El Color de la justicia

Anyela Michell Carreño Martínez

201816180

Reseña

En el capítulo “The New Jim Crow” del libro “The New Jim Crow: Mass Incarceration in the Age of Colorblindness” Michelle Alexander postula que el sistema de justicia penal estadounidense usa la Guerra contra las drogas como un medio para aplicar nuevos modos de discriminación y represión hacia la población afroamericana (Alexander, M. 2010). Para sustentar su argumento, Alexander comienza su capítulo con el discurso de Obama, en el cuál, dice que los hombres afroamericanos deben ser mejores padres y dejar de estar ausentes. No obstante, no dice nada acerca del porqué de su ausencia. Por ello, Alexander responde al discurso de Obama al decir que los hombres afroamericanos no pueden ser mejores padres debido a que “están almacenados en prisiones, encerrados en jaulas” (Alexander, M. 2010, pág. 175). Lo anterior se debe a un programa federal masivo conocido como la “guerra contra las drogas” el cual, ha encarcelado más hombres negros que los que alguna vez fueron esclavos, de ahí que sea un nuevo modo de discriminación y/o segregación racial, es decir “The New Jim Crow”.  Por ello, se debe entender al sistema de encarcelamiento masivo como un conjunto de arreglos estructurales usados para discriminar a los afroamericanos. Para explicar lo anterior, Alexander muestra las tres fases del atrapamiento; la primera es la del rodeo, en la cual muestra que el sistema de justicia criminal conducen operaciones de drogas principalmente en comunidades pobres de afroamericanos; la segunda es el período de control formal en la cual una vez arrestados a los acusados ​​se les niega representación legal y se les presiona para  que se declaren culpables; la tercera, es el período de invisibilidad, en el cual después de salir de la prisión se les excluye de la sociedad (Alexander, M. 2010, pág. 182). A su vez, Alexander hace un paralelo entre “The New Jim Crow” y las cárceles actuales, las similitudes se encuentran principalmente en: primero, la privación de derechos políticos como el voto; Segundo, exclusión de jurados, la cual es importante debido a que al excluirlos se dejan de tener representación; tercero, la producción simbólica de la raza, la cual antiguamente tenía el concepto de afroamericano como “esclavo” y ahora como criminal.

        Considero que el texto de Michell Alexander es pertinente para ejemplificar la situación de racismo, e incluso hipocresía, en Colombia. Esta situación, se ve evidenciada históricamente en la Constitución de Cúcuta de 1821, en donde le negaron la ciudadanía a los afroamericanos, excluyéndolos del significado de “pueblo” (Wills, M. 1998). Del mismo modo, según la Fiscalía General de Nación, en el Colombia se cursan actualmente 483 investigaciones por actos relacionados con racismo y discriminación. A su vez, aún no se ha materializado el reconocimiento de La Guardia Cimarrona, instrumento legítimo de las comunidades afrocolombianas en la protección de los derechos étnicos territoriales, ni el reconocimiento de jurisdicción de los pueblos negros (El Espectador, 2018). A su vez, Colombia es un país hipócrita debido a que los ciudadanos se horrorizan al ver películas acerca de la situación de esclavitud de Estados Unidos en la década de los 50. Sin embargo, esos mismos que se aterrorizan les da igual el abandono de la población Afro, la pobreza en la que viven, e incluso alguna vez los tildan de delincuentes (Gutiérrez, A. 2014).

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