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La Medicina Y tú


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2012  •  1.533 Palabras (7 Páginas)  •  316 Visitas

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El comportamiento dentro del ejercicio de la medicina es cambiante, según la influencia personal que se le imprima a las experiencias vividas; pues, con el paso de los años, sea cumulan vivencias que nacen de la vida misma y otras que nos enriquecen a través de la educación y la preparación profesional. Todas estas experiencias modifican los conceptos de nuestras reacciones y actitudes, marcando las diferentes etapas de nuestro desarrollo. El ser humano se siente satisfecho de sí mismo cuando lleva a cabo un trabajo creativo con el cual percibe la respuesta económica que corresponde a su capacidad para solventar necesidades.

Es conveniente meditar lo que significa ser médico, y formar parte de esta profesión, reflexionar si el hecho de ser médico nos significa llevar una vida honorable, que nos dignifique como personas.

Señalar las cualidades que el médico debe tener, sería una lista larga, por lo que sólo me concretaré a aquellas básicas que le permiten desempeñar y cumplir su misión. Cito a William Osler, quien esgrime que “imperturbabilidad, la ecuanimidad, y la sabiduría, son los pilares que habrán de sostener la vocación, apoyándonos en las habilidades y destrezas”. Entendiendo por vocación el llamado a ejercer una profesión.

El ejercicio de la medicina se ve cada día más expuesto a desviaciones de su concepción original, en donde el respeto, la prudencia y el secreto profesional constituyen entre otras, características esenciales en la práctica de nuestra profesión médica. Es fácil olvidar los principios fundamentales que debe ser el paradigma en nuestro actuar.

No se puede concebir que un médico sea solamente técnico, mero aplicador del conocimiento, requiere de un profundo sentido del humanismo y, sobre todo, de gran capacidad de decisión frente a las distintas situaciones que se van presentando. Es imperativo ser profesionales responsables, íntegros, con sólida formación científica y técnica, así como tener un irrenunciable compromiso con la vocación de servir, y con el objetivo de tratar de lograr la salud y el bienestar de nuestros pacientes y de la comunidad.

Nuestro país necesita más médicos científicos que, además de saber curar “una enfermedad”, sepan que es mejor curar a la persona enferma; que sean conscientes del valor de la vida humana, que la amen, la respeten y estén dispuestos a dedicar todos sus esfuerzos al servicio de sus semejantes, como único y verdadero sentido de su vocación de médicos.

¿Por qué somos médicos?

El ser médico no debe ser entendido como un camino hacia el lucro y poder ya que este es un error que llevará a la insatisfacción, angustia, temor y sufrimiento personal; por el contrario debe ser tomado como un fin de ayuda a los hombres, el sentimiento de servicio a la comunidad de ayuda y entrega a los demás, tampoco debe ser tomado como un camino hacia la satisfacción de curiosidades, hacia el deseo de saber que se pudo concebir en la niñez.

Más que una profesión, la medicina es una vocación para la cual son muy pocos los elegidos, quienes, además, consolidan su compromiso por preservar la vida.

Lo que significa la práctica médica profesional, la Medicina, más que profesión, es misión de vida que me llena de satisfacciones al ver la sonrisa de un niño sano o estrechar la mano del paciente aliviado; aunque también de tristeza, cuando no se logra rescatar del último aliento la llama humana.

Ser médico es ser sabio, es ser bueno, es ser ubicuo, es enseñar, profetizar, regir, mandar al cuerpo en el lenguaje de la ciencia y hablar al alma en el idioma del espíritu. Ser médico, en suma, es no tan solo no dejar al hombre que padezca, sino ser su providencia inseparable”. Así afirmaba el maestro Francisco Antonio Rísquez cuando alguna vez fue abordado acerca de cómo él definía nuestra profesión y en verdad, si ya leer esa frase compromete, imagínense lo que significa tratar de tenerla presente todos los días de tu vida

Ser médico es estar donde tienes que estar en el momento preciso y actuar de acuerdo a tu conocimiento y tus principios. Es tratar a todos por igual sin discriminación alguna y sin ser juez de ninguna condición humana. Es luchar contra la soberbia como el peor pecado de todos los oficios y entender que por mucho conocimiento que tengas nunca llegarás a saberlo todo. Es recordar que enseñando a futuras generaciones de médicos también se aprende. Es vencer con sencillez a la vanidad y a la prepotencia, cuando gran parte de tu entorno vive de apariencias. Es llenarte de fuerzas para anunciar a una madre la muerte repentina de un niño indefenso. Es también saber decirle con vergüenza a un paciente ávido de atención, que no cuentas en el hospital con medicamentos para aliviar su dolor y que debe comprarlos.

El ejercicio de la medicina se ve cada día más expuesto a desviaciones de su concepción original, en donde el respeto,

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