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Desdoblamiento de la personalidad del príncipe Нamlet


Enviado por   •  28 de Octubre de 2014  •  Resúmenes  •  1.564 Palabras (7 Páginas)  •  162 Visitas

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La personalidad escindida del príncipe ha llevado al español Celestino Coronado (Reino Unido, 1976) a encarnarlo con mellizos y reformular los monólogos de Hamlet como diálogos o como enunciados contrapuestos: uno dice a Ofelia (Helen Mirren) “sí, te amé una vez” en tanto otro le grita “¡no te amaba!”; al encarnar la misma actriz a Gertrudis, el componente incestuoso que frecuentemente se señala en la relación entre la reina y el príncipe se convierte en otro elemento de fuerte presencia.

Puede resultar sorpendente que Hamlet, la obra de Shakespeare más larga, dominada por los pensamientos de un personaje, sea la más filmada. Antes de Kenneth Branagh en 1996, cada director desechó fragmentos y personajes para conseguir una extensión aceptable para el cine, pero manteniendo a menudo el vínculo entre actor y público por un recurso tan teatral como el monólogo; como gran parte del drama se desarrolla en la mente del príncipe, la voz en off ha demostrado ser muy útil en muchos Hamlet filmados. Un gran número de versiones cinematográficas han sido hechas a partir de una producción teatral anterior e incluso muchas veces por el mismo director. Branagh decide utilizar el texto completo en una ambientación decimonónica tras encarnar al príncipe por tercera vez en una puesta íntregra (1992-1993); de dramaturgias previas provienen también dos singulares versiones. La primera es de John Guielgud (Lunt-Fontanne, Broadway 1964), estelarizada por Richard Burton con vestuario contemporáneo y en una escena desnuda; en el curso de su representación se registraron tres funciones con el por entonces revolucionario proceso denominado Electronovision, un conjunto de pequeñas cámaras electrónicas capaces de obtener un registro de calidad con tan sólo la iluminación propia de la escena; se utilizaron cinco cámaras cuyas posiciones se variaron en cada función, de modo tal que el “teatrofilme” (tal como se lo promocionaba) contaba con quince ángulos de toma diferentes. Interesado en conservar el público teatral, Burton insistió en que el film, dirigido por Bill Colleran, se proyectara sólo dos días, por lo que se estrenó en casi un millar de salas cinematográficas y fue vista por alrededor de cinco millones de personas. El acuerdo requería la destrucción de las copias, mas en 1991 se descubrió una copia completa que el actor guardó celosamente. Por su parte, la versión de Tony Richardson (Round House, Londres, 1969), filmada en algo menos de dos semanas, tiene su origen en una producción montada por el director en un cobertizo victoriano para locomotoras, donde el príncipe es un hippie antistablishment; un mismo actor encarna varios papeles menores, y en una escena de fondos negros carentes de decorados, un haz de luz ilumina la cara del príncipe a guisa de fantasma del viejo rey. No obstante, casi la totalidad del film son tomas en primero planos específicamente cinemaográficas.

Si bien Laurence Olivier había protagonizado Hamlet en teatro en 1937, su versión fílmica (Reino Unido, 1948) es una compleja reformulación del texto fuente, a la que el actor consideraba un ensayo más que una versión cinematográfica de la necesaria abreviatura de un clásico; la estructura del guión de este Hamlet fue la que adoptó Franco Zeffirelli (1990) quien, a diferencia de la versión de Branagh, redujo más del 60 % de los parlamentos de Shakespeare para obtener un film de 135 minutos. Como éstos, un gran número de guiones cinematográficos han reformulado la historia: Akira Kurosawa en Japón (Trono de Sangre, 1957 y Los Malos Duermen Bien, 1960), Joe de Graft (Hamile 1964), en ámbitos de la tribu fafra de Tonga, Ghana del Norte; Ozualdo Ribeiro Candeias en el Brasil rural (A Herança, 1970), Roger Allers y Rob Minkoff en la animación infantil (El Rey León, 1994). Inspirado por la sátira Hamlet se dedica a los Negocios (Aki Kaurismåki, Finlandia, 1987), Michael Almereyda conserva el verso de Shakespeare y ubica su transposición en la Manhattan del 2000, en el seno de las intrigas de una multinacional, Denmark Corporation cuyas oficinas están en el hotel Elsinore de Times Square; Hamlet es un “pobre chico rico” desprolijo con gorro de tejido andino que deambula por lugares anómicos -una lavandería, un supermercado- o por emblemas neoyorquinos -el JFK Airport, el Guggenheim Museum. Su pregunta por el ser se formula en la sección action pictures de un videoclub; abocado a las películas experimentales, el estreno de un videoclip suyo desenmascarará la traición. Saturado el film por los dispositivos propios de sociedades de control, los parlamentos acontecen en relación a computadoras portátiles, teléfonos, beepers, celulares, contestadores automáticos, pantallas de TV, monitores, máquinas fotográficas; el fantasma del viejo rey adquiere imagen gracias a una cámara de seguridad y el epílogo es pronunciado por un locutor televisivo.

En sus versiones televisivas Hamlet ha contado con prestigiosos

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