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El Caos De Borges


Enviado por   •  23 de Mayo de 2014  •  2.212 Palabras (9 Páginas)  •  409 Visitas

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Al mencionar algunas de esas ideas que fecundan la obra de Borges hemos definido ya algunos de sus temas centrales. El caos del mundo y el orden creado por el hombre podrían considerarse la ordenada y la abscisa de su mundo narrativo. En el ensayo "Una vindicación del falso Basílides", Borges resume la cosmogonía de Basílides, según esta doctrina gnóstica hay entre Dios y la realidad humana trescientos sesenta y cinco pisos de cielo; cada cielo está presidido por siete divinidades subalternas; los deficientes ángeles del cielo más inferior (el 365º)fundaron este cielo visible, amasaron la tierra inmaterial que estamos pisando y se la repartieron después. Según otro sistema - el de Valentino - una diosa caída, Achamor, tiene con una sombra dos hijos, que son el fundador del mundo y el diablo. El comentario de Borges : "Admirable idea: el mundo imaginado como un proceso esencialmente fútil, como un reflejo lateral y perdido de viejos episodios celestes. La creación como hecho casual". Un mundo que es el engendro de una divinidad decrépita no puede tener pretensiones de orden y armonía. Si hay un orden, ese orden responde a leyes divinas, no humanas. En ambos casos el universo resulta impenetrable: la inteligencia humana no puede reconstruir un orden que no existe o que si existe está regido por leyes divinas, inaccesibles a la inteligencia de los hombres. Desde otra perspectiva, Borges ha escrito de los argentinos: " El mundo,para el europeo, es un cosmos en el que cada cual íntimamente corresponde a la función que ejerce; para el argentino es un caos"(O.I. 52). Doblemente motivado por las teorías gnósticas y el concepto del mundo del argentino, Borges arriba en sus ficciones a la visión del universo como un caos. Este es el tema de La Biblioteca de Babel: la descripción de la Biblioteca es interminable, infinita. En el ensayo La esfera de Pascal Borges ha historiado las aventuras de esa metáfora que ve el mundo como una esfera cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna (O.I.13) ; en el cuento dice "La Biblioteca es una esfera cuyo centro cabal es cualquier hexágono, cuya circunferencia es inaccesible"(F.86); queda así definido un orden que por infinito es impenetrable. Ese orden - o desorden - se organiza a manera de laberinto que Borges, sin nombrar, describe, diseñando una estructura de caja china que sugiere lo infinito: "A cada uno de los muros de cada hexágono (y el número de hexágonos es indefinido y tal vez infinito) corresponden cinco anaqueles; cada anaquel encierra treinta y dos libros de formato uniforme; cada libro es de cuatrocientas diez páginas; cada página de cuarenta renglones, cada renglón, de unas ochenta letras de color negro"(F.86). Pero el carácter caótico de la Biblioteca está más claramente definido a través de esa idea de Kurd Lasswitz, según la cual veinticinco símbolos en sus variaciones con repetición abarcan todo lo que es dable expresar, organizando el azar y eliminando la inteligencia; pero, agrega Borges, "por una línea razonable o una recta noticia hay leguas de insensatas cacofonías, de fárragos verbales y de incoherencias" (F.88). Dos conclusiones se desprenden de esta comprobación: primero, que la Biblioteca es total, y segundo, la naturaleza informe y caótica de todos los libros (F.87).

Esta condicón caótica de sus libros no arredra a los bibliotecarios que, ansiosos de interpretarlos, aventuran conjeturas sobre el idioma de esos libros impenetrables: lenguas remotas, criptografías, portugués, yiddish y, finalmente "un dialecto samoyedo-lituano del guaraní, con inflexiones de árabe clásico"(F.89), que resulta ser - la ironía es evidente - el idioma buscado. Con humor sardónico Borges se burla de las teorías y supuestas soluciones que los bibliotecarios proponen para leer esos libros ilegibles. La Biblioteca contiene todo lo que es dable expresar en todos los idiomas, todo lo que ha sido y será y, todavía, hay un libro que "es la cifra y el compendio perfecto de todos los demás"(F.92), pero sus libros no pueden ser leídos, y ese compendio - que por ser la cifra del universo "es análogo a un dios" - no ha sido jamás localizado, a pesar de que "muchos peregrinaron en busca de Él". Como el universo que - según la tesis pitagórica actualizada por Nietzsche - se repite cíclicamente, la Biblioteca de Babel es ilimitada y periódica: "Si un eterno viajero la atravesara en cualquier dirección, comprobaría al cabo de los siglos que los mismos volúmenes se repiten en el mismo desorden (que repetido, sería un orden: el Orden)"(F.95). La Biblioteca es un símbolo del universo y el caos de aquélla no es sino el caos de éste.

La visión del universo como una biblioteca caótica se corresponde y complementa con la representación de la vida humana como una gigantesca lotería. En La Biblioteca de Babel el caos del mundo es obra de un dios; en La lotería de Babilonia el azar que determina el destino de los hombres es el resultado de "los sorteos sagrados, que se efectuaban en los laberintos del dios cada sesenta noches"(F.70-71). Al principio la lotería era lo que hoy es: un juego de azar. Partiendo de un juego conocido y de procedimiento elemental, en el cual los jugadores no arriesgan más que unas monedas de cobre, Borges lo amplía y lo complica: primero se interpolan unas pocas suertes adversas entre los números favorables y al final la lotería abarca todas las vicisitudes de todas las vidas. Cada acto que ejecuta cualquier hombre, por insignificante que sea, es una secreta decisión de la Compañía. Como las leyes del universo, las leyes del destino humano están fuera del alcance de los hombres. Y también como el universo, que según las teorías gnósticas es el bosquejo rudimentario de un dios que lo abandonó a medio hacer, el funcionamiento silencioso de la Compañía, "comparable al de Dios", da lugar a toda suerte de conjeturas. "Alguna abominablemente insinúa que ya hace siglos no existe la Compañía y que el sacro desorden de nuestras vidas es puramente hereditario, tradicional..."(F.75).

La lotería de Babilonia es, pues, una variante del tema de La Biblioteca de Babel. Huelga recordar la connotación de Babel o Babilonia para significar desorden, confusión. La Biblioteca es un símbolo del caos del universo; la lotería muestra ese caos traducido en azar que rige la vida humana. En ambos casos es presentada la posibilidad de un orden divino, de un laberinto ordenado según leyes incomprensibles para la inteligencia humana y, consecuentemente, indescifrable.

Asediada o estimulada por el caos del universo, la inteligencia humana se ha esforzado por encontrar un orden o el Orden. La historia de todas las civilizaciones registra esos esfuerzos que, cuando aparecen

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