ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Descripción y esquema sobre La intrusa


Enviado por   •  20 de Abril de 2020  •  Reseñas  •  535 Palabras (3 Páginas)  •  777 Visitas

Página 1 de 3

[pic 1][pic 2][pic 3][pic 4][pic 5]


[pic 6][pic 7][pic 8][pic 9][pic 10][pic 11][pic 12][pic 13][pic 14][pic 15][pic 16][pic 17][pic 18][pic 19][pic 20][pic 21][pic 22][pic 23][pic 24][pic 25][pic 26][pic 27][pic 28][pic 29][pic 30][pic 31]

UNIVERSIDAD SANTO TOMÁS

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS

LECTURA CRÍTICA Y ARGUMENTACIÓN

EJERCICIO: Redacción

NOMBRE: __________Zulay Valencia________________________                        FECHA: _____02-04-2020___________

A partir de La intrusa, de Jorge Luis Borges, haga una descripción de Juliana. Procure mantener el lenguaje y el estilo del cuento.

Juliana era de tez morena y de ojos rasgados; bastaba que alguien la mirara, para que se sonriera. En un barrio modesto, donde el trabajo y el descuido gastan a las mujeres, no era mal parecida. Siempre vestia faldas largas de colores claros que resaltaban los atributos que poseía debajo, también gustaba de usar blusas con estampados florales que le daban un toque de inocencia, que a los ojos de hombres que la veían pasar, encantaba. Sus manos, que a pesar del trabajo de fregar platos y lavar ropa, aún conservaban esa juventud y esa suavidad que la caracterizaban a ella, manos las cuales podían robar miles de suspiros solo con una caricia.

Cristián se levantó, se despidió de Eduardo, no de Juliana, que era una cosa, montó a caballo y se fue al trote, sin apuro. La Juliana, a verse rebajada a un objeto por el hombre del que gustaba, simplemente soltó un suspiro de dolor y decepción, era lo único que podía hacer, pues no tenía voz ni voto en la casa de esos dos hombres, ni en algún lugar. Ella sabía lo que sucedería en ese momento, con la mirada en el fregadero y sus manos temblorosas en los platos, solo espero sentir los bruscos toques del hombre a su espalda, y espero también que el tiempo pasara rápido; todo era cuestión de acostumbrarse se decía a sí misma, como dándose ánimos.  

Un día, le mandaron a la Juliana que sacara dos sillas al primer patio y que no apareciera por ahí, porque tenían que hablar. Ella esperaba un diálogo largo y se acostó a dormir la siesta, pero al rato la recordaron. Le hicieron llenar una bolsa con todo lo que tenía, sin olvidar el rosario de vidrio y la crucecita que le había dejado su madre. Juliana se mantuvo silenciosa en todo el viaje por carretera, solo se escuchaba su respiración y sus cabellos negros movidos por el viento, que golpeaban constantemente sus hombros y su cara. Al llegar a Morón y pisar carretera, Juliana sintió el frio recorrer su piel canela, sus sandalias se hundían en el barro al caminar hacia el prostíbulo en el cual iba a estar confinada por un poco, pero doloroso, tiempo. Verlos cobrar una suma de dinero que no valía lo que era su persona, y verlos repartirse esa cantidad entre ellos, la hizo entender que no solo la estaban vendiendo a ella, sino también la poca dignidad que le quedaba; ellos marcharon sin mirar atrás, Juliana solo podía seguirlos con la mirada.    

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (3 Kb)   pdf (117 Kb)   docx (19 Kb)  
Leer 2 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com