Diario ANA FRANK
eddysmariany19 de Octubre de 2011
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EL DIARIO DE ANA
FRANK
EDITORIAL PEHUÉN
Gentileza de El Trauko http://go.to/trauko
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EL DIARIO DE ANA FRANK
Colección Moby Dick
VERSIÓN INTEGRA
Declarado por el Ministerio de Educación Pública, "Material Didáctico Complementario y de Consulta a la
Educación", por Resolución N° 1438 del 13 de junio de 1985
Título original: Het Achterhuis
Traducción de: Martin Bruggendieck
© Fundación Anna Frank
© Pehuén Editores, 1984
Inscripción N° 59.164
ISBN 956-16-01087,
María Luisa Santander 537, Santiago
Primera edición en Colección Moby Dick abril, 1984
Segunda edición, diciembre de 1985
Tercera edición, octubre de 1986
Cuarta edición, agosto de 1988
Quinta edición, febrero de 1991
Sexta edición, julio de 1992
Ilustraciones: Pablo Barrenechea
Diagramación: Magdalena Barrenechea, Luis Rocca
Diseño colección: Sebastián Barros
Impreso en los talleres de Imprenta y Editorial Cran Ltda.
Cueto 741, Santiago.
PRINTED IN CHILE
Escaneado, y revisado: El Trauko
Última revisión: Diciembre de 2002
Edición electrónica: El Trauko
Versión 1.0 en Word
“La Biblioteca de El Trauko”
http://www.fortunecity.es/poetas/relatos/166/
http://go.to/trauko
trauko33@hotmail.com
Chile - Diciembre de 2002
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EL DIARIO DE ANA FRANK
NOTA DEL TRADUCTOR
Función de mediar —de intermediar— entre dos mundos, entre dos universos lingüísticos,
conceptuales, emocionales —entre dos cosmologías acaso— es la del traductor. La del intérprete.
Interpretar los signos, las huellas inscritas en un contexto, y convertirlas en pretexto para otro
texto. Suerte de vilano llevado de frontera en frontera por los aires de Babel, especie de veleta
agitada por el soplo del habla, que —cuando coloca la mano sobre el corazón— se esmera en no
traicionar.
Esta vez se trataba de no traicionar el texto de Ana Frank. De afinar al máximo la
transmisión del documento de una vida de chiquilla adolescente. De una escritora incipiente,
mordaz, valiente en la critica de su conducta, en la denuncia de la injusticia apocalíptica que
trasunta con ferocidad todo nuestro siglo —y, cómo que no— TODA nuestra historia. De una
adolescente desarraigada de un mundo lingüístico, que, como tantos laureados creadores
literarios de nuestro siglo, opta por hacer suyo otro, por desentrañar otro y hacerlo visceralmente
suyo.
La traducción de El Diario de Ana Frank —con los ojos puestos en el original holandés y
en la versión alemana— implica trasladar a nuestro mundo sensible un diario de vida adolescente,
profundo, desgarrador, trivial, en ocasiones, que la autora "tradujo" al idioma de su elección —
elección que en si constituye un acto de libertad humana—y que con posterioridad a su
desaparecimiento físico fue nuevamente "traducido" por su padre al idioma familiar para
comprensión de la abuela de Ana, residente en Suiza.
Ana aprendió los secretos del abecedario en alemán, pero escribió por su voluntad en
holandés. El 12 de mayo de 1944 anota: "Después de la guerra quiero de todos modos editar un
libro bajo el titulo de 'El Anexo'. Si resultará, no lo sé aún, pero mi diario será la base". No vivió
para ello.
¿Habrá alguna vez una traducción definitiva, una interpretación definitiva? Una versión
eclosiona otra y ésta dará vida a todavía otras. ¡Intentos de aproximación al original!
Ana nos legó uno de los documentos cimeros en el conjunto testimonial sobre la
inhumanidad del siglo que industrializó la muerte. La novela iba a llamarse, El Anexo —'Het
Achterhuis'. La realidad se llamó 'Diario'. Un diario frente al cual sólo cabe un intimo. ¡Gracias
Ana!
M. B.
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Espero poder confiártelo todo,
de un modo como no he
podido hacerlo hasta ahora
con nadie, y espero que
seas un gran apoyo para mí.
Ana Frank, 12 de junio de 1942
Domingo 14 de junio de 1942
EL VIERNES DESPERTÉ ya a las seis. Era comprensible, pues fue el día de mi cumpleaños. Pero
no podía levantarme tan temprano y hube de apaciguar mi curiosidad hasta un cuarto para las siete. Entonces
ya no soporté más y corrí hasta el comedor, donde nuestro pequeño gatito, Mohrchen, me saludó con efusivo
cariño. Después de las siete fui al dormitorio de mis padres y, enseguida, con ellos al salón para encontrar y
desenvolver mis regalos. A ti, mi diario, te vi en primer lugar, y sin duda fuiste mi mejor regajo. También me
obsequiaron un ramo de rosas, un cactus y unas ramas de rosas silvestres. Fueron los primeros saludos del
día, ya que más tarde habría bastante más. Papá y mamá me entregaron numerosos regalos y mis amigos
tampoco se quedaron atrás en materia de mimarme.
Entre otras cosas me regalaron un libro titulado, "Cámara Oscura", un juego de mesa, muchas
golosinas, un rompecabezas, un broche, las "Sagas y Leyendas de Holanda" de Joseph Cohén, otro libro
encantador, "Las Vacaciones de Daisy en la Montaña" y algún dinero. Con éste me compré las leyendas
mitológicas griegas y romanas. ¡Fantástico!
Enseguida vino Lies y partimos juntas a la escuela. Comencé siguiendo el ritual holandés de
obsequiar golosinas a mis maestros y compañeros de clase y luego nos pusimos a trabajar.
¡Y, basta por hoy. Estoy tan contenta de tenerte!
Lunes 15 de junio de 1942
El sábado por la tarde ofrecí una fiesta de cumpleaños. Exhibimos una película, "El Guardafaro"
(con Rin-tin-tin), que gustó mucho a mis amigas. ¡Nos entretuvimos como locas! Había muchos jóvenes y
jovencitas. Mamá siempre quiere saber con quién pienso casarme más adelante. Creo que se extrañaría
bastante si supiera que es con Peter Wessel con quien me casaría, pues siempre me hago la tonta cuando me
pregunta. Con Lies Goosens y Sanne Houtman somos compañeras de clase desde hace diez años y ellas son
muy buenas amigas. Entretanto conocí a Jopie van der Waal en el Liceo Judío. Nos juntamos bastante y ella
es ahora mi mejor amiga. Lies ha trabado una amistad profunda con otra chica y Sanne va a otro colegio y se
ha hecho de nuevas amigas.
Sábado 20 de junio de 1942
No he anotado nada durante un par de días, pues quise reflexionar sobre el significado y la finalidad
de un diario de vida. Me causa una sensación extraña el hecho de comenzar a llevar un diario. Y no sólo por
el hecho de que nunca había "escrito". Supongo que más adelante ni yo ni nadie tendrá algún interés en los
exabruptos emocionales de una chiquilla de trece años. Pero eso en realidad poco importa. Tengo deseos de
escribir y, ante todo, quiero sacarme algún peso del corazón.
"El papel es más paciente que los seres humanos", pensaba a menudo, cuando apoyaba
melancólicamente la cabeza en mis manos ciertos días en que no sabía qué hacer. Primero deseaba quedarme
en casa, enseguida salir a la calle, y casi siempre seguía sentada donde mismo empollando mis tribulaciones.
¡Sí, el papel es paciente! No tengo la menor intención de mostrar alguna vez este cuaderno empastado con el
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altisonante nombre de "Diario de Vida", salvo que fuera a LA amiga o EL amigo. Y seguramente no le
interesará mucho a nadie.
Y ahora he llegado al punto alrededor del cual gira todo este asunto de mi diario de vida: ¡en
realidad no tengo amiga! Quiero explicar esto en más detalle, pues nadie comprende que una muchacha de
sólo trece años se sienta tan sola. Y, por cierto, llama la atención. Tengo padres, amorosos y querendones,
una hermana de 16 años y, si los sumo, unos treinta conocidos, más o menos. Tengo una corte de
admiradores que me dan en todos los gustos y que durante las horas de clase suelen manipular algún espejito
de bolsillo hasta que logran capturar una sonrisa mía. Tengo parientes, unos tíos y unas tías realmente
encantadores, una linda casa y, en realidad, no me falta nada, salvo... ¡una amiga! Con ninguno de mis
conocidos puedo hacer otras cosas que bromear o cometer disparates. Me es imposible expresarme de veras y
me siento interiormente abotonada. Tal vez esa falta de confianza sea un problema mío, pero las cosas son
así, lamentablemente, y no logro
...