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La Práctica Del Diseño Gráfico Una Metodología Creativa 01

paulayblack14 de Mayo de 2014

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Prólogo

El uso principal que se le puede dar al diseño es y siempre ha sido la resolución de problemas de comunicación gráfica a través del conocimiento y la libertad de poder crear cualquier cosa.

La manera correcta para lograr llegar a la solución de un problema es el conocimiento absoluto del mismo. Cuando un diseñador sabe exactamente cuáles son sus objetivos y conoce el contexto de ese problema éste desaparece, pues ya se encuentra de camino a solucionarlo.

De este modo tenemos claro que a mayor conocimiento, mayor será la capacidad de resolución. Con base a esto tenemos la metodología del diseño, la cual nos ayuda a ampliar el punto de vista que podamos tener sobre un problema concreto, ya sea dándonos un mayor conocimiento sobre el mismo o ampliando nuestra perspectiva creativa global hasta su resolución.

Así pues, la amera más eficaz de lograr adquirir ese conocimiento es a través del método, ya que éste es de alguna manera el camino hacia el objetivo. La solución más eficaz la conseguiremos tras escoger el camino correcto de entre los muchos posibles.

Introducción

Si hay algo que hoy en día podemos tener claro es que desde hace años el diseño gráfico ha sido una de las cosas que más influencia ha tenido en la totalidad de los comportamientos sociales, expresándose y siendo percibido cada vez de una manera más visual.

En otras palabras, éste se encarga de dar forma a los mensajes, a la comunicación de esos hechos, ya sean pasados, presentes o futuros, como lo son una fiesta o una exposición. Así pues, el diseño va directamente ligado a la comunicación, y de esa manera, al mismo desarrollo de la sociedad. Y es que con el tiempo, éste ha terminado transformándose su propia estructura, pues aquellas actividades humanas actuales que tanto dependen del diseño gráfico, como el marketing, la moda, el entretenimiento o la educación, son los mismos pilares que la soportan.

Por otro lado, la comunicación o el mensaje que transmite un diseño es incluso más importante que el mismo contenido, ya que es el consumo lo que mueve a la mayor parte de los habitantes del mundo occidental. Frente a esto, también debemos contar con lo que las transculturaciones causan en el diseño, siendo que éste se enriquece cada vez más con el tiempo.

En el siglo pasado existían las escuelas alemanas de diseño las cuales contaban con ciertas premisas que hacían del diseño algo más rígido, dejando aun lado por ello la consigna de “poder hacer cualquier cosa”. Esto influenció directamente con los programas de estudio de muchas escuelas de diseño actuales, aun cuando la realidad es esa en la que el mismo diseñador va explorando entre infinitas posibilidades de ver y saber, dejando a un lado las reglas.

Por ello, el diseño, y de esa manera la misma sociedad, está en cambio permanente, y es la mente humana la que se encarga de ello, fabricando contenidos y diseñando la propia sociedad en que habitamos con el paso del tiempo.

Capítulo 1 – Necesidad del diseño

Algunas definiciones

Pese a su posible similitud, el concepto de “diseño gráfico” no es sinónimo de “arte”, pues aunque ambos están estrechamente relacionados, no llegan en ningún momento a significar lo mismo. Para empezar, el arte es una actividad autónoma directamente influenciada por las condiciones materiales de existencia. Es su propia realidad y su propio fin. Por otro lado, el diseño es una acción premeditada, normalmente comprada o pedida por alguien, cuyo fin será el ser reproducido de forma industrial o insertado dentro de un concepto corporativo. En otras palabras, es el vehículo de la información.

De esta forma, lo que logramos con la combinación de ambos es el concepto de comunicación. Es decir, la transmisión de información a través de mensajes, en este caso visuales, algo que influirá en las corrientes estéticas, creando fenómenos de comunicación visual masivos. Un diseño bien hecho logrará transmitir correctamente el mensaje y satisfacer así la necesidad de comunicación requerida.

¿Solo o bien acompañado?

Lo fundamental al trabajar en equipo es, en primer lugar, el conocer cómo uno mismo afronta y desarrolla una actividad, teniendo en cuenta factores como la complejidad de la misma, el tiempo necesario para llevarla a cabo o si se trabaja en conjunto con alguien más.

Centrándonos en el último mencionado, es importante para un diseñador no solo asumir su lugar con el mayor aplomo y confianza en sí mismo, si no también saber reconocer todas sus debilidades y todos sus puntos fuertes para así poder contrarrestarlos y potenciarlos en ese orden.

Algo más que hay que tener en cuenta a la hora de realizar un diseño es el grado de especialización de cada profesional, algo que depende tanto de sus habilidades particulares como de las circunstancias sociales en las que se encuentra.

Identificación de la necesidad

Pese a que en un principio pueda parecer que el crear un diseño es un trabajo fácil y rápido en el que solo hay que dejar libre a la imaginación y presentar lo primero que se nos ocurra —algo completamente falso—, existen ciertos pasos que inevitablemente tendremos que seguir para alcanzar el objetivo principal como es el de transmitir un mensaje.

El punto de partida comienza con la necesidad de comunicación, la cual llegará a través del pedido de un cliente, como podría ser, por ejemplo, un diseño para un evento, para la reestructura de una empresa o un para nuevo plan de marketing. Sin embargo, pese a que es el cliente el que hace la demanda y decide qué es lo que quiere, puede no siempre partir de un análisis racional, o en su defecto, es posible que sus expectativas no coincidan con las del diseñador. En cualquiera de los casos la solución será empezar aclarando con él todos los puntos e intentar ajustarse a su petición dentro de lo posible, corrigiendo incompatibilidades para aumentar así el éxito del trabajo final. Con esto lo que se deberá tener en cuenta serán las razones por las que se quiere iniciar el proceso de diseño, cuáles son las expectativas, y lo más importante, si éstas son compatibles con aquello que queremos proyectar.

Como ejemplo a esto, un cliente que busca hacer publicidad sobre una pequeña tienda de animales situada en un pequeño pueblo no puede esperar colocar un gran cartel junto a la autopista, pues eso no sería efectivo ya que no solo se saldría de su presupuesto, si no que estaría dirigiendo el mensaje al público equivocado, siendo el correcto la gente del mismo pueblo.

Por este motivo es importante, antes de empezar siquiera a pensar en el diseño, hacer un análisis previo del encargo y encontrar así el camino más adecuado para la resolución del problema. Saber lo que quiere el cliente es algo prioritario en este análisis, pero pese a ello, siempre cabe la posibilidad de que éste tenga unas expectativas generadas por fantasías propias, algo que puede ser un problema, ya que éstas podrían ser las culpables de la mala comunicación del mensaje. Por ello, el diseñador determinará cuáles de ellas son reales, y desde este punto, empezar a pensar hasta qué punto nuestro conocimiento sobre el tema a tratar nos permitirá llevar a cabo el diseño.

Capítulo 3 – Concreción

El conocimiento es una de las principales herramientas para lograr un buen diseño, ya que éste nos funciona como soporte, además de ayudarnos a saber evitar repetir lo hecho.

Estructura

Antes de comenzar a diseñar hay que tener en cuenta que partimos con ciertas bases; un diseño está formado por una estructura gráfica, con límites, ritmos y apoyos. Siempre se encontraremos algún tipo de estructura.

Podemos contar dos tipos de límites: los precisos y los perceptuales. Los límites precisos de un diseño son aquellos que nos marcan el límite físico del diseño, tal y como lo es el borde de una hoja de papel, los márgenes de una página o las mismas restricciones impuestas por uno mismo o por el impresor. Por ello es imprescindible definir el espacio de trabajo antes de empezar a establecer la estructura. Por otro lado, tenemos los llamados límites perceptuales, formados por los colores, las tipografías y en general, todo aquello que forma parte del mensaje visual. Estos tienen la capacidad de poder atravesar ese límite físico.

Existen muchos tipos de diseñador: todos ellos tienen una forma concreta de trabajar, y esto es algo que depende en un principio del camino que toman.

Si hay algo que tenemos claro es que podemos hacer cualquier cosa, libertad total a la hora de diseñar. Por ello, el diseñador puede elegir trabajar de la manera que más cómoda le sea posible. Puede elegir seguir la regla áurea, ser moderno, posmoderno o constructivista. No existen limitaciones técnicas ni conceptuales en el área del diseño. No hay reglas: las decisiones se toman según se avanza, eligiendo cuidadosamente el camino correcto.

Pese a esto, esa posibilidad de elección no surge así como así. Ésta viene en base al conocimiento. Un diseñador no puede elegir seguir un estilo sin conocerlo.

Algunas digresiones aparentemente inútiles

Se dice que, al igual que la sociedad, el diseño gráfico se encuentra en permanente cambio. Y es por ello que según la época o la moda el arte suele tener una estructura concreta, y ésta siempre estará pensada para alcanzar el éxito, creada de acuerdo a esas nuevas reglas de la industria cultural

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