ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Los Ojos De Mi Princesa 2


Enviado por   •  5 de Mayo de 2015  •  2.648 Palabras (11 Páginas)  •  330 Visitas

Página 1 de 11

LOS OJOS DE MI PRINCESA 2. FUERTE POR AMOR.

Hoy te soñé mi princesa nos veíamos de nuevo como aquella vez cuando jóvenes, estabas vestida muy formal, maquillaje exagerado y zapatos de tacón, eras más alta que yo, te había preguntado cómo habías estado pero me respondiste con un mal, muy mal después se desplomo un rayo y los dos empezamos a caer por un agujero negro. Creo que hay una relación entre lo que va a pasar y en lo que queremos que pase, hay una relación, yo lo sé, eso quiero pensar. La soledad me ha debilitado, ya no quiero estar sin ti, ya no puedo, necesito tu amor, necesito que estés conmigo. El otro día fui con Ariadne a tomar un café, ella me explicaba lo que había pasado en su vida los últimos meses, empezamos a hablar de ti, le comente de aquella noche en tu casa, cuando fue la fiesta y quería una explicación del porque te decían Justina, Ariadne me dijo que ella tampoco sabía, le pregunte tu nombre y me dijo que te llamabas Lorenna, hasta ahora que lo sé, para mí siempre fuiste mi princesa, mi Sheccid, también le dije que te quería ver, que te quería buscar, al parecer Ariadne te vio el otro día en un mercado de artesanías, pero me dijo que habías cambiado, que no eras la misma y lo comprendo, estos últimos tres años no han sido fáciles. Con la esperanza de poderte ver, le pedí la dirección exacta de donde te vio, Ariadne me la dio disgustada, siguiendo con la idea de que te tenía que olvidar, se despidió y se fue. Aquella noche te vi en el parque, estaba tan feliz de verte, pero tú al parecer no, me miraste con disgusto y repulsión, estabas con tus amigos, todos de traje, me atendiste por escasos minutos y nos quedamos de ver en aquella librería, donde fue nuestra primera cita. Te vi que llegaste como en mi sueño, te veías más adulta, como a alguien que la vida golpea, pero no puse atención, tú siempre serás mi princesa. Al parecer al charlar me reclamaste por todo el tiempo que te había abandonado, pero yo pensaba lo contrario, tú te fuiste a quién sabe dónde y me dejaste solo, con el corazón entre las manos, estaba tan alegre de poderte ver de nuevo, pero algo en ti había cambiado, algo era diferente, ya no eras la misma princesa que conocía, Ariadne tenía razón. Escuche que coordinadas un congreso o algo así logre captar, pues en esos momentos mis pensamientos no eran claros. Platicamos por un rato y tú te fuiste en tu convertible hacia tu casa y yo hacia la mía, llegando a casa me puse analizar las oportunidades que estaban frente a mí, el hecho de participar en las conferencias era un gran pretexto para acercarme a ti pero había un problema, no tenía dinero para pagarlo porque estábamos teniendo problemas económicos, busque la manera y me anote de trabajador en la cocina, así pagaba mi boleto de entrada para estar siempre contigo. Casi todos los hombres buscan conquistar a las mujeres que consideran débiles, a las que pueden dominar y enseñarles cosas, yo no creo en ese machismo. Considero que la mujer debe ser superior a su pareja en ciertos aspectos y que juntos puedan lograr un equilibrio de aportaciones, muchas mujeres se la pasan esperando a alguien que “las merezca” y se quedan solas y muchos hombres se desaniman ante cualquier obstáculo y se van, yo no voy a huir, yo voy a luchar porque quiero a una mujer brillante para mí, voy a luchar por ti. He desempeñado mis labores en el congreso, pero aún no he podido congeniar contigo, siempre estás muy ocupada. Después de terminar mis labores vespertinas me llamaste y me dijiste que se iba a presentar el mariscal adalid, según tú un conferencista muy bueno, así que opté por quedarme. Sinceramente fue la peor conferencia que había oído, sus pláticas eran horribles, ni siquiera eran sus propios pensamientos, si no que eran copias de grandes pensadores, eso no lo dudo, pero esos pensamientos los englobaba de tal forma que hacía que su significado cambiara completamente, ¿Es liderazgo? ¿Esto es lo que es liderazgo? Que vil porquería, únicamente me quedé para poder admirarte un poco más, admirar la forma en que lo admirabas porque a ti te parecía una conferencia digna de gloria. Al salir me dijiste que el mariscal adalid había sido tu consejero personal durante los últimos años, me supongo que por ello era el cambio de tu personalidad. He escuchado mil veces las conferencias del mariscal y en ninguna de ellas capto la esencia de algún tipo de reflexión, al menos no yo, porque sé que él sólo dice lo ya dicho, yo he leído sobre superación personal y sobre la felicidad, así que quise comentar mis puntos de vista con aquel mariscal, me dirigí a su oficina y pude notar que la puerta estaba abierta y que de ella salía una de las chicas que eran edecanes, usted me invitó a pasar y me percaté que parte de su ropa estaba en el suelo, usted se abrochaba la camisa, en mi mente se formuló un mil de ideas: ¡Cómo rayos puede estar enseñando valores si usted mismo no respeta lo que hace , no es congruente!, mi enojo era tal que exploté diciéndolo, pero muy pasivamente me contestó en la vida hay que saber aprovechar oportunidades para lograr la felicidad, ¿Quieres ser feliz? Entonces haz lo que te haga feliz, él me dijo que si algún día necesitaba apoyo personal él me lo podía brindar, claro que cobraría por ello. Confundido y enojado salí de su oficina. Ya no puedo soportar el hecho de no estar con mi princesa, mis ganas de que sepa que la quiero han llegado al punto de declararle mi amor, de una forma pública, quiero que sepa que existo y quero ser parte de su mundo, ella es bonita, yo no, pero puedo conquistarla porque la belleza del alma prevalece sobre la física, ella es rica, yo no, pero puedo conquistarla porque la riqueza del ser humano no está en sus cuentas bancarias si no en sus virtudes e intenciones, aún no me rindo contigo, he preparado una manta que colgaré en uno de los muros del aula magna en ella te declaro mí amor. Sheccid: Mi bien amada, tus ojos han dado luz a las sombras de mi mente y tu belleza ha inspirado mi futuro junto a ti. ¡Te adoro princesa! Eso decía la manta que todos los presentes leyeron esa tarde en cuánto entraron al salón. Al parecer tú no te tomaste tan bien que yo hiciera eso, lo concluí por la forma en que me insultaste, he llegado a ese grado de desesperación por ti, aunque creo que después de esto ya no me querrás hablar, desilusionado me retiré, no sin antes pedirte disculpas, pero estabas tan enojada que no me hiciste caso. Comienzo a creer que todos mis esfuerzos son en vano, porque tú no vez mis logros de éste ambiente porque esto no es el mío, pero si tan siquiera pudieses ver mis logros como deportista o leyeras todas las novelas que he escrito, te dieras cuenta que tengo las mejores intenciones aunque creo que mi mayor error hasta ahora ha sido ser honesto contigo sabiendo que tú solo crees

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (14.4 Kb)  
Leer 10 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com