El Juramento De Los Centenera
belenfaure26 de Mayo de 2014
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UNO
En ese capítulo por lo que entiendo es que ya están en Argentina y explica cuando llegaron al lugar donde estaba Don Juan Parelló para que el narrador cuyo nombre es Josep tenga empleo. Su hermano mayor, Francisco, le había dicho que cuando estén en el momento de pedirle el empleo no rogarle, o sea, no decirle por favor. Francisco le presentaba Josep a don Juan Parelló y ofrecía sus servicios y, si lo aceptaban, bien, si no, buenas tardes. Porque en realidad Parelló no necesitaba un empleado mas. Pero Francisco, finalmente, le rogo, pero no pidiéndole por favor, sino, que le dijo que le de 15 días de prueba, a lo cual el señor acepto sin más que decir, y sellaron el trato con un apretón de manos. Francisco le llevaría la ropa que necesitase. Josep se quedo con las ganas de saludar a sus otros hermanos, pero justo Parelló llamo a su criada, Encarna, para que le muestre la casa y sus obligaciones. Lo poco que Francisco le quería decir se lo dijo con un levantar de cejas, luego un guiño, y por ultimo una palmada en la espalda.
DOS
Familia formada por: el padre, la madre, 2 hijas mujeres (Lupe y María), y 4 hijos hombres (Francisco, Josep (narrador), Salvador y Domingo). Nacieron en este orden: Lupe, Francisco, Josep, María, Salvador y Domingo. Cuando el hambre arreció en la aldea donde vivían, ellos y muchas otras familias decidieron dejarla para ir a vivir a Argentina donde se podían hacer ricos si trabajaban duros. No muchos sabían que Francisco (16 años) lo podían llamar para ir a luchar a la guerra de Melilla. Lo cual la madre falsificó el documento de Francisco a través de un primo que trabajaba con un juez. Lo cual hizo que partiera antes de que Francisco cumpliera 18. Juntaron preparativos que alcanzarían para un año. Hubo que vender, desarrendar tierra y pagar deudas para conseguir los pasajes, para conseguir un lugar donde vivir y si se podía, un trabajo. Ese viaje les provoco ansias. Pero su mama y su papa murieron antes de ir, porque había llegado al puerto donde trabajaba el padre la enfermedad “viruela” por unos marineros. Y los seis hijos se sintieron desgraciados porque no tenían ningún otro parientes, lo cual se empezaron a ayudarse unos con otros. El dinero del viaje estaba, entonces viajarían solos. Durante esos días aparece Segismundo Tienda, el dueño de las tierras de su familia, que para Francisco era un verdadero miserable que les cobraba a sus padres intereses astronómicos, y al no le gustaba para nada. Este hombre venia a pedirle la mano (casarse) con Lupe, y Lupe acepto. Se realizo la boda 2 meses antes de que se vallan para que la hermana tenga tiempo de arrepentirse, pero no. Lupe les explico cómo cuidar a María, porque la niña era retrasada, y el día del viaje Lupe fue de la mano de Tienda. Segismundo Tienda no la soltó en ningún momento.
TRES
En este capítulo Josep explica que se vivía bien en la casa de Parelló pero que paso las primeras semanas recibiendo miles de órdenes. De eso se encargaba Imelda, la cocinera, que se creía la dueña de la casa porque estaba ahí hace 20 años, cuando Parelló se había enviudado, y que para colmo le hacía hacer las tareas de vuelta. Los días en esa casa empezaban cuando salía en alba con la criada Encarna golpeando las puertas para levantarlos para trabajar. La relación entre Encarna y Josep al principio fue mala, pero después se convirtieron en amigos. Un día, Josep estaba sacándoles en barro y luego lustrando zapatos y botas, de la casa, con Encarna a lado que lo ayudaba. Luego ellos dos empiezan a hablar, a partir de que Encarna le pregunta sobre su familia, hermanos, trabajos, etc. Luego en la novela, Josep explica cómo era Encarna: trabajaba allí desde los 7 años, pelo negro, ojos verdes, muslos generosos, tobillos finos, y grandes pechos y caderas, etc. Pero luego la criada le pregunta sobre María, pero él le mintió diciendo que se había quedado con Lupe. Entonces, después de eso, llevaron los zapatos y botas a los botineros de cada cuarto. Finalmente, Josep, le cuenta a Encarna que le había mentido, y le cuenta que cuando venían de España para Argentina en barco, María se perdió.
CUATRO
María estaba siempre de buen humor, era linda, pelo castaño y rizado, y enormes ojos negros. La niña había nacido sin un pulgar, entonces la madre le fabrico un dedo con restos de cuero de la curtiduría del papa, que sujeto con una especie de arnés a la muñeca, las cintas que lo sujetaban a la muñeca eran de color piel, que lo podía usar como si fuese una pinza, y encima la madre le había hecho varios para que les sirva de repuesto. Con todo ese trabajo, la madre nunca se dio cuenta que María era retardada. María nunca supero la edad mental de los cuatro años, no camino hasta los ocho y tenía dificultades para hacerse entender (pero si con la familia), nunca fue a la escuela, y reconocía las letras que formaba su nombre. Pero luego de la muerte de la madre y Lupe casada, se quedo sin alguien que la vigile como lo hacían habitualmente. Ellas tres tenían sus códigos, que ellos no sabían manejarlos. Pero Francisco, por parte, estuvo ayudándola, haciéndole más dedos extras. La nena era muy inquieta, y siempre salía corriendo. Había gente en el barco que la ayudaba, hablaba, como Elisa Retamero viuda de Caballero, que tenía cuatro o cinco hijos que jugaban con María. También la ayudaba Candelaria Blanco que tejía y bordaba enseñándole a María. Y don Timoteo Laguna, pastor evangélico, que le hablaba de la religión. Cuando faltaba un día para llegar, María desapareció.
CINCO
El día que desapareció María, había un baile de despedida, en la que participaron todos mayores de edad, mientras que los chicos pertenecían a un lado. La orquesta, que tocaba música italiana y española, estaba compuesta por pasajeros a los que les hacían un descuento en el pasaje por tocar. Y todos los pasajeros bailaban improvisadamente. Una señora que bailaba muy cerca de donde estaban ellos se enganchó con el tacón los flecos de su mantilla y se cayó, luego su esposo la quiso ayudar y también se cayó. Inmediatamente otras 2 pares de parejas se cayeron también. Entonces los cuatro chicos empezaron a ayudar a las personas que estaba caídas en el piso. Cuando el baile siguió, ellos se dirigieron al banco y María ya no estaba allí. La buscaron con desesperación y también preguntaron a varios, especialmente a los que no bailaban, pero no, nadie la vio. Y encima perdieron tiempo culpándose unos a otros por haberla dejado sola. Cuando la noticia llego al capitán, se difundió por los altavoces para que todos se enteraran, que ya había pasado 2 horas. 2 marineros, mujeres sin hijos y las amigas de María ayudaron también. Entonces el capitán empezó a cerrar puertas por seguridad. Francisco le pidió que mandara a hacer un escrito donde se estableciera el día, la hora, y las circunstancias de la desaparición, y también pidió una lista con los nombre de los pasajeros, edades, y sus procedencias, pero el capitán no se la dio. Entonces el capitán empezó a hacerle muchas preguntas con el tiempo era, con el objetivo de planta en la cabeza de Francisco la idea de que María podía no estar escondida. Todos se fueron a dormir menos ellos y tres marineros de guardia, que contaban historias con diferentes principios. Al día siguiente, se veía definitivamente que María no estaba más allí. Todos se bajaban del barco con saludos a otros, intercambiando cosas, y bajando sus maletas. Nunca escucharon algo parecido como lo que les había pasado. Tiempo después se enteraron que la compañía de Lloyd de Londres, la aseguradora de la mayoría de los barcos que navegaban por el siglo XIX, había comunicado que si los allegados o familiares de las personas desaparecidas no hacían una denuncia antes de descender del barco no tendrían luego derecho a ninguna indemnización.
SEIS
Al contarle lo que había pasado con María, se sintió mejor, o como él dice: alivio. Es que él no se había olvidado de su hermana, ni de sus hermanos desesperados buscándola ese día, etc. Encarna le había jurado no decir nada a nadie. Un día Encarna le trae una taza de mate cocido a Josep en el patio de atrás donde estaba la cabelleriza, mientras que Josep estaba limpiando la montura preferida de don Juan. Su amiga le toco el tema de su hermana, María, y él se puso nervioso porque no quería que Francisco se enterara de que él había contado el secreto. Encarna le hizo entender que no importaba lo que Francisco dijera, y en ese momento Josep se arrepintió de haberlo contado, y ella le dijo que lo estaba ayudando. Los cuatro hermanos habían enterrado el tema de María. Tampoco ellos sabían cómo se lo iban a explicar a Lupe. Y encima uno de los hermanos le pregunto a Francisco de que si Segismundo Tienda llegara a morir, Lupe viajaría a Argentina con ellos, pero Francisco no le contesto y los cuatro se fueron a dormir.
SIETE
Lupe les mando una carta a los cuatro, en realidad a los cinco. Ella parecía conforme con lo que había elegido. Quedarse. Ella dice que Segismundo Tienda era un buen hombre, que le faltaba los modales, ahora se baña, le regala cosas, etc., y para colmo Lupe siempre quería saber de ellos, en especial de María. También Lupe mandaba moldes para agrandar los dedos de María porque la niña estaría creciendo en Argentina. Los días que Josep tenia libre, después de la cena Francisco leía en la pensión las cartas de Lupe, en vos alta, solo una vez y sin quebrarse. Cuando terminaba la guarda en el sobre y luego en un cajita. Josep, Salvador y Domingo nunca supieron las contestaciones de esas cartas. Los mejores cuartos en la pensión eran los que estaban a mitad de camino y sobre las galerías. En la novela explica
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