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El rayo y el viento símbolos del amor y la lucha.


Enviado por   •  20 de Febrero de 2017  •  Ensayos  •  1.642 Palabras (7 Páginas)  •  153 Visitas

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El rayo y el viento símbolos del amor y la lucha.

I. Introducción.

“El rayo que no cesa” y “Vientos del pueblo”, son sin duda dos grandes obras de el gran escritor Miguel Hernández. Estas grandes obras son denominadas “poemarios” ya que el autor dentro de ellas, nos pone sus sentimientos, todo lo que él estaba sintiendo al momento de escribir en una forma de poema, cada poema nos trata de algo diferente, con situaciones bastantes diferentes (aunque cabe destacar que hay algunos poemas que van de la mano con otros) pero con un fin en común, ya sea para expresar su dolor o su descontento.

“El rayo que no cesa”, es un conjunto de poemas en donde el autor Miguel Hernández nos muestra a partir de bastantes recursos y símbolos su pasional amor que él había sentido pero que nunca había sido correspondido, expresándonos ahí su gran dolor que él está sintiendo en ese momento más aparte una gran poesía que es de admirar.

Por otro lado, en “Vientos del Pueblo” su poesía se torna un poco más seca, algo así como si él estuviera consiente de la situación de la España de ese momento y quisiera que todo esto cambiase empatizándose con el pueblo y por todo lo que estaba pasando como podemos ver en el poema número 2 “Sentado sobre los muertos”. A continuación, haremos breves análisis de poemas que podemos encontrar en los dos textos, dividiendo el trabajo en 2, la primera parte será acerca de poemas que están en “El rayo que no cesa” y la otra parte será de poemas que encontramos en “Vientos del pueblo”.

II. El rayo que no cesa.

II.I. Poema numero 2: En este poema podemos observar la figura del rayo incesante, el rayo que se le está clavando en el corazón como una estalactita y que no lo deja vivir. Analizando este poema nos podemos dar cuanta que él no tenía nada más ni nada menos que un dolor de amor, un dolor de corazón con el cual no podía y quería que ya acabase, quizá alguna infidelidad o un amor no correspondido habían sido los responsables de este gran dolor que el tenía en el corazón. “¿No cesará esta terca estalactita de cultivar sus duras cabelleras como espadas y rígidas hogueras hacia mi corazón que muge y grita?” (Pág. 9).

II.II. Poema numero 5: Este poema, a mi parecer es uno de los que más me ha gustado de casi todo el poemario, porque este se basa casi en su totalidad de comparaciones que hace el autor acerca de los corazón de ambos, del autor de ser la mujer a la cual amo con todo su corazón pero no le correspondió, diciéndole que su corazón era como una naranja sin un interior dulce (refiriéndose que el corazón de ella era un corazón agrio) pero que por fuera este corazón parecía un corazón que amaba, también le dice que su corazón es frio como un hielo, el autor compara su corazón con una granada ruborizada a la cual este pudiera haberle ofrecido amarla (la comparación de su corazón con una granada quizá sea por el color rojo de esta, aparte de que siempre está llena y su sabor dulce), tratando en este poema el tema de un amor el cual nunca le pudo ser correspondido, que él estaba dispuesto a amar a la mujer pero la mujer nunca estuvo dispuesta a amarlo a él. “¡Ay, qué acometimiento de quebranto ir a tu corazón y hallar un hielo de irreductible y pavorosa nieve!” (pág. 12).

II.III. Poema numero 17: Este es uno de los poemas que más interesantes me han parecido, porque aquí Miguel Hernández nos habla acerca de la muerte, pero nos ejemplifica la muerte como el toro y como el vino, y, combinándolo con un pesar de amor que el solamente podía sentir que tan grande era ese pesar, porque por la forma en la que él no lo expresa, y con la magnitud de hasta llegar a pesar en la muerte por esto y la repetitividad con que lo vemos en la obra, podemos pensar que este si el dolió bastante, él nos dice que el toro es un ser el cual sabe acerca de su destino al final de su corrido y que para él, la muerte tiene sabor a vino, que él se deleita con la muerte, (es lo que nos podría dar a entender) y que él es el toro y que su sangre es un vino que corre de su corazón el cual fue perforado y dañado. “Y como el toro tú, mi sangre astada, que el cotidiano cáliz de la muerte, edificado con un turbio acero, vierte sobre mi lengua un gusto a espada diluida en un vino espeso y fuerte desde mi corazón donde me muero.” (Pág. 27)

II.IV. Poema numero 23: Este es uno de los tantos poemas en los que podemos observar que el autor nos da metáforas iguales o similares, ya que en este nos vuelve

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