Las intermitencias de la muerte “ de José Saramago

En el libro “las intermitencias de la muerte “ de José Saramago, es un libro muy peculiar, al tener como tema central la muerte el cual nos motiva hacer una reflexión profunda en nuestras vidas.

El lenguaje de la novela es utilizar oraciones y párrafos muy extensos con abundante uso de la coma que los divide en pequeñas extensiones, cada una de las cuales añade un dato, una observación más. Destaca también su modo de narrar los diálogos, incrustados en el párrafo, que les dota de una gran verosimilitud, casi la transcripción oral de una conversación real oída recientemente. Una novela que arriesga en lo formal y lo temático.

En la novela se pueden distinguir dos partes claramente definidas. En la primera el hecho de que la muerte se pone un una huelga, la cual ocasiona que esta misma deje de hacer su trabajo lo podemos ver al inicio del libro en la frase “Al día siguiente no murió nadie”, esto sucede justo cuando se esperaba la llegada del año nuevo cuando sin previo aviso, los habitantes de un país dejan de morir a pesar de tener enfermedades o sufrir sangrientos accidentes, simplemente no morían, aunque quien estuviera a punto de morir permanecía en las mismas condiciones, no mejoraba y no empeoraba simplemente se mantenía en el mismo estado.

En esta primera parte los habitantes del país toman con alegría la desaparición de muerte, ya que se supone que uno de los grandes deseos de la humanidad es ser eterno en la Tierra, pero la ausencia de la muerte desata un caos ya que de ser el mayor milagro se convierte en la peor pesadilla obligando que los mismos habitantes busquen la llegada de la muerte

La segunda parte comienza cuando ya todos se empezaban adaptar a la situación pero un día el director general de la televisión recibió un sobre de color violeta, la cual era de puño y letra por la muerte, la cual anunciaba el error por haber suspendido sus actividades, pero anunciaba la reanudación de sus actividades, lo que quería decir que las personas volverían a morir, después de dar la noticia atreves de los noticieros de la noche, pero añadiendo que serían prevenidos y tendrían un plazo de una semana para que realizaran lo que ellos consideraran, pero aun así el alboroto en el país no se pudo controlar.

Así que aquellos que recibieran el sobre color violeta, serían los que moriría. Las cartas empezaron a enviarse ya que habían pasado alrededor se siete meses de que nadie fallecería, todo iba según lo previsto hasta que una de las cartas fue devuelta al remitente. La muerte intentó volverla a mandar así en tres ocasiones, sin embargo sucedía los mismo que en la primera ocasión, asombrada la muerte busca en sus archivos, y descubre que la persona que no podía morir era un violonchelista, el cual debió de haber muerto  los cuarenta y nueve años pero por un error ya había cumplido cincuenta años de edad desacreditándolo de su destino, así que la muerte enfadada decide ir personalmente a la ciudad y conocer al violonchelista propietario del expediente.

Así que la muerte que es un esqueleto envuelto en una sábana, la cual vive en una sala fría, que cuenta con docenas de ficheros con grandes cajones los cuales están repletos de expedientes. Se quitó la sabana y dejo de estar entro a  la casa del violonchelista, y recorrió el lugar hasta que lo encontró en su cama dormido con su perro. Sorprendida por los instrumentos y un cuaderno de notas musicales, decide regresar y pensar en alguna manera de deshacerse del hombre que se había burla de ella, así que decide personificarse como una mujer atractiva de unos 37 años y presentarse ante el hombre y seducirlo para poder entregarle personalmente la carta, dejando encargada del envió de las demás cartas a la guadaña y se presenta al concierto del violonchelista el cual la ve en el palco y queda atraído por ella. A la salida del teatro mantiene un extraño dialogo el cual confunde al hombre sobre la misteriosa mujer.

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