La lectura de Espriú cribado Javier Jiménez

Reseña:

Para mi esta lectura escruta por Javier Jiménez Espriú, un respetable ingeniero y maestro, con muchos conocimientos del mundo de la ingeniería y sus diversas ramas, nos insiste, desde el inicio del libro: “Un Ingeniero debe ser un humanista”, quizás desbordando un poco esa emoción entre sus letras de la apasionante relación entre cultura y valores con la ingeniería, en cualquiera de sus denominaciones; y no solo eso, nos lleva, de una manera espléndida, a lo más profundo y recóndito del mundo de la ingeniería, algo que quizás ningún futuro ingeniero se debe de perder. El profundo análisis de este libro, sobre la vocación de ser ingeniero, quizás a más de uno haga reflexionar y preguntarse a si mismos, ¿En realidad, me gustaría se Ingeniero?

Una de las preguntas que podemos encontrar es ¿La ingeniería es solo para hombres? Algo que en lo personal yo decía que así era, pero al encontrarme con compañeras de carrera desde que entre a la facultad me he encontrado que las chicas son más responsables y detalladas que los hombres y creo yo que esa disciplina que tienen las mujeres, es de mucha utilidad para quien estudia Ing, Civil. El autor nos hace pensar ¿un padre debe heredar su profesión al hijo?. Quizás preguntas clave de esta primera carta, el escritor, dirigiéndose a su hija, le platica sobre sus inicios dentro de la Ingeniería, hace más o menos 50años, sin duda nos podremos dar cuenta que la Ingeniería para nada es cosa sencilla, no son enchiladas, incluso nos podremos replantear sobre la verdadera vocación del ser.

El libro en si es una variedad de reflexiones acerca de cuáles son los caminos que deberá seguir un buen ingeniero a lo largo de su formación tanto académica como humanística, nos dice que el ingeniero no debe limitarse a su educación del aula, sino adaptarse día a día a los nuevos retos y conocimientos que ofrece la modernización de este mundo tecnológico, diciendo que un ingeniero que no se mantiene innovado, se convertirá en un ingeniero obsoleto cada día mas. Por lo que el autor insiste en que el ingeniero no solo debe tener conocimientos bastos de las ciencias elementales como son las Matemáticas, la Física y la Química, sino tener una amplio repertorio de la cultura tanto mexicana como extranjera, para poder tomar en cuenta los momentos de acierto y error de los personajes que han marcado el rumbo de la historia. También nos informa que un ingeniero que desee sobresalir en los ámbitos de su campo debe tener además de los conocimientos teóricos necesarios para dominar su especialidad, debe ser una persona que domine una lengua extranjera, sin perder de vista nuca la hermosura de la lengua madre, otra cosa que indudablemente no debe faltar son vastos conocimientos en el campo de la computación ya que en un mundo casi totalmente colonizado con estas maquinas el manejo de estas es ya un requisito para

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