La Indiferencia endurece el Corazón
Enviado por Noemi Llontop Suclupe • 17 de Septiembre de 2022 • Ensayos • 1.343 Palabras (6 Páginas) • 99 Visitas
La indiferencia endurece el Corazón
Teodora Noemi Llontop Suclupe
Escuela Profesional de Educación, Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo
HU454-11B: Literatura Universal II
Daría Nelly Morillo Valle
21 de abril del 2021
La Indiferencia endurece el Corazón
Las personas, como seres sociales que somos y dotados a su vez de necesidades emocionales, aspiramos a establecer una relación de constante interacción con nuestros seres que están en nuestro entorno. Sin embargo, donde percibimos silencios, vacíos y frialdad, la indiferencia entra a reflejarse que denota falta de interés e incluso falta de sentimiento.
Entonces la indiferencia se da por una falta total de emociones y de interés hacia la otra persona.
En la actualidad en la sociedad donde emergemos, la persona solo piensa en si misma dejando de lado los sentimientos, esa frialdad que caracteriza a una persona indiferente, al decir todo me igual ante una situación o hacia un individuo. Según Velásquez (2008) la “indiferencia es una palabra que tiene una evocación de lo frio, que no despierta el calor del afecto, la curiosidad o el interés” (p.1), por ende, se está perdiendo uno de los componentes esenciales que hacen al ser humano, los sentimientos, esto es lo más duro que le puede suceder al individuo, por que las personas necesitamos expresarnos, sentir que nos escuchan, estén o no de acuerdo con nuestra forma de pensar. Caso contrario ocurre en la indiferencia, y eso es aún más doloroso.
La indiferencia endurece psicológicamente, impide la identificación con las emociones ajenas, distancia de las potencialidades de afecto y compasión. Esto se refleja en la obra El Extranjero de Albert Camus en donde la vida de un hombre que vive con indiferencia su vida rutinaria ,dentro de un ambiente frio y de intensa desconfianza , a la misma vez se puede observar que vive experiencias y situaciones en las cuales su respuesta a todas es la indiferencia , por ende Torres (2019) señala que “Meursault es indiferente a las interacciones y sentimientos humanos, es frío, objetivo, la sociopatía parece ser parte de sí, es un personaje que se desenvuelve de manera ajena, extraña, es un extranjero a todo lo demás (p. 579), esto conlleva a precisar que el ser indiferente al sufrimiento, es lo que deshumaniza al ser humano, la indiferencia es siempre amiga del enemigo, puesto que beneficia al agresor, nunca a su víctima, cuyo dolor se intensifica cuando la persona se siente olvidada. El prisionero político en su celda, los niños hambrientos, los refugiados sin hogar; no responder a su dolor ni aliviar su soledad ofreciéndoles ayuda y esperanza, es exiliarlos de la condición humana. Y al negar su humanidad, traicionamos también la nuestra.
En tal sentido la indiferencia de gran parte de la sociedad, ante el dolor del prójimo, en lo personal es repugnante, López (2018) manifiesta, que “la indiferencia expresa falta de interés y de participación emotiva. Es decir, el sujeto tiene una pérdida de iniciativa y una disminución de la reactividad. Supone, la ausencia de sentimientos, además, una distorsión en la expresión de las emociones” (p.). De lo dicho anteriormente, por el autor López deduzco que uno de los motivos que más predomina es la no implicancia de las emociones, ese vació emocional que expresa la persona, puede llegar a provocar grandes heridas, es así que mientras más importante es la persona, más profundas serán las consecuencias de la indiferencia. Pensar en alguien indiferente es atribuirle una serie de adjetivos, que poco o nada tienen que ver con el ideal de una persona virtuosa. Es incomprensible que una persona con un mínimo de sensibilidad pueda permanecer indiferente, es decir, sin sentir ni padecer, ante las múltiples situaciones de injusticia que se dan en el mundo actual, donde unos pocos poderosos, dominan la tierra y el resto carece de los más necesario. Además, es notable la indiferencia ante el sufrimiento ajeno. Por ende, parece que los principios morales que sostenían la convivencia social han desaparecido y que el sentido común brille por su ausencia.
Además, no puede pasar desapercibido que, en la actualidad, tenemos una juventud apática en el sentido que es, indiferente socialmente, desmotivada y centrada principalmente en su beneficio individual; esto es preocupante debido a que ellos son el futuro de esta sociedad, si esto sigue su curso la sociedad estará compuesta por personas indiferentes a su entorno y semejantes. Las decisiones que tomen desde lo cotidiano en la interacción con los demás, hasta lo más trascendental se basan en su beneficio propio, porque si no fuera así no merece ni su tiempo y dedicación.
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