Ensayo de MOMO, MICHAEL ENDE

Escuela Preparatoria Oficial Anexa a la Normal de Coacalco

Reporte de lectura del libro:

 “MOMO” de Michael Ende.

Profesor: Roberto Gutiérrez Rodríguez.

Materia: Etimologías Grecolatinas

Grado y grupo: 1°, 1

Alumno: Cruz Ortega Vivian Sayuri

MOMO, MICHAEL ENDE.

Momo tenía muchos contras en su vida, no sabía leer ni escribir, no contaba con su edad exacta pues la desconocía, tenía un aspecto dudoso, pues muchos de los habitantes de aquella ciudad en la que vivía no podían diferenciar si se trataba de una niña o un niño, vestía con un saco enorme de hombre y una falda recocida de muchos trozos de tela, su hogar era el viejo anfiteatro puesto a que anteriormente había escapado de un lugar en el cual recibía malos tratos.

Aquella pequeña niña era querida por muchos de los residentes de la ciudad incluyendo a los adultos, momo era una niña muy especial, contaba con una gran virtud, podía escuchar a quien fuera y sin producir alguna palabra de su boca, aquellos a quienes escuchaba llegaban a una reflexión por sí mismos, quizá era la tranquilidad y la atención con la que aquella personita escuchaba a quienes recurrían a ella. Así como podía escuchar también lograba que los niños que fueran a jugar con ella al anfiteatro pudieran maquinar juegos nunca antes inventados, tan divertidos que cada día llegaban más y más niños entre ellos María y su hermanito, Paolo, Blanco, Claudio y otros, navegan por el mar entre tormentas y diluvios, nada de eso importaba, eran felices al igual que la niña Momo.

En lo que correspondía a los adultos que visitaban consecutivamente a la niña entra Beppo Barrendero que como su nombre lo dice era un viejo barrendero, Gigi Cicerone bueno él tenía muchos empleos pero su tiempo con Momo relataba extraordinarias historias, Nicola era un carpintero, Nino el dueño de una pequeña cocina y el Sr. Fusi, un peluquero, el ultimo mencionado fue la primer víctima de lo que nadie pensó y ni cuenta de ello, existían unos tipos con trajes grises, sombrero, maletín y un cigarro del mismo color, todo ellos eran unos personajes a escala de grises que estafaban a la población perturbándolas con una serie de operaciones acerca de los minutos, segundos y horas que las personas desperdiciaban y que a la larga les sería útil, trabajaban en una empresa en la cual guardaban las horas que ellos iban ahorrando. Con el paso del tiempo a la gente no les quedaba ni un segundo de su tiempo para ver de sus hijos o tener tiempo libre, como consecuencia los niños que iban con Momo y los adultos dejaron de desperdiciar tiempo en ella o al menos eso pensaban que era, sólo desperdicio de tiempo.

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