La Wea Fome

Lo peor del amor es la distancia, el momento en el que necesitas a alguien pero por alguna razón no podes verlo. La impotencia de saber que está tan cerca pero que no podes verlo. Es en ese momento cuando las palabras se vuelven más importantes que los actos, que ahora no son más que recuerdos. Llorar cada noche esperando que la otra persona este pensando en cuando se vuelvan a ver. Sufrir todos los días, todas las noches, esperando un milagro; esperando a que en el futuro las cosas cambien y no sean como son hoy. En ese momento en el que pensas: si él me ama, y yo lo amo, por qué no estamos juntos?

Hoy más que nunca estoy convencida que ese concepto que aprendí en la escuela cuando tan sólo era una niña, cobra más vigencia y aceptación en los principios y pilares de mi formación “La familia es la base fundamental de la sociedad”. Representa la comunidad perfecta, la estructura de convivencia humana más básica, apuntando a la preservación de nuestra especie, basada en la afectividad, en el permanente respeto, en la entrega entre sus miembros, sin que ninguno de ellos pierda su propia identidad.

Pude ver una familia bien constituida con principios y valores éticos y, al otro lado, un adolescente sólo en la vida pero con un gran potencial dormido; dormido por el olvido, por el abandono de una madre dedicada al vicio, de una sociedad indiferente ante la realidad que pasa día a día frente a sus ojos ciegos. Y es que… ¿Cuántos “Big Mike” o “Michael” (como él prefería que lo llamaran), pasan por nuestras vidas, por nuestras aulas?

Michael no era sólo grande en tamaño, hacía cosas grandes aunque a simple vista parecieran cosas sencillas y pequeñas. Lo demostró el día de Acción de Gracias. Parecía que la familia de Leigh, por un momento le restó importancia a esa fecha, un momento en el que las familias de algunos países del mundo, dan gracias a Dios por lo recibido, comiendo juntos pavo y algunos otros alimentos; cuando él (Michael) se sienta sólo a comer hace que Leigh (su madre adoptiva) invite a sus hijos y esposo a dejar la T.V. a un lado y sentarse a la mesa para darle el verdadero valor de ese fecha. Y como dijo un día a sus… ¿amigas? … “Él está cambiando mi vida”, y… ¡cómo se la cambió! A ella, a la familia, a los maestros…que empezaron a ver que habían otras formas de llegarle a Michael.

Esta película basada en una historia real, me hace reflexionar una vez más, acerca de la importancia y la influencia que podemos tener con nuestros estudiantes sean niños, niñas o adolescentes.

Educar, es una misión sagrada que no debemos empañarla dejándonos llevar por porcentajes altos o bajos, nuestro motor debe ser la esencia del ser humano, buscar las estrategias para llegarle a cada uno de ellos, aceptando, que para cada uno, quizás necesitemos una distinta a la otra. Conociendo que cada ser es único e irrepetible, y que a veces nos empeñamos en usar las mismas técnicas para todos, dejando a un lado habilidades y destrezas de cada quien… ¿Sabía realmente Michael el gran don que le había regalado Dios? Ese don de protector de su equipo, de su familia…

Michael fue un joven afortunado, a pesar de su dura infancia. Encontró a un hombre como “Big Tony” que le brindó la ayuda que estaba a su alcance: darle un espacio para dormir. Una familia donde cada uno de sus miembros lo aceptó y ayudó a alcanzar sus metas, metas… que quizás no las había exteriorizado, que quizás…nunca se las había fijado como tales… pero que estaban ahí, guardadas o escondidas en algún lugar. Posiblemente ese lugar era la pequeña bolsa de plástico donde guardaba esa poca ropa que tenía o … ¿ Por qué no, en aquel barquito que dibujó en aquella evaluación?

El pequeño hijo de Leigh, S-J ,le enseñó que debía sonreír. Y es que, no sólo lo enseñaron

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