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Los Huicholes


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2013  •  2.863 Palabras (12 Páginas)  •  297 Visitas

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La primera vez que se puso realmente en duda el triunfo de la oposición en México fue en la elección presidencial de 1940. Sin embargo, sobre estas elecciones se ha investigado poco,[ 1 ] pero sobre todo en relación con la oposición hay una ausencia de trabajos que expliquen las características de cada una de las organizaciones y grupos que se crearon en torno de ésta. Este trabajo se ocupa de explicar sólo a una, el Partido Revolucionario Anti-Comunista (PRAC).

El contexto

A partir de la llegada de Lázaro Cárdenas a la presidencia de la república, en diciembre de 1934, se inició un proyecto reformista con una política de amplio contenido social, que se hizo manifiesta en la segunda convención del PNR en 1933, donde se estableció el programa del plan sexenal cuya tesis central era la intervención del estado en las actividades nacionales a fin de controlarlas y poderlas regular, así como contrarrestar la excesiva injerencia extranjera en la explotación de los recursos del país. Se reivindicaban los postulados de la Constitución de 1917 y la voluntad estatal de hacer efectivo el pacto social. Por otro lado se buscaba la satisfacción completa de las demandas campesinas y la liquidación de los latifundios, y, en relación con los obreros, se prometían contratos colectivos de trabajo y salarios mínimos, además de promover la unificación en un organismo de carácter nacional, y también que la educación debería ser socialista.

Este proceso se hizo evidente a partir de 1936, cuando se emprendió un cambio en el programa financiero del gasto público. Se realizaron fuertes gastos orientados hacia lo social, como obras de infraestructura, educación, pero, sobre todo, dirigidas hacia la agricultura, y se recurrió al aumento del circulante, esperando que el resto de la economía respondiera al impulso. La inflación creció y el sector privado, temeroso de las consecuencias de la política social del régimen, se retrajo y se produjo una situación de escasez de crédito frente a un mercado interno creciente.[ 2 ] La economía retrocedió hasta alcanzar el máximo en 1938, cuando se pasó de un estado sin déficit a uno deficitario. La inflación fue el resultado de la importación de alimentos en 1937, la salida de divisas, el retiro de fondos de las compañías petroleras, la disminución de la recaudación de la exportación del petróleo y la plata.

Esto afectó de manera distinta al conjunto de la sociedad. Los sectores medios urbanos, en general opuestos a la administración cardenista, fueron los sectores más lastimados ya que el abastecimiento a las ciudades se restringió y los precios de los alimentos se elevaron; los ejidatarios y los obreros sindicalizados se beneficiaron con el cambio, pero la inflación amenazó los recientes logros obreros y con ello su respaldo al régimen.

El ritmo de la reforma agraria disminuyó ya que se redujeron los créditos agrarios y los ejidatarios se quedaron sin fuentes de capital, por lo que se multiplicó la inconformidad en el campo; y en un intento de conciliar los intereses norteamericanos para obtener un préstamo al "programa de ayuda económica", éste quedó descartado con la expropiación petrolera.[ 3 ] Además del boicot de las compañías y las presiones económicas y políticas del gobierno norteamericano, con la devaluación subsiguiente en 1938, se agudizó la crisis económica.

La crisis provocó inestabilidad y el sector privado optó por la desconfianza hacia la inversión. Se redujeron los fondos disponibles de la banca privada y parte del monto del nuevo circulante se dirigió a instituciones bancarias del extranjero. Todo esto provocó un enorme descontento hacia la política oficial, y fue canalizado en distintas agrupaciones de oposición que buscaron participar en la lucha política de 1939-1940. Así la sociedad mexicana se encontró dividida; por un lado estaban aquellos que fueron incorporados al proyecto y por lo tanto fueron beneficiados por el gobierno; por el otro, los que se sintieron amenazados o quedaron excluidos de dicha política, así como aquellos a quienes las reformas los afectaron personalmente. En la oposición se encontraron fundamentalmente la clase media, los comerciantes, los burócratas y los profesionistas, aunque también los campesinos y los obreros que no se habían beneficiado durante el sexenio o se vieron afectados por el retraso de la aplicación de las reformas. También estaban los pequeños y medianos propietarios rurales y los latifundistas, que se vieron afectados por las expropiaciones, además de antiguos políticos y militares desplazados, que manifestaron su desacuerdo con el régimen.[ 4 ]

Esta oposición amenazaba con tener alcances internacionales, pues en esos momentos el mundo se había dividido en dos tendencias ideológicas claras, las democracias y los totalitarismos nazi-fascistas, lo que hacía presentir la inminencia de un conflicto armado. A principios de 1939, Alemania se había anexado Austria y Checoslovaquia; Japón se extendía a costa de la China, e Italia había invadido Etiopía. Los Estados Unidos veían con temor el imperio japonés y Francia e Inglaterra se alarmaban con la actitud alemana. En México, el franquismo y el fascismo ganaban adeptos.[ 5 ] Esta oposición se formó con características distintas: una gran parte tenía una orientación religiosa, como la Unión Nacional Sinarquista creada en 1937, organización católica con una ideología cercana al fascismo y el franquismo, que rechazaba la revolución y contaba con el apoyo de los campesinos de las antiguas zonas cristeras, y el Partido Acción Nacional creado apenas en 1939 por la clase media católica-liberal y sectores empresariales, y otra parte de orientación laica que se fusionó dentro y fuera del gobierno.

La mayoría de los grupos organizados de la clase media urbana adoptó un tono beligerante y se aglutinó en torno de dos aspectos fundamentales: un nacionalismo recalcitrante y una gran desconfianza a lo que percibían como intervencionismo estatal, el odio a Estados Unidos que permeó varios grados de antisemitismo, así como el rechazo a las ideologías extranjeras: el comunismo y la influencia soviética. Se manifestaron contra la educación socialista, las movilizaciones sindicales, el ejido colectivo, la ley de expropiación de 1936 y la política exterior del gobierno.[ 6 ]

La posibilidad de que las ideologías totalitarias tuvieran mayor influencia en la población mexicana, cosa que era factible, colocaba a la izquierda oficial en un predicamento: si continuaban con el proyecto de reformas cardenistas la división de la sociedad sería terrible y probablemente la oposición podría recurrir a la guerra civil, lo que provocaría sin duda, la intervención

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