El Psicoanalista

Primera parte: Una carta amenazadora.

El día en que el personaje principal, el doctor Frederick Starks cumple cincuenta y tres años, una misteriosa carta llega a su despacho después de que su último paciente, el señor Roger Zimmerman, tomo su sesión de psicoanálisis.

En esta carta le informan al doctor Starks que alguien llamado “Rumplestilskin” quiere cobrar venganza de algo que el doctor le hizo en su pasado, y le propone un juego, si en quince días el no ha descubierto el verdadero nombre del supuesto señor Rumplestilskin, el tiene que suicidarse, o algo horrible le pasara a algún miembro de su familia, tenia derecho a hacer tres preguntas que se contestasen con un si o un no en la portada donde ponen anuncios en el “New York Times” seguido de eso esperar veinticuatro horas para que el señor Rumplestilskin respondiese.

Le pareció curioso que algo así sucediese el año en que esperaba morir, puesto que su padre precisamente murió a la edad de cincuenta y tres.

Al principio lo toma como una broma, pero después de averiguar que a un familiar suyo el señor Rumplestilskin ya le había hecho un regalo, realmente pensó que estaba en un problema.

Al día siguiente conoce a la persona que seria su guía para el infierno en este juego de la muerte, Virgil, que así se nombra ella, se presenta ante Ricky y le insita a jugar, le advierte que

realmente el señor “R” esta furioso y que no descansara hasta que su venganza se realice. Virgil le dice que su paciente, el señor Zimmerman, ya no volverá a tomar terapia con él, ya que había decidido terminar con sus sesiones esa misma tarde frente a una estación de metro.

Al investigar, descubre que el señor Zimmerman se lanzo a las vías del metro por su propia voluntad según el informe policiaco, pero al preguntarle a una indigente que estaba en la estación de policía al momento de rendir el informe, averigua que en realidad lo lanzaron una chica con una descripción bastante parecida a la de Virgil y otra persona que no conoce pero que bien podría ser la de el señor “R”.

Al día siguiente, el primer día de sus acostumbradas vacaciones de verano, una carta de la asociación de Psiquiatras de Nueva York llega a sus manos con una demanda en ella por parte de una señora anónima, la cual dice haber sufrido graves abusos por parte del doctor Starks, en un intento por recuperarse gracias a las sesiones de Psicoanálisis que tuvo con el.

El va a buscar al abogado que la señora anónima menciona en su demanda para que le explique cual es la situación y la veracidad de la demanda. El abogado con nombre Merlín, le advierte que la demanda es total y absolutamente verídica, le aconseja que seria mejor que el se consiguiese un abogado, puesto que acabara con el si es que

el se enfrenta y le da a conocer toda la información recavada hasta el momento por el, le ase participe de su conocimiento de una casa de veraneo en unas playas a donde el acostumbra a ir en el mes de vacaciones de verano. De su departamento, y de cuanto valen todas y cada una de estas propiedades.

Con todo esto, Ricky sospecha que la mujer de la supuesta demanda y el abogado demandante son empleados del mismísimo señor “R”, así que no perdiendo mas tiempo comienza a investigar en su pasado, buscando pistas de una persona aparentemente imposible de buscar y de recordar.

Tras largas horas de búsqueda e interpretación de las pistas que Rumplestilskin le había dejado llego a la conclusión de que tenía que buscar a la madre de este, a la cual no tuvo oportunidad de ayudar, en sus años de servicio en un hospital de Nueva York. Le hace saber esto a el señor “R” con una nota en el New York times. Pero al tratar de pagar el anuncio con la tarjeta de su cuenta bancaria, se da cuenta de que estas están congeladas, por alguna política del banco que alguien había hecho vía Internet. El paga el anuncio en efectivo, y sigue investigando el problema de sus cuentas de banco, y todas están congeladas, excepto la que tiene en el banco donde pasa sus vacaciones, así que decide tomar manos en el asunto y le dice al presidente del banco, que no valla a hacer ningún cambio en su cuenta

hasta que el se presente personalmente. Veinticuatro horas mas tarde, el señor “R” le contesta con un anuncio en el periódico que solo el recibe, en el que le informa que esta en lo cierto, su madre le había pedido ayuda, pero el solo la atendió superficialmente, al morir, el señor “R” se quedo solo.

Pensó en pedir ayuda, ¿pero ayuda de quien? Pensó en la policía, pero esta solo se burlaría de el, como se lo había advertido el señor ”R”, pensó en alguno de sus colegas, pero después de la demanda que le habían hecho llegar, advirtiéndole que toda la sociedad de psicoanalistas de Nueva York, estaba enterada, no le pareció muy correcto, además era verano, mes de vacaciones, y luego pensó en su mentor, a quien veinticinco años atrás le había enseñado, y el mismo había psicoanalizado a Ricky, el doctor William Lewis.

Al hablar con el por teléfono, se sito inmediatamente en la casa de retiro del doctor jubilado, al llegar a esta le pide ayuda urgente, le cuenta todo lo que a pasado con el, de la carta misteriosa, de su paciente acecinado en un aparente suicidio, y de sus encuentros con Virgil y Merlín, cómplices de el señor “R”, de cómo había averiguado que fue a su madre a la que había dejado de ayudar y por eso había cobrado venganza veinte años después.

El doctor Lewis, atento a todo lo que Ricky decía, empezó a cuestionarlo sobre todo, y descubre junto con

el que tal vez el plazo que le había dado el señor “R” a el era el tiempo en el que su madre había fallecido suicidándose, desde su primera consulta, el método en el que el señor “R” quería que Ricky muriese. Le advierte también que realmente esta solo en este juego y que no puede confiar en nadie, dado que este “juego” está bien planeado, ni siquiera puede confiar en él. Ricky se queda a dormir ahí esa noche, y a la mañana siguiente se levanta y se da cuenta que el doctor Lewis no esta en la casa y solo a dejado una nota en el que le dice que a salido inesperadamente, y que no lo vuelva a buscar por ningún motivo ni propósito, también lo cuestiona en que si tal vez gana el juego, lo pierde de alguna manera, o viceversa si al perder, gane. Un taxi lo esta esperando para llevarlo de nuevo a Nueva York, y de camino a la estación de tren se topa con un accidente automovilístico en el que, según el policía que le impide el paso por dicha calle, es la descripción exacta del coche del doctor Lewis.

En el tren a Nueva York, se encuentra nuevamente con Merlín que le advierte

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