LAICIDAD EN LA EDUCACION BASICA

Iniciaré por mencionar algunos de los artículos en las cuales se sustenta la laicidad del individuo.

El artículo 3° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece entre otros que: “Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El estado -federación, estados, distrito federal y municipios-, impartirá educación preescolar, primaria y secundaria. La educación preescolar, primaria y la secundaria conforman la educación básica obligatoria…Garantizada por el artículo 24 la libertad de creencias, dicha educación será laica y, por tanto, se mantendrá por completo ajena a cualquier doctrina religiosa”…mismo que queda ratificado en el art 5° de la Ley General de Educación vigente..”La educación que el Estado imparta será laica y, por lo tanto, se mantendrá por completo ajena a cualquier doctrina religiosa” o bien, la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU (1948) suscrita por México, que en su Articulo 18º establece que: “Toda persona tiene derecho a la libertad pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o creencia; así como la libertad de manifestar su religión o su creencia individual o colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia”.

Definamos la educación laica como una educación que se mantiene neutral sobre todas las doctrinas (religiosas, filosóficas, morales, políticas, económicas, etc.) por lo que, la laicidad es un movimiento a favor de la libertad del hombre. La laicidad defiende la libertad de pensamiento y de conciencia.

El Laicismo es el principio de la autonomía de las actividades humanas, o sea la exigencia de que tales actividades se desarrollen según reglas propias, que no le sean impuestas desde fuera, con finalidades o intereses diferentes a los que ellas mismas se dan; ha sido el fundamento de la cultura, y se encuentra en la base de los estados modernos. El Laicismo es una herramienta fundamental para permitir el progreso y el desarrollo de los pueblos y de la humanidad.

El docente en las aulas se enfrenta a individuos plurales, convicciones e ideas diferentes, por lo que debe estar abierto siempre al diálogo, no ser proselitista de ningún partido político o religión, apreciando los diferentes puntos de vista, siendo tolerantes ante cualquier juicio. Una de las labores primordiales que tenemos los educadores en las aulas es desarrollar competencias y no solo conocimientos, para que los alumnos se enfrenten exitosamente a contextos y a problemas de la vida cotidiana privada, social y profesional, así como a situaciones excepcionales. Las competencias para la vida deben proveer las herramientas necesarias a la transformación de las sociedades y contribuir a la realización de "una globalización con cara humana".

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