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El Acto De Estudiar


Enviado por   •  23 de Mayo de 2014  •  2.033 Palabras (9 Páginas)  •  289 Visitas

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El Acto De Estudiar*

Al compilar una bibliografía, existe un propósito intrínseco: centralizar o estimular en el lector potencial el deseo de aprender más. Cuando una bibliografía no satisface este objetivo, cuando parece que le falta algo, o no supone un desafío para los lectores, la motivación para utilizarla queda debilitada.

Existen tres clases de público cuando se desarrolla una bibliografía: las personas a quienes va dirigida, los autores citados y el conjunto de los demás escritores de bibliografías.

Una bibliografía no debería prescribir lecturas de un modo dogmático; debería suponer un desafío para quienes leen.

Estudiar e una tarea difícil que requiere una actitud crítica sistemática y una disciplina intelectual que sólo se adquiere con la práctica. Esta actitud Crítica es precisamente lo que no genera la “educación bancaria”.

Cuando los lectores se someten a este proceso ingenuo, la lectura se convierte en algo puramente mecánico, y esto, entre otras cosas, provoca la distracción de los lectores, que acaban perdiendo el interés.

Criterios para desarrollar una actitud crítica durante el acto de estudiar:

a) El lector debería de asumir el rol de sujeto de la acción.

b) En suma, el acto de estudiar es una actitud frente a la realidad.

c) El hecho de estudiar un tema específico nos exige, cuando es posible, estar familiarizados con una determinada bibliografía, ya sea sobre un tema en general o sobre el área de nuestras investigaciones de ese momento.

d) El acto de estudiar supone una relación dialéctica entre el lector y el autor, que se refleja en los temas tratados.

e) El acto de estudiar exige modestia.

Estudiar no es consumir ideas, sino crearlas y recrearlas.

Capitulo ll

Cuanto más analizamos las relaciones educador-educandos dominantes en la escuela actual, en cualquiera de sus niveles (o fuera de ella), mas nos convencemos de que estas relaciones presentan un carácter especial y determinante –el de ser relaciones de naturaleza fundamentalmente narrativa, discursiva, disertadora.

Existe una especie de enfermedad de la narración. La tónica de la educación es preponderantemente esta, narrar, siempre narrar.

La narración, cuyo sujeto es el educador, conduce a los educandos a la memorización mecánica del contenido narrado.

La educación se transforma en un acto de depositar en el cual los educandos son los depositarios y el educador quien deposita.

En la visión bancaria de la educación, el “saber”, el conocimiento, es una donación de aquellos que se juzgan sabios a los que se juzgan ignorantes.

El educador que aliena la ignorancia, se mantiene en posiciones fijas, invariables.

La educación debe comenzar por la superación de la contradicción educador-educando.

En la concepción bancaria que estamos que estamos criticando, para la cual la educación es el acto de depositar, de transferir, de transmitir valores y conocimientos, no se verifica, ni puede verificarse esta superación.

Si el educador es quien sabe, y si los educandos son los ignorantes, le cabe, entonces al primero, dar, entregar, llevar, transmitir su saber a los segundos.

La concepción y la práctica de la educación que venimos criticando, se instauran como instrumentos eficientes para este fin.

La educación como practica de la libertad, al contrario de aquella que es práctica de la dominación, implica la negación del hombre abstracto, aislado, suelto, desligado del mundo, así como la negación del mundo una realidad ausente de los hombres.

La reflexión que propone, por ser autentica, no es sobre este hombre abstracción, ni sobre este mundo sin hombre, si no sobre los hombres en sus relaciones con el mundo.

La Coherencia Entre La Opción Política Y La Labor Que Se Realiza

Nuestra tarea –hacer que numerosas compañeros, particularmente del campo, pero no solamente ellos, lean y escriban, lo que les estaba prohibido durante el régimen colonial- es una tarea política. La decisión misma de alfabetizar es un acto político.

Toda educación, entraña, en sí misma, una intensión política.

La claridad en cuanto al respeto por la finalidad y por los destinatarios de nuestro trabajo educativo.

En la educación colonial el educador, por regla general, nos transmitía “sus” conocimientos y nuestra tarea era la de “tragarnos” esos conocimientos que, para colmo, falsificaban nuestra realidad en función de los intereses de los colonizadores. El alfabetizador colonial “enseñaba” el b,a =ba, que el alfabetizador debía repetir para memorizarlo.

Leer Y Escribir Su Propia Realidad

Según los principios políticos que guían nuestro movimiento, la alfabetización consiste en el empeño con que los alfabetizandos y los animadores culturales juntos “leen y escriben su propia realidad, pensando críticamente su mundo, insertándose con mayor conciencia cada vez en la realidad en transformación”.

En determinadas situaciones lo verdaderamente importante es organizar a la población en grupos y, a través de estos, discutir con ella su realidad, siempre mediante acciones practicas; analizar con ella las condiciones locales y encontrar soluciones a algunos de sus problemas en la esfera de la salud, de la producción etc.; estimularla a organizarse, por ejemplo, en torno a un proyecto de trabajo colectivo, de una granja colectiva.

La acción cultural comienza por la alfabetización misma.

La Palabra Generadora

a) Una palabra generadora es aquella que, escogida en función de ciertos criterios, al ser descompuesta en sus silabas permite, por la combinación de estas, la formación de otras palabras.

A cada conjunto de silabas o “bocados” llamamos “familia”: de ma, me, mi, mo, mu; ta, te, ti, to, tu; etcétera.

Las palabras generadoras están siempre asociadas a ciertos temas, que deben ser discutidos en los círculos de cultura.

Las palabras generadoras no escogen al azar sino de acuerdo con determinados criterios: el de su riqueza temática, esto es

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