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Dos ciudades un amor


Enviado por   •  29 de Marzo de 2019  •  Trabajos  •  2.743 Palabras (11 Páginas)  •  142 Visitas

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Me desperté como de costumbre el sol entraba por mi ventana, el calor de la mañana me recordó mi hogar, el aroma del café, el olor a la tierra húmeda.

¡Oh! Cuanto extrañaba mis raíces, mi familia, hacía ya un par de meses que había salido de mi casa por problemas económicos en mi familia, dejando todo aquello que quería sin saber si volvería, con lágrimas en mis ojos salí de mi pueblo, pero tenía un propósito, sacar a mi familia de ese lugar, de la miseria que nos rodeaba.

Llegando a la ciudad me tomo mucho ubicarme en un lugar estable, no conocía a nadie, el miedo recorría mi piel al saber que me había perdido. Con el poco dinero que tenía debía sobrevivir y con la esperanza de que al día siguiente fuese mejor.

Salí de aquel lugar, la suerte esa mañana me acompañaba, pues logre encontrar un trabajo conforme a mi carrera de administración de empresas en el cual me asignaron en el área de mensajería pues como todo empleado tenía que empezar desde abajo.

Conforme pasaron los meses opte el cargo de Gerente General, gracias a mi esfuerzo y desempeño en la empresa con un jugoso sueldo, con el cual pude dar un mayor apoyo a mi familia.

La empresa fue creciendo y todo gracias al esfuerzo que cada empleado brindo. Mi jefe superior tuvo la idea de asociarse con la competencia ya que nos beneficiaba a ambos, la propuesta fue aprobada por el consejo, hecho esto nos pusimos manos a la obra.

La semana comenzaba, tendríamos un día muy ajetreado en la oficina, todos corrían de arriba para abajo, llego la hora del almuerzo, donde nos veríamos con el jefe de la otra empresa y su administrador.

Llegamos un poco tarde al restaurante, pero gracias al cielo no había nadie, al fin y al cabo no éramos los únicos retrasados.

La señorita muy amable nos asignó la mesa, mientras mis jefe y yo conversábamos acerca de beneficios obtenidos en la empresa, algo llamo mi atención, era un joven muy apuesto de traje elegante que se hacía presente al restaurante.

  • Muy buenas tarde, una disculpa se nos hecho tarde. – Bruno Basurto mucho gusto.

Quede atónita, ante su presentación, no imaginaba que trabajaríamos juntos, o posiblemente seria hasta mi jefe.

  • Muy buenas tarde, no es un problema nosotros también hemos llegado tarde. Asintió mi jefe. – Antonio Lastres, el gusto es mío.

Dirigió su mirada hacia mí y dijo: - Ella es Camila Vásquez mi asesora de la empresa.

  • Muy buenas tardes asentí un poco nerviosa, pues Bruno había llamado mi atención.

La tarde pasó como de costumbre, con mucho trabajo pero en calma, debo admitir que no dejaba de pensar en Bruno, mi sorpresa fue cuando sonó el teléfono.

  • Señorita Vásquez, habla usted con Bruno Basurto nos conocimos esta mañana lo recuerda. – quería invitarla a almorzar, para así ponernos de acuerdo con relación a la empresa.
  • Muy buenas tardes señor Basurto, claro que lo recuerdo, si sería perfecto irnos poniendo de acuerdo con relación a la empresa.
  • Perfecto señorita  Vásquez paso por usted a su oficina.

Colgó el teléfono, mis nervios estaban de punta, que acababa de pasar, era increíble que mañana almorzaría con Bruno.

Llegue a mi casa, sabía que no podría dormir de los nervios, en medio de la oscuridad me puse a pensar, como es posible que este nerviosa por un simple almuerzo, solo es trabajo, las ideas están solo en mi mente.

Apenas había lo había conocido, había cruzado pocas palabras con él, no sabía si novia, estaba casado o tenía hijos.

La mañana concluyo de la mejor manera, hasta que llegó la hora del almuerzo, tenía muchos documentos que terminar, estaba tan ocupada que se me había pasado la hora del almuerzo, volví a mi realidad hasta que alguien llamo a mi puerta, era Bruno

  • Señorita Vásquez, no me diga ud que se le ha olvidado nuestra reunión.
  • Disculpe usted, he estado ocupada, pero no, tenía presente nuestra reunión.

Se veía tan hermoso recostado en la puerta, con su traje azul, y una corbata gris que combinaba perfectamente, sus ojos de color café con una mirada intensa, que me ponía nerviosa.

  • Necesita energías para seguir con sus labores, vamos por ese almuerzo.

Salimos de mi oficina, y llegamos al restaurante, era un restaurante fino, en el que nos habíamos conocido.

  • Señorita Vásquez, cuénteme sobre usted, cuanto tiempo tiene de trabajar con Antonio Lastes.
  • Pues vera ya tengo más de 5 años trabajando en esta empresa.
  • Tiene mucho tiempo en realidad, y de quien fue la idea de asociarse con nuestra empresa.
  • En realidad diría que nuestra sociedad beneficia ambas empresa, desde nuestra unión hemos generado muchas ventas, obteniendo muchas ganancias.
  • En eso tiene razón señorita, eso ha favorecido ambas empresas, pero cuénteme más sobre usted, podría estar seguro que usted no es de aquí.
  • Efectivamente señor Basurto, soy de Canterbury.
  • Hermoso lugar por cierto, pero que hace en esta ciudad tan grande?
  •  Mi familia pasaba por una crisis económica, estábamos en quiebra, habíamos perdido todo, y la única solución que quedaba era salir de ahí, proponernos un futuro mejor, y aquí estoy, mi familia poco a poco se ha levantado de la ruina. Y aquí sigo, construyendo poco a poco mi futuro, y todo gracias a mi trabajo, amo lo que hago y eso me hace más feliz.
  • Me gusta escuchar eso de usted, podríamos decir que ambas empresas están en buenas manos administrativas.
  • Gracias señor Basurto, pero dejemos de hablar de mí, y cuénteme sobre usted.

Esperaba escuchar su vida privada, saber o no si la persona que tenía frente a mí, era casada, no quería sonar interesada, pero consideraba que era lo justo, saber de una vez por todas, y así sacarme las ideas que tenía en mi cabeza.

  • Veamos señorita Vásquez, mi vida se resume en una sola cosa, el trabajo, la empresa es la herencia de mi familia, y mi deber es mantenerla a flote, debo admitir que pensé dos veces si la asociación era buena idea, mi padre ha mantenido la empresa solo, y ahora es mi momento, y créame que no pienso dejar que la empresa quiebre.
  • Valla señor Basurto….

Interrumpiendo mi posible respuesta dijo. – Me parece señorita que es muy formal tratarnos así, le parece si me trata de tu, a fin de cuentas trabajamos juntos.

Un poco desconcertada ante su proposición me dispuse a contestar.

  • Pero señor, usted es mi jefe.
  • Lo se señorita, pero créame es muy agotador tratarnos tan formal, no estoy acostumbrado a ser tan formal con mis empleados más cercanos, y me temo que usted lo será. Pero si le molesta no ay problema.
  • ¡Oh.! para nada señor Basurto… perdón Bruno.
  • Jajajaja nos entenderemos muy bien Camila.

Una vez terminada el almuerzo, Bruno pasó a dejarme por la empresa, sin antes decir:

  • Me la pase muy bien Camila, gracias por aceptar, y ponerme al tanto de los negocios.

Sonreí ante lo que dijo, y vi como su auto desaparecía por la autopista. Había sido muy amable, era tan guapo, pero debía concentrarme, él era mi jefe.

Una vez llegando a la oficina, decepcionada ante el trabajo atrasado que tenía, y debía entregar mañana, me esperaba una larga noche.

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