Los Empeños De Una Casa

Todo comienza cuando Celia esconde a Don Juan en la casa de Don Pedro, hermano de Doña Ana, su ama.

Ellas están hablando en la sala acerca de Don Juan Toledo, el galán que pretendía a doña Ana en Madrid y esta le correspondía, cuando a su criada le confesó que admiraba a Don Carlos de Olmedo.

Son interrumpidas por dos embozados que llegan a la casa tocando la puerta, y al abrir Celia le entregan a una mujer acusándola de ir como compañera de un hombre que ha matado a otro.

Doña Leonor, como se llama la mujer a la que han llevado, pide clemencia a Doña Ana y antes de que la juzgue por favor escuche su desdichada historia. Así Doña Ana pone atención al relato que la mujer le hace.

Nació en una familia noble, desde pequeña se dedico a los estudios, ella era ( y lo seguía siendo) muy hermosa, por supuesto siempre pretendida por muchos caballeros, sin embargo entre tantos que a ella amaban a ninguno le correspondía. Despues de tiempo ella fue olvidada por sus padres y conoció a Don Carlos de Olmedo. Se enamoraron con un amor reciproco y como los intereses de su padre no eran que su hija se

casara con un forastero, como lo era Don Carlos, decidieron escaparse, pero antes de que lograran hacerlo aparecieron unos hombres, que al escucharla hablar reconocieron su voz y uno de ellos mando: “Matedlo, don Juan que esa tirana a la que lleva es mi prima Leonor de Castro” así sacando el acero, después de una larga batalla cayó muerto don Diego de Castro, primo de Doña Leonor. Así fue depositada ella en la casa de doña Ana.

Al darse cuenta la señora que era al mismo galán al que las dos idolatraban no hace nada y solo manda a Celia que acomode a doña Leonor en una habitación.

De nuevo entran a casa de don Pedro pidiendo ayuda, pero esta vez son don Carlos y Castaño quienes la solicitan, doña Ana obviamente no se las niega, pero advirtiéndole de su hermano que llegara en cualquier momento.

Ahora en la casa de Leonor al notar su ausencia su padre, don Rodrigo, y su criado , Hernando, llegan a la conclusión de que es don Pedro de Arellano quien se ha llevado a su hija, así que se dirigen hacia su casa, pero no para vengarse ni nada por el estilo, sino para con todo gusto casarle con Leonor.

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