Importancia Del Floklore

El folclore: concepto y función social

Por Hugo Orlando Quevedo

(Primera nota)

En el ambiente radiotelefónico y aún fuera de él, cuando se habla de folclore se alude generalmente a su música, a sus danzas, a sus expresiones poéticas. Se lo toma desde un ángulo simple y puramente formal. Se busca en la melodía de las notas, en la coreografía de los bailes y en la intención de la copla, manifestaciones capaces de proporcionar esparcimiento. El folclore así cultivado o vulgarizado, habrá de ser tenido como una actividad sin trascendencia, una fuente de recreación sin profundidad ni contenido saludable.

La música, la danza y las canciones tienen su sentido humano, cumplen una finalidad social, cuando se las utiliza sólo como entretenimiento. Debe penetrarse en su fondo y remover para mejor comprenderlo, el espíritu que las anima. De esta forma lo sostuvo hace varios años el folclorólogo Lindolfo Dozo Labeaud.

La esencia y la función del folclore es buscar con amor y dedicación el alma del pasado popular, prolongándose en las generaciones con sus rasgos característicos, su perfil diferencial y sus propios valores. Pero el folclore es algo más que aquellas manifestaciones, tan corriente en nuestra vida diaria. Es el conocimiento, transmitido por tradición, de la vida del pueblo; la cultura de la masa popular por oposición a la cultura de las clases instruidas. Y el estudio comprende los diversos aspectos en que transcurre y juega su existencia el mayor número de habitantes dentro de un pueblo civilizado, desde los cuentos y adivinanzas hasta las leyendas y refranes; desde las creencias y supersticiones hasta la medicina y la terapéutica de las curanderas; desde las fiestas cívicas y religiosas hasta los usos y costumbres, incluso aquellas que marcan épocas en la vida de las personas como el nacimiento, el matrimonio y la muerte.

El dominio del folclore es tan extenso que difícilmente pueda abarcarlo una sola mentalidad y sus complejidad derivan de la vinculación que tiene con la sociología, la antropología, la arqueología y también la etnografía con la cual no es fácil, muchas veces, precisar el deslinde.

El alma popular es el alma de la Nación. La ciencia folclórica tiende a desentrañarla y esclarecerla para mantener intactas las características como aquella de que el pueblo es quien encauza y perfila el carácter de la nacionalidad. Porque el pueblo es el que labora, construye, edifica; su trabajo proporciona materias indispensables para vivir, el arte y la literatura extraen del alma popular la inspiración para la obra de fisonomía propia y por esto mismo capaz de universalizarse. Ha expresado el autor citado "ut-supra": del pueblo han surgido casi siempre los héroes, los estadistas, los pensadores y los sabios; en las alegrías y tristezas del pueblo palpitan, muchas veces, los sentimientos más generosos.

Muchos de los estudios elaborados sobre el folclore han prescindido del acerco aborigen. Sin embargo el aborigen constituye lo que técnicamente puede decirse fuente viva de investigación no solamente como entidad humana, desde el enfoque etnográfico, sino también como valor espiritual, desde el punto de vista de la ciencia folclórica. Disperso, en unidades, a lo largo de nuestro territorio o agrupado en parcialidades, en algunas regiones, forma núcleos de población popular con sus características genuinamente telúricas.

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