El Coronel No Tiene Quien Le Escriba Sentimientos Que Lo Abordan

Sentimientos que abordan los protagonistas: soledad y desesperanza.

“-No esperaba nada- mintió. Volvió hacia el médico una mirada enteramente infantil-. Yo no tengo quien me escriba.” (pág. 23)

El tema de este ensayo se refiere a la soledad y desesperanza que viven los protagonistas a través de la historia, con el propósito de analizar y profundizar este aspecto de la vejez, que sin duda, hasta hoy se refleja en nuestra sociedad.

Para lograr este objetivo, se abordará el tema desde la perspectiva sicosocial de los personajes, su relación con su entorno y con los demás que ignoran la vida del coronel.

Por mucho tiempo, el coronel espera una carta que le informe sobre su pensión de veterano de guerra. Asiste al correo todos los viernes de cada semana, pero esa carta o ninguna otra llegan. La sensación de desesperanza invade al protagonista, el cual toma la decisión de no informar a su mujer, por lo enferma que se encontraba y por el amor que siente por ella. Para sobrellevar esta situación deposita su último anhelo, en el gallo de pelea, que le había dejado como herencia su hijo Agustín, muerto hace unos años atrás.

Actualmente hay muchos “viejos” que esperan la mejora de sus sueldos, pensiones para subsistir, viviendo la indiferencia del resto de la sociedad. Esto se provoca por el individualismo que estamos viviendo y ese afán materialista de trabajar por conseguir nuestros propósitos, sin mirar a los demás y menos de reconocer sus necesidades.

También la soledad de la gente mayor impresiona por estos días, personas abandonadas que viven en la miseria, solos o en hogares de ancianos, sin la presencia de sus hijos que cuiden y velen por ellos. ¿Será acaso esta la forma de agradecer los cuidados que reciben en la niñez los hijos?, o tal vez solo es ¿la ley de la vida? Las respuestas sabemos son personales pero la responsabilidad de una vejez digna es social y de aquellos que nos gobiernan y dictan las leyes.

Pero si bien en la historia se vive un aire de desesperación, existe un elemento que es primordial para la vida de los protagonistas, la figura del gallo, que representa el recuerdo del hijo muerto y la añoranza de un tiempo mejor. El gallo, es sin duda la esperanza reprimida, el deseo de salir de la pobreza y de ser reconocido por los demás. Por este motivo el coronel renuncia a la idea de eliminar al animal o dejarlo sin comer, a pesar de su propia dejación.

Hoy existen muchos símbolos de esperanza para los adultos mayores como refugiarse en sus recuerdos, en sus mascotas y en objetos personales, así como el viejo reloj del coronel o simplemente su gallo de pelea.

Por otra parte, la relación de los personajes principales, el coronel y su esposa que padece de asma, es de amor y compañía, quizás la única que tiene el coronel. Ella lo escucha, lo comprende y lo sigue a todos lados. Por su parte el coronel, le acomoda la realidad para que no sufra, un ejemplo de esto es cuando le sirve el café de la mañana y le miente diciéndole que él ya ha tomado, solo para no preocuparla. En psicología esta forma de hacer ver al otro una realidad distorsionada, se denomina evasión defensiva, aspecto que se aprecia a lo largo de la historia, hasta llegar al momento culmine, cuando el coronel se libera de esta presión y afirma una verdad dolorosa.

“(…) – Dime, que comemos. El coronel necesito setenta y cinco años de su vida, minuto a minuto- para llegar a ese instante. Se sintió puro, explicito, invencible, en el momento de responder –Mierda.” Pág. 99

Con estas palabras el libro termina y no es casualidad que así sea, ya que expresa el desahogo y la liberación personal de aquello que se desea y no se tiene.

Para finalizar se puede concluir sobre la importancia de contener a los mayores, de cuidarlos y retribuirles su aporte a la sociedad, de manera personal pero

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