Bridget y Emma, heroínas de la novela británica
silviachuMonografía8 de Agosto de 2016
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Introducción
La novela es probablemente la forma literaria más popular en el mundo de habla inglesa actualmente. En sus orígenes, la novela inglesa fue el producto de varias tradiciones literarias pero, por sobre todo fue cuasi-dramática en forma y tragicómica en tema, reflejando la influencia del teatro del Renacimiento Inglés. Al término del siglo XVIII se inclina decididamente al sentimentalismo lacrimoso, a menudo con fondo de decoración medievalista y con exagerada tendencia “rosa”.
En reacción a esta moda el genio sutil y exacto de Jane Austen consigue algo que parece la síntesis de los mejores ideales de la época: un tipo de novela reaccionaria a los cánones de su tiempo, genial por su ironía y, sobre todo, profundamente femenina, lo cual se refleja en “Emma” (1816), posiblemente su obra maestra.
Casi dos siglos después, Helen Fielding publica El Diario de Bridget Jones (1996) y Bridget Jones: el Límite de la Razón (2000) y es alabada por masas de lectores y críticos por la autenticidad de su voz narrativa. En ellas Fielding se basa en el trabajo de Austen buscando nuevos puntos de vista que le permita comprender el ser moderno, de fin de siglo. En ambas novelas se caracteriza al ideal de la autoperfección como un mito y, al igual que su predecesora, Fielding se burla de él apelando al humor y a la ironía.
A través de este trabajo exploraremos qué tienen en común ambas mujeres y por qué se convierten en heroínas de la literatura de su época.
Veamos primero quien es Emma.
¿QUIÉN ES EMMA?
Desde la primera línea de la novela, aprendemos que Emma es atractiva, inteligente y rica, que posee un hogar cómodo y un carácter afable. En cierto modo, la joven de 20 años es madura para su edad. Debido a la muerte de su madre y con su hermana mayor ya casada, se convierte en la señora de la casa. Cuida a su padre y además le sobra tiempo para participar en los eventos sociales de Highbury, su lugar de residencia. Su excesiva confianza en sus habilidades de Celestina o componedora de parejas y su mojigato miedo al amor constituyen el eje central de la novel que relata los infortunios de su protagonista y su creciente capacidad de entendimiento.
Pero, el narrador también nos advierte que Emma posee la capacidad de entrometerse en otros asuntos y posee poca consideración hacia su persona. Su terquedad y vanidad produce muchos de los conflictos que relata la novela al tiempo que lucha por crecer emocionalmente.
Emma comete tres grandes errores. Primero, intenta transformar a su amiga Harriet en la esposa de un caballero, cuando la posición social de Harriet indica que seria mejor esposa del
granjero Martin que es quien realmente la ama. Luego, se dedica a flirtear con Frank Churchill a pesar de tener poco interés en él. Y finalmente, al expresar su deseo de permanecer soltera toda su vida, no advierte su amor por el Sr. Knightley. A pesar de que estos errores por poco le cuestan la felicidad a su amiga Harriet, causan en Emma vergüenza y crean obstáculos para que ella misma pueda alcanzar el verdadero amor, no producen grandes consecuencias. A lo largo de la novela el Sr. Knightley corrige y guía a Emma. Y al casarse con él, sus criterios y opiniones se ven emparejados.
Emma no tiene características especiales pero presenta ciertas distinciones implícitas que la hacen sobresalir del resto de las mujeres de la novela. De naturaleza privilegiada, independiente, refinada y de buen corazón, el lector se enfrenta a la paradoja de un personaje inteligente pero que siempre esta errado.
Este y otros trabajos de la novelista inglesa Jane Austen marcan la transición del neoclasicismo del siglo XVIII al romanticismo del siglo XIX. Sus obras, que tuvieron dificultad para ser editadas y encontrar público, son diferentes al estilo sentimentalista, lacrimoso y desmesuradamente rosa de las novelas de éxito de su época. El atractivo especial que tiene la caracterización de Jane Austen reside en la manera en que desarrolla los individuos que viven en sus libros. Aunque sus personajes sean solo terratenientes y gente sencilla de campo, ella los transforma en individuos de personalidad fuerte, que se revelan a través de pensamientos, diálogos y acciones.
Austen es gran conocedora del código de conducta social y moral que impera en su mundo y la mayoría de sus personajes viola este código de una manera u otra. Emma, Frank y Jane cometen errores de juicio, pero también son personajes dinámicos que aprenden de sus errores. Aunque Austen describe sus típicos personajes con humor, también son ligeramente criticados por sus fallas y torpezas. La crítica a las maneras afectadas y vulgares que Austen hace a través de algunos de sus personajes alcanza el nivel de sátira. Solo George Knightley, el futuro esposo de Emma escapa de la critica de Austen y a lo largo de la novela se convierte en la voz de la razón en medio del romanticismo y sensibilidad extremos.
Veamos ahora quién es Bridget Jones.
Bridget Jones es la protagonista de dos novelas de Helen Fielding: “El Diario de Bridget Jones” y “Bridget Jones: al borde de la razón”. Ambas tuvieron origen en una columna que la autora publicaba regularmente en el periódico británico “The Independent”.
En esa columna la autora buscaba reflejar el pensamiento femenino de finales del siglo XX y para ello eligió el formato del diario íntimo. Bridget garabatea incesante y metódicamente
sobre las calorías consumidas diariamente, sus desventuras amorosas, las desventajas de apostar en la Lotería, las ventajas de algunos “chat rooms”, etc. Se permite criticar con fina ironía la estructura social que cree que ser soltera después de los treinta es sinónimo de fracaso y elige crear nuevos términos que le dan otros matices al texto.
Debido al éxito de la columna se publican ambas novelas, las que pronto tienen una versión cinematográfica con gran repercusión entre el público.
Bridget Jones es una joven mujer en sus treinta, obsesionada y neurótica. Vive a dieta y en búsqueda del hombre ideal. Mientras tanto, disfruta de una vida independiente, trabaja en los medios de comunicación y llena las páginas de sus diarios con minuciosos detalles acerca de cuantas calorías consume, la cantidad de alcohol bebida en alguna fiesta, sus travesuras sexuales, traspiés sentimentales, etc.
Como protagonista de sus diarios se ha convertido en una figura icónica para las mujeres precisamente por sus contradicciones, sus ambiciones no realizadas y sus buenas intenciones.
Bridget goza de la vida y de sus pequeños grandes placeres: el sexo, fumar y beber más de lo recomendable, aunque en su interior es bastante convencional. Quiere ser feliz y eso implica casarse con el “Señor Adecuado”. Se ha rodeado de amigos más que de parientes, ya que su propia familia es disfuncional y su madre la avergüenza. Aunque ama a su padre, no parece sentir lo mismo por su egocéntrica madre.
Su carrera es muy importante para ella, sin embargo, cuando no está pensando en sus relaciones, es también curiosamente tradicional. Se mete en problemas como consecuencia de su naturaleza impulsiva y cálida; Mark Darcy acude en su ayuda usando el pensamiento frío y sus conocimientos legales. Ella sabe acerca de televisión realidad y libros de autoayuda; él sobre política y economía. Entonces, aunque aparenta ser feminista (pero no demasiado, ya que “no hay nada menos atractivo para un hombre”), su vida amorosa se basa en la tradicional división de atributos entre los sexos.
En suma, Bridget personifica las neurosis de toda mujer: acerca de su figura, sus relaciones, su edad. Y particularmente acerca de ser soltera después de los treinta.
Aunque no lo parezca, Bridget y Emma presentan varios puntos en común.
I- NOVELAS AUTOBIOGRÁFICAS.
Los críticos coinciden en señalar que Jane Austen impresiona por su irónico distanciamiento de sus obras, en donde ella mueve las fichas de su tablero con reserva superior, sin dejarse aparecer en escena. Es una mujer que mira desde su rincón, utiliza las palabras precisas para revelar sin revelarse; sin embargo, muchos estudiosos apoyan la idea que Emma, la protagonista de su obra maestra, es el personaje que está forjado con elementos de su autora.
Es esta obra, también, en donde Austen presenta una encarnación masculina de su alter ego, el Sr. Knightley, un ser moralmente superior a cualquier otro de la novela y quien al unirse a Emma al final del libro en realidad componía las dos mitades del alma de su autora.
Podemos ubicar a El Diario de Bridget Jones (1996) y Bridget Jones: el Límite de la Razón (2000) en un contexto literario: el de los de los diarios femeninos. Algunos autores consideran a los diarios escritos autobiográficos, se sugiere que estos ilustran el concepto lacaniano de que el lenguaje es una defensa contra el conocimiento inconsciente y que un trabajo autobiográfico puede parecer una capitulación a las presiones sociales, una puesta en escena, por escrito, de la conducta que la sociedad espera de la autora en su vida.
En el caso que nos ocupa se puede afirmar que la autora y su heroína comparten algunas características. Ambas conforman una ancha franja de la población femenina: la que va de los treinta a los cincuenta años. Sabemos que la autora, si bien ahora está en pareja y tiene un pequeño hijo, permaneció sin pareja estable hasta más allá de sus cuarenta años. También sabemos que desde su adolescencia la preocupaban los mismos temas y admite ser una de las que están permanentemente a dieta.
Aunque niega ser Bridget, reconoce que “la idea de levantarse a las cinco, correr al gimnasio y luego a la reunión de directorio, reducir el tamaño de las caderas y además decidir que necesita cultivar su espíritu es una manera ingrata de vivir para las mujeres que parece habernos infectado a escala global”.
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