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Líder debe estar dispuesto a renunciar a ciertos aspectos personales

michaelfeliz2 de Marzo de 2014

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I. La Ley del Tope

Esta ley se refiere a que la capacidad de liderazgo es el tope que determina el nivel de eficacia de una persona. Cuanto más bajo es la capacidad de dirigir del individuo más bajo esta el tope de su potencial, mientras más alto es su liderazgo, mayor es su eficacia. Así mismo, cuanto más alto desee escalar, mas necesitará el liderazgo. Cuanto más alto sea el impacto que desee causar la persona, tanto mayor influencia necesitará.

La eficacia personal y dentro de la organización guarda proporción con la fuerza del liderazgo. Si el liderazgo no es fuerte, la organización está limitada y por eso, en momentos difíciles, las organizaciones buscan nuevos líderes. Para alcanzar el nivel más alto de eficacia la persona debe elevar el tope, de una forma o de otra. Quien quiere crecer en liderazgo debe proyectar metas ambiciosas y dimensionar su impacto, a medida que avance para lograrlas, irá desarrollando el liderazgo y aumentará su eficacia proporcionalmente.

II. La Ley de la Influencia

Definitivamente el liderazgo es influencia, nada más y nada menos. Sin influencia no se puede dirigir a los demás. Cuando el verdadero líder habla, la gente escucha, no importa si está de acuerdo o no. Él liderazgo no tiene que ver necesariamente con ocupar una posición de líder, el liderazgo no puede ser otorgado, nombrado o asignado, solo procede de la influencia y ésta no puede imponerse, debe ser ganada. Lo único que un titulo puede comprar es tiempo, ya sea para aumentar el nivel de influencia o para eliminarlo.

La gente ha adoptado muchos mitos o concepciones erróneas sobre el liderazgo y los líderes, veamos los cinco más comunes:

1. El mito de la administración: Es un grave error pensar que la administración y el liderazgo son lo mismo. El liderazgo consiste en influir en la gente para que siga al líder mientras que la administración se enfoca en los sistemas y en los procesos de mantenimiento. Los administradores pueden mantener el rumbo de las personas pero no cambiarlos, para ello se necesita influencia y eso lo tiene un líder.

2. El mito del empresario: Muchas personas suponen que todos los vendedores y empresarios son líderes y eso no es así. Un vendedor o empresario puede ser emprendedor, innovador y exitoso, pero esto no lo convierte en un líder. Puede persuadir a las personas por un momento, pero no tiene influencia sobre ellos a largo plazo.

3. El mito del conocimiento: Muchas personas creen que aquellos que poseen conocimiento e inteligencia son líderes, pero eso no es así, podemos ver personas muy inteligentes y dotados de conocimiento, como los científicos, por ejemplo, pero su capacidad de dirigir es baja, porque el coeficiente intelectual no necesariamente equivale a liderazgo.

4. El mito del precursor: Otro concepto erróneo es pensar que todo el que está frente a una multitud es un líder, pero ser el pionero no significa ser un líder. Para ser líder una persona no solo debe ir al frente de un grupo, sino que debe tener personas que voluntariamente vienen detrás de él, siguen su dirección y actúan sobre la base de su visión.

5. El mito de la posición: Otro error clásico es la creencia de que el liderazgo se basa en la posición de la persona. No es la posición lo que hace al líder, es el líder quien hace la posición. Un verdadero líder puede ser despedido de su posición, por ejemplo, y mantener seguidores que le acompañen y se vayan con él.

En definitiva, el liderazgo es influencia y la prueba de la influencia se encuentra en los seguidores. Algunas personas pueden emerger como líderes, otras no. A continuación varios factores que juegan un papel importante para que esto ocurra:

• El Carácter: Quienes son.

• Relaciones: A quienes conoce.

• Conocimiento: Lo que saben.

• Intuición: Lo que sienten.

• Experiencia: Donde han estado.

• Éxitos pasados: Lo que han hecho.

• Capacidad: Lo que pueden hacer.

III. Ley del Proceso

Esta ley plantea claramente que el liderazgo se desarrolla diariamente. Es una inversión: se incrementa. Por ejemplo: si invertimos en la bolsa de valores y esperamos tener una fortuna en un día no se tendrá éxito pues lo que más importa es lo que se logra paso a paso y a largo plazo, ya que la capacidad de dirigir es algo complejo, es una combinación de destrezas que tiene varias facetas. Incluye respeto, experiencia, fuerza emocional, destreza en las relaciones con las personas, disciplina, visión, impulso, momento oportuno, etc; y, como la mayoría de estos aspectos son intangibles, los líderes requieren de mucha experiencia para ser eficaces.

Los líderes son aprendices. Según un estudio realizado a noventa lideres, lo expertos Warren bennis y burt nanus descubrieron que “es la capacidad de desarrollar y mejorar las destrezas lo que marca la diferencia entre los lideres y sus seguidores.” Pues el proceso de aprendizaje es un continuo resultado entre autodisciplina y perseverancia, la meta de cada día debe ser mejorar un poco y edificar sobre el progreso del día anterior; el problema es que damos demasiada importancia a los eventos y subestimamos los procesos.

Los eventos son catalizadores muy efectivos, pero los procesos son los que garantizan progreso duradero.

Una diferencia entre un evento y un proceso, seria, por ejemplo:

Un evento Un proceso

Estimula las decisiones Estimula el desarrollo

Motiva a las personas Madura a las personas

Es un asunto de calendario Es un asunto de cultura

Desafía a la gente Cambia a la gente

Es algo sencillo Es algo difícil

Así mismo, el autor plantea cinco fases de crecimiento en el liderazgo:

• No sé lo que no se: La mayoría de las personas pensamos que el liderazgo es para unos cuantos, no reconocemos que el liderazgo es influencia y que en el transcurso de un día la mayoría de nosotros trata de influir por lo menos en cuatro personas. Cuando un individuo no sabe lo que no sabe no puede crecer.

• Sé qué necesito saber: En algún momento de nuestras vidas somos colocados en un puesto de liderazgo y descubrimos que nadie nos sigue. Ahí nos damos cuenta que necesitamos aprender a dirigir. El primer ministro inglés benjamín disraeli dijo” el ser consientes de que ignoramos los hechos es el primer paso hacia el conocimiento.

• Se lo que no se: En el momento en que nos hacemos conscientes de lo que no sabemos, debemos procurar entrar en contacto con líderes sobresalientes o reconocidos en nuestro ámbito de acción a fin de compartir conceptos y experiencias que nos ayuden. Así mismo leer libros de forma disciplinada y escuchar cintas de audio y conferencias sobre liderazgo.

• Sé, me desarrollo y comienza a notarse: Esto se refiere a cuando reconocemos la falta de destreza y empezamos una disciplina diaria de crecimiento en el liderazgo. Comenzamos el liderazgo hoy y algún día experimentaremos la ley del proceso.

• Camino hacia delante porque ahora se a donde voy: En la fase anterior se puede ser muy eficaz como líder, pero debemos pensar bien cada acción que ha de tomarse, sin embargo al llegar a esta fase la capacidad de dirigir es casi instantánea, desarrollamos grandes instintos y es allí donde recibimos recompensa, pero la única forma de lograrlo es obedeciendo la ley del proceso.

En resumen, ni importa la meta o la rama en donde nos desenvolvamos, si lo hacemos de manera disciplinada y consecuente lo lograremos.

IV. Ley de la Navegación

Los seguidores necesitan líderes que sepan navegar y guiar eficazmente con ellos, pues cuando enfrentan situaciones de vida o muerte la necesidad es más que obvia. Cualquier persona puede gobernar un barco, se necesita un líder para trazar la ruta.

Un buen líder se mantiene enfocado, controla su rumbo pero el rumbo no lo controla a él. Antes de llevar a su gente a una jornada, el líder atraviesa por un proceso a fin de que el viaje tenga la mejor oportunidad de ser exitoso. Y cuando eso pasa:

• Los navegantes se benefician de la experiencia pasada.

• Los navegantes examinan las condiciones antes de contraer compromisos.

• Los navegantes escuchan lo que otros dicen.

• Los navegantes se aseguran que sus conclusiones representen tanto las expectativas como los hechos.

Si el líder no puede navegar guiando a su gente a través de aguas turbulentas, puede hundir la nave. Y para trazar el rumbo de una estrategia de navegación se requiere: Predeterminar un programa de acción, trazar metas, ajustar las prioridades, notificar al personal clave, dar cierto tiempo para aceptación, comenzar a actuar, esperar los problemas, señalar los buenos éxitos siempre, revisar el plan diariamente.

Los líderes que son buenos navegantes pueden llevar a su gente casi a cualquier parte, pues no es el tamaño del proyecto lo que determina su aceptación, apoyo y éxito, sino el tamaño de su líder.

V. Ley de la Adición

Esta ley plantea que los líderes añaden valor por medio del servicio a los demás. Cuando un líder intenta ser el más importante, no está creando lealtad. Si uno no puede dar el mérito a los demás o aceptar la culpa personalmente, se desvanecerá en su incapacidad de inspirar a otros. Lo importante en el liderazgo no es que tan lejos avancemos sino que tan lejos ayudemos a los demás. Esto se logra sirviendo a los demás y añadiéndoles valor a sus vidas.

La interacción entre los líderes y sus seguidores es una relación y toda relación añade o sustrae algo de la vida de una persona. Anadir valor a los demás a través del servicio, les

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