Las Venas Abiertas De America
armandopary20 de Noviembre de 2013
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Aproximarse a una obra como “Las venas abiertas de América Latina” en pleno siglo XXI, y con una experiencia sociopolítica muy diferente a la que hubo en la década del 60 y 70 del siglo XX, exige un esfuerzo comparativo necesario. No comparar en razón de una evolución o cambio; es comparar en cuanto a la trasformación que hechos concretos han producido en América Latina, cambiando su postura ética y moral ante los Imperios, o específicamente, ante la hegemonía del capitalismo global que encierra la figura geoestratégica de los Estados Unidos de Norteamérica(EE.UU.). Es importante resaltar, que los pueblos latinoamericanos que desde mediados del siglo XX, se plantearon emanciparse y se calificaron de anti-imperialistas, no estaban elevando esas banderas contra la gente, o el pueblo norteamericano; sino, contra la política de internacionalización del capitalismo de Estado, del Gobierno de los EE.UU. El imperialismo ha sido considerado un sistema económico que tiene como meta la expansión, dominación y preponderancia de un Estado sobre otro; en razón de subsistir esas pretensiones por parte de países como EE.UU., es que los países latinoamericanos han marcado distancia, exigiendo respeto a su autodeterminación y a los valores e idiosincrasias que le dan pertenencia e identidad.
En este sentido, la realidad sociopolítica latinoamericana en la década del 60, hasta principios de los 70 del siglo XX, luego de siglos de dependencia y desigualdades, en encontraba, según expresa Andrés Bansart (2000), frente a dos dilemas: la revolución o el reformismo. “El paradigma de la revolución era la revolución cubana y los intentos de otras luchas armadas como la que llevó el “Che” Guevara en Bolivia. En cuanto al reformismo, un ejemplo fue la llamada Revolución en libertad que intentó Eduardo Freire en Chile entre 1964 y 1969, mediante otras cosas, una ley de reforma agraria, reformas económicas, ciertas acciones sociales y la chilenización del cobre…”
En cuanto a lo social y cultural, dimensiones que de una manera u otra han marcado el pensamiento de Galeano, influyó mucho en América Latina una postura de los gobiernos de turno por disminuir el elevado número de analfabetos, casi rondando el 70%, de una sociedad que en esencia era culta y tenía en su historia e idiosincrasia, un cúmulo de tradiciones y experiencias que le elevaban notablemente como civilización moderna. Los regímenes reformistas propusieron la alfabetización como necesidad urgente para incorporar a la población al sistema capitalista. El obrero tenía que aprender a leer la cartilla para la manipulación y buen funcionamiento de las máquinas. En cambio, en los regímenes revolucionarios, imantados por la propuesta educativa del brasileño Paulo Freire (1921-1997), comenzaron a activar la llamada alfabetización conscientizadora, la cual permitía a los miembros de las capas populares no sólo aprender a leer y escribir, sino a desarrollar habilidades y destrezas para interpretar su condición humana y el lugar histórico que representaba como miembro de un conglomerado de gentes conquistado, transculturizado y explotado.
Esta América Latina fue la que influyó en Galeano para comenzar, por allá a mediados de los cincuenta del siglo XX, para ir hilvanando una idea central acerca del futuro latinoamericano: la necesaria independencia. Y es que, según se deja leer en “Las venas abiertas…”, el surgimiento de los Estados Nacionales en el siglo XIX, no implicó una independencia de los Imperios, sino una profundización de ese proceso de colonización que aún hoy día, salvo algunas experiencias puntuales (los países miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de nuestra América, ALBA), continua tocando fondo en las raíces de los sistemas de gobierno del hemisferio Sur. Concretizaba en experiencias como la vía democrática hacia el socialismo, la revolución cubana y otros intentos de liberación del ser humano y de los pueblos.” Esta esperanza tuvo su primer revés con el Golpe de Estado a Salvador Allende (1908-1973), de la Unidad Popular, propinado por el General Augusto Pinochet 81915-2006) y su combo de militares de la derecha chilena, en 1973.
Otro contexto que influyó en Galeano fue el triunfo de la Revolución Cubana (1 de enero de 1959) y los intentos de insurgencia armada en varios países como Argentina, Colombia, Guatemala, Perú, Uruguay y Venezuela; el objetivo de estos movimientos armados, bajo modalidad de Guerrillas (táctica militar cuyo principio básico es hostigar al enemigo con ataques esporádicos y sorpresivos), era construir sociedades socialistas. Aunque al final de la década del sesenta, la gran mayoría de esos grupos insurreccionales había sido exterminada.
Volviendo a ideas de Andrés Bansart (2000), la lucha política adquirieron una agudeza fuerte, pero sobre todo prevalecía un vacío inmenso de referentes que centraran al latinoamericano en su identidad autóctona, así como en el papel que estaba haciendo Latinoamérica en un mundo bipolar, sesgado por la confrontación de los EE.UU. (capitalismo) y la URSS. (comunismo), que utilizaba a regímenes de países pequeños y en vía de desarrollo, en ocasiones “sin ninguna vía ni esperanza”, sólo pueblos marginados por la providencia, como piezas de ajedrez para crear las condiciones de confrontación que el financiero estadounidense Bernard Baruch (1870-1965), en un discurso de 1947, inaugurara como “Guerra Fría”. En sus palabras Baruch dijo: “No nos engañemos: estamos inmersos en una guerra fría”. Luego el periodista, estadounidense igual que Baruch, Walter Lippmann (1889-1974), daría vida al texto “Guerra Fría” que marcaría una de las denominaciones más influyentes y características del siglo XX.
En una entrevista, realizada por el periodista Jorge Gestoso de la cadena TELESUR (en octubre del 2011), y en razón de que si América Latina es o no, la misma descrita en la obra “Las venas abierta…”, el propio Galeano se confiesa: “En general te diría que han cambiado a estos 30, 40 años ya porque el libro es del 70…Han cambiado para bien en el sentido de que hay signos de una energía nueva, o una energía que no es nueva pero que ha resucitado con mucho vigor, con mucha fuerza, que es la energía del cambio, está produciendo algunas sorpresas muy interesantes en varios países…Por otro lado, lo que me parece que todavía lo que yo quise hacer, que era contar la contra-historia de cinco siglos de desdichas corridas en nuestras tierras para que se difundieran algunos datos, algunas informaciones útiles, con la mirada puesta en los tiempos que vienen sobre todo en un tema que para mí es fundamental que es la defensa de los recursos naturales, pareciera que eso a los gobiernos progresistas todavía no lo tienen claro…” En una palabra, esgrime Galeano, la realidad reflejada en “Las venas abierta…” sigue teniendo vigencia y eso, en vez de “alegrarlo” lo entristece, puesto que el deseo de todo latinoamericano es que alcanzando un alto nivel de conciencia, se den los cambios y las transformaciones.
La obra “Las venas abiertas de América Latina”, escrita en la década del sesenta del siglo XX, y publicada en 1971, en varios países latinoamericanos, fue un ensayo “tremendista”, para la época, que buscó, según palabras del autor, crear un cierto nivel de conciencia nacionalista ante la manipulación y alienación a que estaba expuesta América Latina por los Imperios, sobre todo por el de los EE.UU. En aquellos días la obra fue presentada al Premio Casas de las Américas y ni clasificó entre las favoritas; sería en 1973, con el Golpe de Estado en Uruguay, y la instauración de la Dictadura cívico-militar, que la obra ganaría interés (el primer tiraje no tuvo mucha acogida), dado que Galeano fue forzado al exilio y con él se prohibió la difusión y reimpresión de “Las venas abiertas…”, propiciando hacia el texto un gran interés y por ente un crecimiento hiperbólico en su demanda. Galeano cuenta, en su entrevista con Jorge Gestoso (2011), que en un comienzo, en Uruguay, la dictadura lo censuró a él, pero al texto no; y esto ocurrió porque los censores de la Dictadura lo veían como un texto de anatomía médica, por lo de “Las venas…”, sería seis meses después de su salida del país que un despabilado reaccionó y sacó de circulación la obra.
Ahora bien: ¿sobre qué escribe Galeano en “Las venas abierta…”? Galeano escribe una “contra-historia” a la historia oficial que se resume en “cinco siglos de conquista y colonización europea”, donde las armas fueron la llave dominante y la crueldad y el holocausto el sentido imperativo de los nuevos tiempos. El asunto crítico era que esos cinco siglos no tenían un tiempo de culminación, estaban vigentes hasta aquellos días de 1971, y, para dolor de su autor, aún sigue vigente esa historia de explotación y barbarie donde el latinoamericano sigue siendo “la carne de cañón” de los Imperios.
Galeano, en un estilo satírico y sin mucho tecnicismo económico ni social (la crítica a la obra radica en eso, en que se vale inadecuadamente de categorías económicas y sociológicas), que los españoles llegaron al continente Americano en busca de metales preciosos, especies, recursos naturales para reimpulsar el mercantilismo en Europa; el proceso de conquista amplió su interés al ver la posibilidad de utilizar mano de obra barata y abundante (más que barata, abundante, porque con la esclavitud terminó siendo gratis), expropiando todo el territorio de manera sistemática. No fue una conquista que se hizo improvisadamente, tuvo su plan, sus objetivos claros: dominar y avasallar todo cuanto se pudiera
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