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La anagnorisis en La Odisea


Enviado por   •  5 de Junio de 2023  •  Trabajos  •  776 Palabras (4 Páginas)  •  81 Visitas

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Las anagnórisis en La Odisea

Luego de la guerra de Troya, Ulises se dispone, junto a su tripulación, volver a Ítaca, pero varios dioses se oponen a esto y hacen que su regreso demore diez años. En todo este tiempo, Odiseo debió afrontar muchas pruebas que gracias a su ingenio supo sobrellevar de manera éxitos. Mientras que, en Ítaca, su esposa Penélope se encontraba rodeada de pretendientes que querían tomar su mano. Ella propuso que solo se volvería a casar cuando terminara un tejido al cual se abocada durante el día, pero por las noches lo destejía para así poder darle más tiempo a su marido de regresar.

Odiseo logra, después de engañar y vencer con su ingenio a los dioses, regresar a su pueblo, pero como habían pasado muchos años, debía demostrar ser el rey y, además quería vengarse de todos los pretendientes que acechaban a su esposa y a su puesto. Por esto es que decide ingresar a la ciudad como un mendigo y es a partir de allí que comenzó a atravesar una serie de reconocimientos o “anagnórisis” donde poco a poco, sus familiares, amigos y por ultimo su esposa lo reconocen como Ulises.

La anagnórisis, como se plantea anteriormente es el reconocimiento de un sujeto por parte de otro (animal o humano). En este recurso empleado por Homero se puede observar que nada queda de lado, sino que les da mucha relevancia a los sentimientos, los recuerdos, las emociones y hasta las sensaciones que siente el personaje. Auerbach en su trabajo La cicatriz de Ulises propone que Homero le da un primer plano a todo lo que se encuentre en la obra, presenta todo de una manera casi tangible, es decir, por ejemplo, en la anagnórisis  en que la nodriza lava los pies de Ulises pensando que era un mendigo, al tocar la cicatriz que este se hizo de pequeño, es casi tangible para el lector la cicatriz y más que imaginable la secuencia en que Ulises le toma del cuello y antes de que Penélope se diera cuenta logra hacerle saber a su nodriza que debería quedarse callada (Od. XIX). Homero detalla todo, no deja pasar nada, todo tiene un valor dentro de los poemas, no se le oculta nada al público (1946, pp 13-17). Por otra parte, también en esta anagnórisis se presenta una vuelta al pasado, que se da cuando el personaje cuenta cómo se hizo aquella cicatriz, lo sorprendente de este “retroceso” al pasado es que pasa desapercibido, esto se debe a que en ningún momento se abandona el presente. Dice Auerbach “(…) se produce un tránsito ininterrumpido y rítmico de las cosas, sin dejar en ninguna parte un fragmento olvidado” agrega “y este paso de figuras acaece en primer plano, es decir, en un constante presente, temporal y espacial” (1946, pp12).

Lo mismo sucede en otro de los reconocimientos por los que atraviesa el personaje, en este caso es su perro Argo quien lo reconoce a pesar de que Ulises este vestido como un mendigo, aquí lo que tiene significación y a lo que se le da como dice Auerbach un “primer plano” (pp 12-13) son los sentidos, en particular, al tratarse de un perro, el del olfato. Argo reconoce apenas ve a su amo e intenta llegar a él para saludarlo, pero muere en ese mismo momento, tal como si solamente hubiera esperado ese momento para morir.

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