La historia de Ágatha

Aghata, una joven de 15 años de edad, algo tímida, muy inocente y su mirada lo comprobaba. Solía pasar todas su vacaciones en la playa, donde su madre tenia un restaurante.

El día pintaba  como cualquier otro,  hasta que Aghata escucho que alguien estaba tratando de llamar su atención con una voz que apenas se entendían.

--Psssss, hey

Aghata volteaba a todos lados tratando de encontrar a la persona, dueña de la voz.

--Pssss, hey chica aquí abajo.

Vaya sorpresa que se llevo Agahata al percatar que no era una persona, sino un cangrejo el poseedor de aquello voz tan peculiar.

--Hola, amiguito me has sacado tremendo susto. Dime en qué te puedo ayudar?

--Hola humana de nombre…

--Me llamo Aghata  y tú, tienes un nombre?

--Aghata… que bello nombre, el mío es Lander.

Después de una platica normal entre un cangrejo tropical y una joven humana, Lander por fin  decidió contarle a Aghata para que necesitaba su ayuda.

--Veras Aghata, ya casi se acerca navidad y quería impresionar a una dama, y necesito un favor. Marya la dama de la que te hablo, tiene una extraño gusto por las cosas que son del mundo humano. Quiero pedirle que una su vida con la mía hasta la muerte. Y… quiero tu ayuda para encontrar algo especial e ideal para Marya.

--Claro que si Lander dame dos días para conseguirte lo que me pides.

Aghata se la paso pensando que podría ser tan especial para que dos cangrejos unan su vida para siempre.  

Fue ahí cuando se le prendió el foco.

--¡Claro!

 El plazo de los dos días ya había vencido y fue al lugar donde había visto a Lander por primera vez.

-- Lander, ¿estas ahí?

-- Sí Aghata aquí estoy.

-- Aquí tienes lo que me pediste.

-- Muchas gracias Aghata.

 Gracias a la ayuda de Aghata, Lander pudo pedirle a Marya que uniera su vida con el para siempre.

Y claro quién se negaría a ese pequeño y hermoso aro que brillaba a cada movimiento.

...