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La vida del conocimiento difiere demasiado del resto de las vidas. Nunca como en la antigüedad griega y romana ha estado tan dominado el pensamiento por la cuestión de la vida mejor para el hombre.


Enviado por   •  22 de Febrero de 2017  •  Resúmenes  •  2.150 Palabras (9 Páginas)  •  358 Visitas

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LOS GENEROS DE VIDA- RESUMEN

La vida del conocimiento difiere  demasiado del resto de las vidas. Nunca como en la antigüedad griega y romana ha estado tan dominado el pensamiento por la cuestión de la vida mejor para el hombre.

Para Kant la felicidad consiste en la satisfacción de las inclinaciones y estas son distintas en cada individuo. También para Kant, el deber es el cultivo de los talentos del espíritu.

La conducta moral se confina para muchos en el respeto de las normas sociales que garantizan la convivencia pacífica.

La opción por la vida filosófica sería tan razonable o legitima como cualquier otra.

  1. La Exaltación de la vida filosófica

Los filósofos antiguos abordan la cuestión de la vida intelectual de manera memorable, por ejemplo en los diálogos platónicos aparecen una y otra vez.

En La Republica Platón distingue tres géneros de hombres: El filósofo, el ambicioso y el avaro.

En el primero predomina el elemento racional del alma, en el segundo el irascible y en el tercero el concupiscible. Platón se pregunta cuál de estos es más feliz.

  • Avaro: concupiscencia de la carne y riquezas.
  • Ambicioso: mando, victoria, honores en la vida pública.
  • Filosofo: conocer la verdad y seguir aprendiendo.

Para ser feliz no basta con lograr la satisfacción de los deseos, sino que es preciso que se trate de deseos adecuados. En el sentido de ser conformes con el querer  fundamental, por el que la  naturaleza tensa el alma humana hacia el bien.

La filosofía esta llamada a ilustrarnos acerca del contenido de ese bien. Mostrándonos que la justicia es condición indispensable de  la felicidad.

En Gorgias el tirano es presentado como el hombre desdichado por antonomasia.

Platón resuelve la discrepancia en La Republica, mostrando que solo el filósofo habla con conocimiento de causa. Pues al igual que los demás a experimentado los placeres sensuales y honores que la sociedad no solo brinda a los ricos y famosos, sino también a los sabios.

El ambicioso y el avaro, en cambio, no han gozado nunca los placeres de la contemplación filosófica. La opinión del filósofo es por tanto, la única que ha de ser tenida en cuenta. El es la más feliz, seguida a considerable distancia por el ambicioso, La vida del avaro es juzgada brutal y despreciable.

Para Platón la felicidad estriba en la armonía psíquica, es decir en la correcta subordinación de las partes del alma: la parte racional debe dominar a la concupiscible, aliándose para ello con la parte irascible.

De ese modo la felicidad que mas merece ese nombre, es la propia de la vida intelectual, es encarecida por Platón, no solo por su valor intrínseco, sino también por su utilidad social.

El influjo platónico es evidente en Aristóteles, en el libro primero de la Ética a Nicómaco (tratado sobre el bien del hombre), se distinguen tres géneros de vida:

  • La voluptuosa
  • La política y
  • La teorética

La primera, de los placeres, es desechada rápidamente como más propia de los animales.

De las dos restantes, en el libro decimo de la Ética a Nicómaco, Aristóteles otorga a la vida teorética la palma de la felicidad. Dado que a esta la describe como actividad virtuosa, que consiste en la contemplación teorética, ya que ejerce lo más excelente que hay en nosotros, el nous, al que califica de divino. Actividad que cumple con la condición de ser amada por sí misma, y no por el provecho que se pueda esperar de ella.

Al parecer Aristóteles viene a decir lo mismo que platón, sin pasar por alto la novedad significativa del valor de la actividad teorética, que reside, en la capacidad de hacer feliz la vida de quien la practica.

Anaxagoras o Tales representan para Aristóteles la plenitud de la dicha humana, por que se dice que saben cosas extraordinarias, admirables, difíciles y divinas. Son sabios, que parecen extravagantes al vulgo.

Para Platón, el superior conocimiento de los sabios los capacita para ser óptimos gobernantes, mientras que para Aristóteles la sabiduría es distinta de la prudencia y niega la aptitud de los sabios para el gobierno.

El otro género de vida que estaba en liza para Aristóteles es la vida política. La vida caracterizada por la práctica de las virtudes del carácter. Hábitos que moderan las pasiones sometiéndolas al criterio de la razón.

Dado que rechaza la identificación de razón teorética y razón práctica, postula para todo hombre libre la capacidad para adquirir la virtud de la prudencia que permite discernir la conducta adecuada en cada situación concreta. Por tanto no es el político de profesión el que tiene a la vista Aristóteles, sino el ciudadano medio virtuoso.

Las virtudes de la vida política garantizan la estabilidad del marco social, sin el cual no puede darse la vida de conocimiento.

  1. La reivindicación de la vida política

Aristóteles promociona la vida política culminando este proceso en la obra de Cicerón, reivindicador de la vida política sobre la teorética. En su dialogo sobre la republica. Las dos candidaturas consideradas son la vida intelectual y la vida política.

Si para Cicerón es condenable el hedonismo ascético de los epicúreos, tanto más lo será el hedonismo craso, de quien solo vive para los placeres de la carne.

Cicerón reivindica el mos maiorum, las costumbres de los antepasados que hicieron posible el esplendor de Roma. Que representa la razón, le orden y la justicia abriéndose camino frente a la barbarie.

Pilibio, concluye que la mejor forma de organización política es el régimen mixto, que combina los elementos positivos de la monarquía, la aristocracia y la democracia. El ejemplo máximo de esta forma de gobierno  lo brinda Roma republicana, donde el poder está dividido entre el pueblo, el senado y los cónsules.

Roma es el lugar donde es posible la plenitud humana. Es a los ojos de Cicerón, divina. De ahí la superioridad de la vida política sobre cualquier otro género de existencia.

  1. La analogía de la felicidad

El concepto de felicidad es análogo o poliformo, en el sentido que son varios los géneros de vida que lo satisfacen. Para Platón y Aristóteles, corresponde a la vida intelectual. Pero también puede ser buena y dichosa la existencia de quienes sin ser filósofos, viven de acuerdo con la razón.

Para Sócrates, la única vida buena, es la vida de conocimiento. En su discurso de defensa ante el tribunal que iba a condenarlo a muerte, sostuvo que “Una vida sin examen no es vivible para el hombre”. No solo vive de pan sino de ideas, y renunciar a pensar esas ideas es renunciar a escribir el guion de la propia existencia, es vivir de prestado. Semejante claudicación es vista por Sócrates como el mal moral por antonomasia.

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