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El Alquimista


Enviado por   •  3 de Marzo de 2013  •  2.543 Palabras (11 Páginas)  •  493 Visitas

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Prologo

El Alquimista cogió un libro que alguien en la caravana había traído. El volumen no tenía tapas, pero consiguió identificar a su autor: Oscar Wilde. Mientras hojeaba sus páginas, encontró una historia sobre narciso.

El Alquimista conocía la leyenda de narciso, un hermoso joven que todos los días iba a contemplar su propia belleza en un lago. Estaba tan fascinado consigo mismo que un día se cayó, nació una flor, que fue llamada narciso.

Pero no era así como Oscar Wilde acababa la historia: él decía que cuando narciso murió, vinieron al lago transformado, de un lago de agua dulce, en un cántaro de lagrimas saladas.

---- ¿Por qué lloras? ----- le preguntaron las Oréades.

---- Lloro por Narciso ----- respondió el lago

---- ¡Ah, no nos asombra que llores por Narciso! ------- prosiguieron ellas----.

Al fin y al cabo, a pesar de que nosotras siempre corríamos tras el por el bosque, tú eras el único que tenía la oportunidad de contemplar de cerca su belleza.

------ ¿Pero Narciso era bello? ------pregunto el lago.

------ ¿Quien podría saberlo más que tú?-----respondieron, sorprendidas, las Oréades-----. Al fin y al cabo era en tus márgenes que él se inclinaba para contemplarse todos los días.

El lago se quedo algún tiempo callado. Finalmente, dijo:

-----Yo lloro por narciso, porque cada vez que él se inclinaba sobre mis márgenes yo podía ver, en el fondo de sus ojos, mi propia belleza reflejada.

“¡Que bella historia!”, dijo el Alquimista.

ILUSTRACIONES

CONTEXTO SOCIO HISTORICO

El Alquimista relata las aventuras de Santiago, un joven pastor andaluz que un día abandono su rebaño para ir en pos de una quimera. Con este enriquecedor viaje por las arenas del desierto, Paulo Coelho recrea un símbolo hermoso y revelador de la vida: el hombre y sus sueños. Considerado ya un clásico de nuestros días, este libro ha cautivado a millones de lectores de todo el mundo y ha superado la consagración literaria del autor, como uno de los grandes escritores de nuestro tiempo.

El Alquimista

Relata sobre un joven pastor que cuida su rebaño, y un día se queda dormido en una iglesia abandonada y vuelve a soñar algo repetidamente, y por lo

tanto, decide al otro día ir a visitar a una gitana para que le

descifre su sueño. Le cuenta que ha soñado con un tesoro cerca de las

pirámides de Egipto. La gitana le dice que tiene que ir a buscarlo y

que cuando lo encuentre en vez de cobrarle la consulta, debe darle la

décima parte de ese tesoro. No cree nada de lo que dice y decide

ir a buscar un libro más grueso para poder utilizarlo como almohada y

para tardarse más en leerlo. Estando en la plaza, iba a comenzar

a leer su libro cuando un hombre se le acercó y le dijo que el libro

era aburrido. Se agachó y el muchacho vio que había un resplandor en su

pecho. Comenzaron a platicar y el muchacho le contó sobre su sueño. El

hombre le dijo que él era el rey de Salem y que venia a ayudarlo para

que siguiera su sueño. El muchacho no creía que fuera un rey, pero se

descubrió el pecho y vio que era un tronco de oro puro con piedras

preciosas incrustadas. Quitó dos, llamadas Urim y Tumim, y le dijo al

muchacho que ellas le podrían ayudar a hacer decisiones importantes,

una significaba “si” y la otra “no”. El rey le habló de la

Leyenda Personal, que había que cumplirla, de la Suerte de Principiante

y lo instruyó en muchas cosas importantes. Le dijo que su sueño había

sido la señal de que debía cumplir su LEYENDA PERSONAL, que en el mundo

estaban escritas muchas señales que debía seguir para cumplir su

LEYENDA PERSONAL, le dijo “Cuando quieres una cosa, todo el Universo

conspira para ayudarte a conseguirla”. Decidió ir, vendió todo

su rebaño y juntó dinero para irse a Africa. Llegó a un bar y una

persona se le acercó, hablaba español. Comenzaron a platicar y el

muchacho le contó a lo que iba, le dijo que necesitaba comprar un

caballo, y ésta persona le preguntó si tenía dinero, el dueño del bar

los sacó, ya que la persona con la que el muchacho estaba, era un

ladrón. El muchacho se quedó sin dinero, y llegó a una tienda de

cristales. Entró y le dijo al dueño que le ayudaba a limpiar todos los

cristales a cambio de una comida. El dueño aceptó y cuando terminó el

dueño le dijo que fueran a comer. Le explicó que según el Corán era una

ley darle de comer al hambriento sin ninguna paga. Al dueño le gustó

tanto como se veían sus cristales limpios que empezó a tener mayores

ventas, el muchacho se quedó a trabajar con él cerca de un año para

juntar dinero y así poder regresar a Andalucía y comprar su nuevo

rebaño. Aprendió a hablar bien el árabe, y el dueño de la tienda le

explicó más cosas sobre las señales. “Maktub”

...

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