Capítulo 1 EL GINECÓLOGO

Capítulo 1

EL GINECÓLOGO

En este capítulo se narra como el gineco-obstetrícia Gerardo Aldape, que esta¡ sentado en la silla giratoria que está colocada al frente de la mesa donde estaban sus compañeros ansiosos de que empezara con su relato con nerviosismo comenzo.
Empezó en el mes de Diciembre, cuando llego por primera vez a su consultorio  la señora Brizzas. Que a su parecer era una mujer de aspecto humilde, con unos cincuenta años, un tanto obesa, ya sentados los dos empezó con su interrogatorio y en unas tantas preguntas la enferma le dijo que tenía un dolor en el vientre que no la dejaba dormir, también que nunca había tenido hijos que  tanto ella como su esposo estaban cansados de tantos especialistas y que siempre obtuvieran un resultado negativo también tenía sangrados vaginales fuera de su menstruación y eso hizo que el medico llegara a una conclusión que se trata de un fibroma o un quiste ovárico gigante, después de hacer sus exploraciones fiscas la enferma resultó tener mucho dolor así que eso confirmo que tenía un tumor en la matriz. Tenía que someter a la enferma a una cirugía, cuando la paciente se encomendó en sus manos le comento que sufría de vómitos y mareos pero el médico le dijo que con la cirugía todos los males se esfumarían.

Después de hacer estudios que resultaron favorables para él, quiso hacer una radiografía pero el aparato estaba descompuesto, aprovecho que su amigo el maestro  Arsenio Fareau prestigiado ginecólogo francés  el cual  estaba en conferencias en ocasión del aniversario de la Soledad de Obstetricia y Ginecología le comento el caso y lo apoyo en que era un fibroma y que tenía que estar en cirugía. Al hablar con Horacio Jakin el anestesiólogo del hospital general para que él se encargara de sedarla, ya estando todos preparados para la cirugía tanto enfermara como ayudantes del doctor, comenzaron con una abertura con el bisturí del tamaño que pudieran sacar el tumor, al hacerlo se dio cuenta que su útero estaba gigante y seguía pensando que era el fibroma siguió con más aberturas hasta llegar a la matriz, exclamo a sus ayudantes que ahí se encontraba el tumor, tomo el bisturí y corto, al hacerlo empezó a salir un líquido el cual era líquido amniótico  y ahí se dio cuenta que su diagnóstico fue un fracaso no había fibromas , si no la paciente estaba embarazada, la cirugía cambio a ser una cesaría saco al bebé con éxito, el medico estaba físicamente estable pero moralmente no, había hecho un diagnostico mal, después de la cirugía llegaban palabras de consuelo por parte del anestesiólogo pero seguía con  remordimiento de ahí obtuvo una enseñanza “No apresurarse de los diagnósticos sin antes de Haber agotado todos los estudios posibles”. Cuando termino su relato obtuvo del senador un abrazo y lo felicito por haber contado su experiencia de forma clara. El senador saco un papel de la copa y leyó. El turno siguiente será de Felipe Orzuela.

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