La Candida Erendida

Erendida es la cándida y sumisa nieta que acepta con admirable resignación la voluntad de su desalmada abuela. Tras incendiar la casa y quedarse endeudada con su abuela aproximadamente de por vida, esta decide prostituirla a veinte pesos por hombre para cobrar esa deuda. Así cada hombre deja su huella en Eréndida hasta que es Ulises, un joven dorado, quien recibe su verdadero amor. Ella lo quiso no por dinero sino que por ser él, a ese adolescente puro, según como lo describe el autor.

Tras ser llevada al convento por las monjas, ella estando alejada de su abuela siente que es feliz, cree que limpiar escaleras del convento con cal para que luego las vuelvan a ensuciar es lo más cercano a la felicidad que jamás estuvo. No obstante, teniendo la oportunidad de seguir quedándose en ese lugar, donde cuidan de ella y donde no pierde el sueño, decide volver con su abuela en el instante en el que se le presenta la posibilidad. En lugar de casarse con un niño que su abuela le compró, volvió voluntariamente con ella sabiendo la desgracia que le seguía esperando por muchos años más. Considero que es un acto de sumisión o de obediencia hacia esa mujer que la crió toda su vida y no una demostración de un amor inexistente que siente por ella. Nunca se olvida de que es la única familia que tiene y por esto creo que le tiene cariño. Además teniendo en cuenta este caso se puede ver como esa dependencia de su abuela la hunde de nuevo en su tragedia que nunca terminaría hasta pagar toda su deuda.

Por otro lado está Ulises, el adolescente más puro jamás visto, que es capaz de hacer cualquier cosa por esta chica, hasta de matar a la abuela para conseguir la libertad de su amada. Este joven escucha su voz a kilómetros de distancia y atraviesa pueblos y el desierto para encontrarla y convencerla de escaparse juntos. La primera vez son atrapados por las fuerzas civiles y por la abuela, pero eso no lo detiene de querer conseguir su amor. Cuando se reencuentran el autor narra que se parecieron más que nunca al amor. En ese episodio el muchacho apuñala a la abuela para liberar a su nieta de su dominación.

Eréndida, una niña inocente, víctima de los maltratos de su abuela y de la lujuria de hombres sedientos de ella, acumula un odio y rencor hacia su propia abuela. No es ella directamente la que mata a la abuela sino Ulises, pero no significa que ella no tenga la intención de hacerlo. “Yo no puedo porque es mi abuela” porque por un lado sabe que está mal y decide lavarse las manos ante el hecho del asesinato, al igual que su abuela se lava las manos al no aceptar lo perverso que es prostituir a su propia nieta. Ese odio acumulado se convierte en móvil de un crimen, es su odio o sus ansias de libertad, son los gritos de su infancia arrebatada y su inocencia perdida. No es la inocente Eréndida quien huye, es una adolescente que busca su libertad, no es el oro robado a su abuela, es el pago de su honra recuperada

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