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LA VERDAD DE LOS PERSONAJES EN LA ILÍADA, LA ODISEA Y LA ORESTÍADA


Enviado por   •  21 de Febrero de 2014  •  2.469 Palabras (10 Páginas)  •  406 Visitas

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LA VERDAD SIMBOLIZADA EN ALGUNOS PERSONAJES DE OBRAS GRIEGAS.

A partir de la lectura de las obras griegas clásicas, “La Ilíada”, “La Odisea” y “La Orestíada” trataremos de tomar como punto de vinculación la verdad, teniendo en cuenta las distintas formas en que ella se presenta, veremos cómo es manifestada en la vida de los principales personajes, a través de sus diferentes acepciones. El concepto de “La verdad” ha interesado al hombre desde tiempos antiguos, y ella va a ser el eje principal de estos títulos clásicos, siendo la hacedora del destino de cada personaje.

Sin embargo cabe hacerse esta importante pregunta: ¿Cómo modifica la verdad el accionar de los personajes?

Pero para contestarla debemos responder a preguntas que sirven de antesala a la misma: ¿Qué es la verdad? ¿Qué significa que algo sea verdadero? ¿Tenemos acceso a la verdad o siempre se nos oculta? ¿Hay una o muchas verdades?

La noción de Verdad surgió como una categoría absoluta, pero hoy parece que se ha ido relativizando. La filosofía muestra que no hay una única definición sobre la verdad, hay muchas formas de entenderla y muy diferentes entre sí. No todos utilizamos la noción de la verdad del mismo modo.

Tomemos una primera definición de verdad, que se conoce con el nombre de "verdad por correspondencia". Hay una famosa caracterización que hace Aristóteles de la verdad en su libro De interpretatione:”Decir de lo que es que es y de lo que no es que no es, es verdadero. Decir de lo que es que no es y de lo que no es que es, es falso"1. Tenemos, por un lado, la expresión de un concepto, de una idea y, por otro lado, a la realidad misma. La verdad es siempre una relación entre ambas extensiones. “Verdadero" es una afirmación sobre las cosas y nunca las cosas mismas.

La clave de esta forma de delimitar la verdad está, entonces, en la correspondencia. Pero para ello resulta necesario aceptar una serie de condiciones: primero, que nuestro acceso a lo real es viable, segundo, que es imparcial y tercero, que es universal.

Pero ¿qué problemas filosóficos tendría esta forma de entender la verdad? La verdad por correspondencia supone un hombre que accede a lo real de modo objetivo, esto es que hay una realidad que posee su propio sentido con total independencia del conocimiento humano. Pero para que este criterio funcione todos tendríamos que estar comprobando en la realidad las afirmaciones de manera similar y sin diferencias.

La Ilíada comienza con la gran cólera de Aquiles, porque Agamenón, rey de los aqueos y jefe de la expedición griega contra Troya, se ha empeñado en quedarse con su esclava favorita, Briseida. En señal de protesta, Aquiles, con su ejército, decide mantenerse al margen de la batalla, en su campamento, junto a las naves griegas atracadas en las playas del Estrecho de los Dardanelos, cercano a Troya.

Esta decisión supone un grave perjuicio para los aqueos, que son diezmados por los defensores de Ilión, la acosada ciudad troyana donde residía el rey Príamo, padre de Héctor y de Paris, el raptor de Helena, esposa de Menelao, el hermano de Agamenón.

Es aquí donde nos preguntamos: ¿Cuál es la verdad? ¿Quién tiene la verdad en ésta situación? Para Aquiles la verdad de su enojo residía en no poder soportar que su rey, se haya quedado con Briseida, a quien toma como propia .Pero sobretodo, y principalmente, porque con esta acitud el rey lo humilla delante de todo el ejército. En este sentido podemos ejemplificar ésta cólera con la repuesta que Aquíles le dá a Agamenón en esta disputa:

“Cobarde y vil podría llamárseme si cediera en todo lo que dices; manda a otros, no me des órdenes, pues yo no pienso ya obedecerte. Otra cosas te diré que fijarás en la memoria: No he de combatir con estas manos por la joven ni contigo, ni con otro alguno, pues al fin me quitáis lo que me disteis; pero de lo demás que tengo junto a mi negra y veloz embarcación, nada podrías llevarte tomándolo contra mi voluntad. Y si no, ea, inténtalo, para que éstos se enteren también; y presto tu negruzca sangre brotará en torno de mi lanza”.

Al mantenerse obcecado en sus convicciones (hybris), la guerra en Troya hizo muchos más estragos de los esperados. Su cólera, justificada en un principio ,se transforma en funesta (oulómenen) .Esta verdad entonces, podemos decir que se fue desvaneciendo con el transcurrir del tiempo, convirtiéndose en una obsesión. Vemos aquí, entonces, la expresión de un concepto, de una imagen (la de Aquiles) y, por otro lado, a la realidad misma.

Para Agamenón la verdad era otra. El había tenido que entregar a su esclava Criseis, a la que había capturado en la batalla, a su padre Crises, uno de los sacerdotes de Apolo. Por lo tanto su VERDAD era que debía recuperar sus privilegios, obteniendo como recompensa una esclava de las cualidades que hasta ese momento él había tenido.

Aquí vemos como se hace subjetiva la verdad y de qué manera según los actores es tomada e interpretada, con distintos resultados.

Los dioses, divididos en dos bandos y en continuo ir venir del Olimpo, contemplaban la batalla desde el Monte Ida, e intervenían en ella de forma encubierta encarnándose en héroes de apariencia humana. Unos apoyaban a los griegos y otros, a los troyanos, haciendo uso de su verdad subjetiva, tomando partida para uno u otro bando. Zeus actuaba de árbitro, tomando decisiones en favor de uno u otro bando según consideraba que debía equilibrar la marcha de la batalla o dicho de otro modo según su propia verdad.

Según Kant, podemos ver la objetividad de otro modo. Según él, "objetivo" tiene que ver con la idea de intersubjetividad, esto es, con las formas usuales en que los seres humanos coincidimos para conformar la realidad.

La correspondencia es la forma de concebir la verdad que más utilizamos en la vida cotidiana. Uno da por supuesto que aquello de lo que habla, se corresponde con lo que es. Es, en este sentido, que podemos hablar de una segunda forma de entender la verdad: la verdad por coherencia. Cuando nos sentimos tristes o felices o amamos a alguien, no está en juego la correspondencia con la realidad. La sensación es del plano del sujeto. Por más que imparcialmente se nos señale que nuestras sensaciones no tienen sentido, si lo siento, es verdadero. Lo práctico se vuelve más importante que cualquier teoría.

Teniendo en cuenta esto podemos analizar la verdad en “La Odisea”: Odiseo, rey de Ítaca,

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