Lope De Vega
RafaelCRM917 de Mayo de 2015
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Lope de Vega
El caballero de Olmedo
Colección Averroes
ÍNDICE
Acto primero 5
Acto segundo 40
Acto tercero 75
El caballero de Olmedo
Acto primero
Personas del acto primero
DON ALONSO
DON RODRIGO
DON FERNANDO
DON PEDRO
DOÑA INÉS
DOÑA LEONOR
TELLO
ANA
FABIA
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Lope de Vega
Sale DON ALONSO.
ALONSO Amor, no te llame amor
el que no te corresponde,
pues que no hay materia adonde
imprima forma el favor.
Naturaleza, en rigor,
conservó tantas edades
correspondiendo amistades:
que no hay animal perfeto
si no asiste a su conceto
la unión de dos voluntades.
De los espíritus vivos
de unos ojos procedió
este amor que me encendió
con fuegos tan excesivos.
No me miraron altivos,
antes, con dulce mudanza,
me dieron tal confianza
que, con poca diferencia,
pensando correspondencia,
engendra amor esperanza.
Ojos, si ha quedado en vos
de la vista el mismo efeto,
amor vivirá perfeto,
pues fue engendrado de dos;
pero si tú, ciego dios,
diversas flechas tomaste,
no te alabes que alcanzaste
la vitoria, que perdiste,
si de mí solo naciste,
pues imperfeto quedaste.
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El caballero de Olmedo
Salen TELLO, criado, y FABIA.
FABIA ¿A mí, forastero?
TELLO A ti.
FABIA Debe de pensar que yo
soy perro de muestra.
TELLO No.
FABIA ¿Tiene algún achaque?
TELLO Sí.
FABIA ¿Qué enfermedad tiene?
TELLO Amor.
FABIA Amor ¿de quién?
TELLO Allí está:
él, Fabia, te informará
de lo que quiere mejor.
FABIA Dios guarde tal gentileza.
ALONSO Tello, ¿es la madre?
TELLO La propria.
ALONSO ¡Oh Fabia! ¡Oh retrato, oh copia
de cuanto naturaleza
puso en ingenio mortal!
¡Oh peregrino dotor
y para enfermos de amor
Hipócrates celestial!
Dame a besar esa mano,
honor de las tocas, gloria
del monjil.
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Lope de Vega
FABIA La nueva historia
de tu amor cubriera en vano
vergüenza o respeto mío,
que ya en tus caricias veo
tu enfermedad.
ALONSO Un deseo
es dueño de mi albedrío.
FABIA El pulso de los amantes
es el rostro. Aojado estás.
¿Qué has visto?
ALONSO Un ángel.
FABIA ¿Qué más?
ALONSO Dos imposibles, bastantes,
Fabia, a quitarme el sentido:
que es dejarla de querer
y que ella me quiera.
FABIA Ayer
te vi en la feria perdido
tras una cierta doncella,
que en forma de labradora
encubría el ser señora,
no el ser tan hermosa y bella:
que pienso que doña Inés
es de Medina la flor.
ALONSO Acertaste con mi amor.
Esa labradora es
fuego que me abrasa y arde.
FABIA Alto has picado.
ALONSO Es deseo
de su honor.
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El caballero de Olmedo
FABIA Así lo creo.
ALONSO Escucha, así Dios te guarde.
Por la tarde salió Inés
a la feria de Medina,
tan hermosa, que la gente
pensaba que amanecía.
Rizado el cabello en lazos,
que quiso encubrir la liga,
porque mal caerán las almas
si ven las redes tendidas.
Los ojos, a lo valiente,
iban perdonando vidas,
aunque dicen los que deja
que es dichoso a quien la quita.
Las manos haciendo tretas,
que, como juego de esgrima,
tiene tanta gracia en ellas,
que señala las heridas.
Las valonas esquinadas
en manos de nieve viva,
que muñecas de papel
se han de poner en esquinas.
Con la caja de la boca
allegaba infantería,
porque, sin ser capitán,
hizo gente por la villa.
Los corales y las perlas
dejó Inés, porque sabía
que las llevaban mejores
los dientes y las mejillas.
Sobre un manteo francés
una verdemar basquiña,
porque tenga en otra lengua
de su secreto la cifra.
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Lope de Vega
No pensaron las chinelas llevar de cuantos la miran los ojos en los listones, las almas en las virillas.
No se vio florido almendro como toda parecía,
que del olor natural
son las mejores pastillas. Invisible fue con ella
el Amor, muerto de risa de ver, como pescador,
los simples peces que pican. Unos le prometen sartas
y otros arracadas ricas; pero en oídos de áspid
no hay arracadas que sirvan. Cuál a su garganta hermosa el collar de perlas finas; pero, como toda es perla, poco las perlas estima.
Yo, haciendo lengua los ojos, solamente le ofrecía
a cada cabello un alma, a cada paso una vida.
Mirándome sin hablarme, parece que me decía:
«No os vais, don Alonso, a Olmedo, quedaos agora en Medina».
Creí mi esperanza, Fabia...
Salió esta mañana a misa, ya con galas de señora, no labradora fingida.
Si has oído que el marfil del unicornio santigua las aguas, así el cristal
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El caballero de Olmedo
de un dedo puso en la pila. Llegó mi amor basilisco, y salió del agua misma
templado el veneno ardiente que procedió de su vista.
Miró a su hermana, y entrambas se encontraron en la risa, acompañando mi amor
su hermosura y mi porfía. En una capilla entraron; yo, que siguiéndolas iba, entré imaginando bodas: ¡tanto quien ama imagina! Vime sentenciado a muerte, porque el amor me decía: «Mañana mueres, pues hoy te meten en la capilla».
En ella estuve turbado: ya el guante se me caía, ya el rosario, que los ojos a Inés iban y venían.
No me pagó mal, sospecho que bien conoció que había amor y nobleza en mí;
que quien no piensa no mira, y mirar sin pensar, Fabia,
es de inorantes, y implica contradición que en un ángel faltase ciencia divina.
Con este engaño, en efeto, le dije a mi amor que escriba este papel; que si quieres
ser dichosa y atrevida
hasta ponerle en sus manos, para que mi fe consiga
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Lope de Vega
esperanzas de casarme
(tan honesto amor me inclina),
el premio será un esclavo,
con una cadena rica,
encomienda de esas tocas,
de malcasadas envidia.
FABIA Yo te he escuchado.
ALONSO Y ¿qué sientes?
FABIA Que a gran peligro te pones.
TELLO Escusa, Fabia, razones,
si no es que por dicha intentes,
como diestro cirujano,
hacer la herida mortal.
FABIA Tello, con industria igual
pondré el papel en su mano,
aunque me cueste la vida,
sin interés, porque entiendas
que, donde hay tan altas prendas,
sola yo fuera atrevida.
Muestra el papel, que primero
le tengo de aderezar.
ALONSO ¿Con qué te podré pagar
la vida, el alma que espero,
Fabia, de esas santas manos?
TELLO ¿Santas?
ALONSO ¿Pues no, si han de hacer
milagros?
TELLO De Lucifer.
FABIA Todos los medios humanos
tengo de intentar por ti,
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El caballero de Olmedo
porque el darme esa cadena
no es cosa que me da pena:
más confiada nací.
TELLO ¿Qué te dice el memorial?
ALONSO Ven, Fabia, ven, madre honrada,
porque sepas mi posada.
FABIA Tello...
...