INFLACION Y DEFLACION

INFLACIÓN O DEFLACIÓN

Llama la atención a que, hasta ahora y desde hace mucho tiempo, el problema de casi todos los países viene siendo la inflación pero que, en las actuales circunstancias, ya puede ser lo contrario, la deflación. Recuerda la deflación que siguió al ciclo inflacionario de 1929 y lo difícil que fue salir de ella. No estamos nosotros en Colombia ahora en una deflación, secuela del tremendo ciclo de expansión de la industria de la construcción y del alza inmoderada de los precios de los bienes raíces? Los índices deflacionarios son evidentes: crisis del sistema de producción, falta de demanda, altas tasas de interés, considerable desempleo, etc. En resumen, el sistema económico del país está virtualmente parado. Qué más deflación queremos?

A todas estas, lo que nos tenemos que preguntar es si la política actual del Banco de la República todavía busca controlar la inflación, y si sus directores no se han dado cuenta de que ya estamos en deflación. La diferencia entre inflación y deflación puede ser a veces sutil, el mero filo de la navaja.

Lo que puede estar confundiendo a los directores del Banco es que el país viene, desde hace ya mucho, con una inflación, que parece ser persistente, de alrededor del 20 por ciento anual y que la ley, muy torpemente, le exige al Banco reducirla año por año. Torpemente porque cosas tan delicadas como el equilibrio económico de un sistema de mercado no se pueden legislar. El país trae una inflación persistente, porque año por año el Gobierno decreta un alza de salarios de acuerdo con la inflación anterior. Esa alza va al mercado y puja los precios.

Un análisis sencillo nos permite ver que esto es así. El poder de compra total del país está compuesto por tres rubros: por los salarios, más los dividendos que pagan las empresas a sus accionistas, más los arriendos que reciben los propietarios de los bienes raíces. La suma total de estas tres cosas que recibe el público en el año es lo que llamamos la Renta Nacional, que es lo mismo que el Producto Interno Bruto, el que los economistas llaman el PIB. Toda la Renta Nacional que recibe el público va al mercado y si, simultáneamente, los productos que salen al mercado no han aumentado, los precios suben. En esa forma los empresarios reciben el alza de los salarios que han efectuado, y así el alza de salarios no tiene más efecto que subir los precios.

Este mecanismo lo conocen, o lo deberían conocer, los directores del Banco que han estudiado macroeconomía. Sorprende que tanta gente experta en estas materias se trague el cuento del alza anual de los salarios, sin tomarse el trabajo de decirle al país que está perdiendo su tiempo, como el hombre que corre detrás de su sombra para alcanzarla. Si no lo han hecho, sabiéndolo, es porque seguramente les ha dado miedo que los clasifiquen como neoliberales, porque en Colombia hoy día son

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