de Le Corbusier como la Capilla de Ronchamp (1950-1955) mantiene

una relación genérica y no empírica con el contexto. De hecho,

la metáfora del barco, que está presente en buena parte de

la obra de Le Corbursier, va estrechamente relacionada con la idea

de una arquitectura anclada, sin ninguna relación con el entorno.

En la actualidad existe un cierto consenso respecto a la diferencia

entre los conceptos de espacio y de lugar. El primero tiene

una condición genérica, indefinida, y el segundo posee un carácter

concreto, existencial, articulado, definido hasta los detalles. El

espacio se basa en medidas, posiciones y relaciones. Es cuantitativo;

se despliega mediante geometrías tridimensionales, es abstracto,

lógico, científico y matemático; es una construcción mental.

Aunque el espacio quede siempre delimitado -tal como sucede

de manera tan perfecta en el Panteón de Roma o en el Museo

Guggenheim de Nueva York- por su misma esencia tiende a ser

infinito e ilimitado. En cambio, el lugar viene definido por sustantivos,

por las cualidades de las cosas y los elementos, por los valores

simbólicos e históricos; es ambiental y está relacionado fenomenológicamente

con el cuerpo humano (5).

En los años treinta, tras la eclosión de las vanguardias, tanto

algunos de los maestros -el mismo Le Corbusier- como los miembros

de la siguiente generación -Oscar Niemeyer, Lucio Costa,

Arne Jacobsen, Josep Lluís Sert- recurrieron a las figuraciones

populares, contemplaron las arquitecturas vernaculares e intentaron

aprender de los detalles técnicos tradicionales. Ante una incipiente

conciencia de la insuficiencia del lenguaje y la tecnología

moderna, estas referencias vernaculares tenían como objetivo otorgar

«carácter» y «sentido común» a la arquitectura. En el caso de

Le Corbusier, a partir de su viaje a Latinoamérica en 1929 -Buenos

Aires, Sao Paulo y Río de Janeiro- empieza a considerar el valor

de la naturaleza y de las características· del lugar.

En relación a esto, véase la actividad tardía respecto a las vanguardias

europeas que entre 1931 y 1936 realizaron en España

yen Cataluña los arquitectos del GATEPAC y del GATCPAC para

revalorizar la arquitectura popular de la costa mediterránea, especialmente

la de las islas Baleares. Los redactores de la revistaAC.

Documentos de Actividad Contemporánea (1931-1937) reivindican

el funcionalismo estricto, la belleza y armonía, la ausencia de falso

ornamento, la calidad de los materiales y técnicas constructivas

tradicionales que manifiesta la arquitectura popular de Ibiza.

Para ello se basan en las preciosas fotografías de Raoul Haussmann.

Por lo tanto, he aquí una importante corrección del iniciado

Movimiento Moderno.

La cultura del organicismo (de la que podríamos encontrar raíces

incluso en el Art Nouveau, en el Modernismo catalán y en el

Expresionismo alemán), desarrollada en la obra de Frank Lloyd

Wright y en las aportaciones de los arquitectos nórdicos encabezados

por Alvar Aalto y continuados por Jorn Utzon y otros, es la

que va a introducir con mayor fuerza la relación de la arquitectura

con el lugar.

Integrando los manifiestos en favor de la arquitectura orgánica

por parte de Sullivan, Wright basa sus proyectos en tramas geométricas

y poligonales, relacionando la obra con el entorno natural,

amoldando el espacio al programa funcional y utilizando materiales

tradicionales. De hecho, en el espacio abierto y extenso

que Wright descubre mediante la destrucción de la caja compartimentada

convencional, está ya presente la concepción concreta

de lugar. Se trata de un espacio que no depende de una concepción

racional y autónoma sino de la posición del espectador, de

su experiencia visual y corporal (6).

La obra de Aalto manifiesta también esta seducción por el mundo

de la naturelaza viva como metáfora de la arquitectura. Sus edificios

adoptan formas crecederas que se adaptan al lugar. De todas

formas, fue Erick Gunnar Asplund uno de los primeros arquitectos

que desarrolló una obra de síntesis en la cual la relación

con el lugar era esencial. De hecho, la conciliación que en Asplund

se realiza entre tradición clásica y espacio moderno se vehicula

precisamente a través de la sensibilidad por el lugar, integrando

los mecanismos de la estética pintorequista. La Capilla en ei Bosque

(1918-1920) o el Cementerio y Crematorio en el Bosque, en

Estocolmo (1935-1940) son buena prueba de ello, de esta interpretación

empírica y delicada del paisaje nórdico.

Será con la corriente del «new emprism» nórdico, aparecida en

los años cuarenta, cuando esta posición de respeto hacia el lugar

-clima, topografía, materiales, vistas, paisaje, arbolado- y de insistencia

en los valores psicológicos de la percepción del entorno,

quede asentada (7).

Ciertamente siempre se pueden encontrar antecedentes más

lejanos. La estética del pintoresquismo, desarrollada en Holanda

e Inglaterra, arrancó de la imitación de las pinturas de Claude Le

Lorrain y Nicolas Poussin y se desarrolló tanto en jardines, en mansiones

y en intervenciones urbanas del siglo XVIII, como en la pintura

de Alexander Cozens, John Constable, William Gilpin y J. M.

V. Turner. El «picturesque», que surge de la mímesis de las «pinturas

» (<<pictures») de paisaje sería otra de las raíces de este gusto

por el lugar. Según la práctica del «picturesque», el paisaje se modela

como reproducción de una pintura que le ha precedido. Es

el segundo paso de un proceso en el que el momento originario

está en una representación.

En definitiva, la idea de lugar se puede interpretar de maneras

distintas. En la pequeña escala se interpreta como arquitectura,

como una cualidad del espacio interior que se materializa en la forma,

la textura, el color, la luz natural, los objetos y los valores simbólicos.

En

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (34 Kb)
Leer 18 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com