Emma Zunz

Emma Zunz

Emma Zunz, un cuento famoso de Jorge Luis Borges, ha sido interpretada como una historia de venganza por parte de una joven traumada y dolida por la muerte de su padre.

Emma, una joven de diecinueve años, recibió una carta en que se le anunció la muerte de su padre a causa de un supuesto suicidio; desesperada y llena de dolor ella decidió emprender su venganza contra el causante de la muerte de su padre: Aarón Loewenthal, quien por sus delitos (robos a la fábrica) llevó al exilio al padre de Emma, ya que él era el único, según Loewenthal, que tenía conocimiento de sus actos. Emma también lo sabía y por el promovió su venganza.

Esto nos sembró la inequitud entre realidad y ficción: ¿Realmente Emma emprendió el asesinato contra Loewental por venganza? Aparentemente, esta justificación es verosímil; sin embargo, existen trasfondos en el texto que nos lleva a diversas interpretaciones. Borges escribe su obra con el fin de que sus lectores sean capaces de originar interpretaciones sin término, y por esta razón deja conscientemente varios situaciónes vacíos. De esta manera la obra se torna interesante, sin que el lector se escapa. A manera de justificación, la hipótesis interpretativa que viene con Emma Zunz es posible porque Borges ha dispuesto sus materiales: acciones, secuencias, actores, enunciación, puntos de vista, etc. en niveles sintomáticos en los que, con plena conciencia de su oficio, dejan abiertas las reglas del pensamiento.

El primer lugar en que podemos ver una postulación clásica de la realidad está en la mención de los emociones que resulten fundamentales en el desarrollo del relato, sin detenerse en la proliferación de detalles. Se practiquen aquí los procesos de selección y imprecisión que constituyen las operaciones básicas de los procesos psicológicos de la realidad. Lo apreciamos en diversos lugares del cuento, como sus primeras líneas, o el penúltimo párrafo: “Los ladridos tirantes le recordaron que no podía, aún, descansar. Desordenó el diván, desabrochó el saco del cadáver, le quitó los quevedos salpicados y los dejó sobre el fichero. Luego tomó el teléfono y repitió lo que tantas veces repetiría con esas y otras palabras: Ha ocurrido una cosa que es increíble... El señor Loewenthal me hizo venir con el pretexto de la huelga... abusó de mí, lo maté.” Este primer modo es el método básico que Borjes utilizó para construir el argumento inmediato de su texto: un cuento de Emma, que venga a su padre elaborando un plan complicado para castigar al verdadero hombre culpable del robo. Estas acciones son la realidad de Emma, pero no del mundo verdadero – su padre le estba mintiendo porque Emma es su único oportunidad de salvar su dignidad.

El segundo modo de la realidad es un poco diferente – esta realidad nos ofrece otras realidades, y abre el relato a posibiladades narrativas no desarrolladas en el texto. Un gran ejemplo está en el texto del narrador, que figura entre par´ntesis, cuando refiere a los recuerdos que asaltan a Emma al enterarse de la muerte de su padre: “Recordó veraneos en una chakra,…recordó (trató de recordar) a su madre,… recordó el auto de prisión…” Estás declaraciones insinúan una realidad más amplia en comparación con la vida familiar de los Zunz durante la infancia de Emma. Esta sugiere la existencia de algún distanciamiento problemático entre la joven Emma y su madre, de quien no se dan nunca mayores antecedentes.

Siempre habrá varias versiones de la realidad entre la ficción de lo que aparentemente está ocurriendo en el mundo. Con diferentes ojos, podemos ver muchas opciones, pero no necesariamente la opción correcta. Cada teoría que aparece requiere mucha atención, pero Emma nunca prestó la correcta cantidad.

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