Moral Y Luces
yesika21carolina5 de Mayo de 2013
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La historia de la historiografía venezolana podría considerarse que es relativamente nueva. De acuerdo con la opinión de Germán Carrera Damas (1996), expuesta en el tomo I de su Historia de la historiografía venezolana (Textos Para su Estudio) para el inicio de ésta:
Quizá pueda tomarse como criterio (...) el momento en que pueda afirmarse la existencia de una sociedad venezolana constituida, no importa que se tratase de una sociedad autónoma o de una sociedad que estuviese inserta en una realidad política global, como lo fue el Imperio Español.
Será en esta sociedad, durante el período republicano donde surge la preocupación y necesidad por conocer y valorar la historia, y, en la cual "hubo afán de hacer historia durante los años iniciales de la República, mas el numen que guió a los trabajadores estuvo circunscrito a las grandes hazañas de la epopeya emancipadora"; lideradas por la figura de su Excelencia el Libertador Simón Bolívar, a través de un discurso emancipador, poseedor para la época, de una alta carga revolucionaria, nutrida con los hechos populares-reivindicativos, personificados en su mayoría por los grupos de color: pardos, mulatos, indios, zambos, negros, etc., a parte de la Conspiración de los Mantuanos, de 1808, la cual fracasó, y las cartas que desde Londres escribía Francisco de Miranda al Cabildo caraqueño y al Marqués del Toro en 1809 incitándoles a formar una Junta de Gobierno con plena autonomía política-administrativa los cuales, son descalificados y desconocido por una historiografía mediática, falseadora de la realidad, que niega todo accionar del "pueblo llano", de "los grupos populares" que precedieron el estallido de aquel 19 de abril de 1810, al ser catalogados como simples "revueltas" o hechos "vandálicos" de "hordas salvajes" sin ninguna dirección y formación. Expresiones con las cuales pretenden "borrar de un plumazo" de la memoria histórica del colectivo venezolano, del hombre común, del "pata en el suelo" y "sin camisa" la realidad de los hechos. Imponiendo la denominada "Historia de los Vencedores".
Con éste –discurso- estos "trabajadores", trataban o tratan de "... conservar glorias que de establecer y explicar hechos" o sucesos efectuados en el país, durante el desarrollo del llamado proceso emancipador, para acentuar en la sociedad venezolana del momento una conciencia histórica que repercutiría en la concertación de un verdadero sentimiento de patria.
Apoyados en la inculcación de ciertos valores fundamentales, tales como:
El concepto de nación-patria.
El culto heroico.
El criollo, noción imprecisa que estuvo originalmente destinada a operar en una fase de definición negativa de la conciencia nacional.
La cultura criolla, como expresión de lo nacional independiente, y
La valoración liberal del pueblo.
Al respecto, Germán Carrera Damas (1980) señala que estos trabajadores, de las primeras producciones historiográficas, construyen su discurso:
... sobre las narraciones de testigos-actores de la Emancipación, cuyo carácter bélico, sumado al hecho de que sólo recogiesen jirones de todo el proceso y a las circunstancias postbélicas en que fueron historiadas, condujeron naturalmente al predominio absoluto de la narrativa épica, muy acorde, por otra parte, con el tono del romanticismo literario que campeaba. Pero no es esto lo más notable de esa historiografía. Sus significados más reveladores habría que buscarlos por una parte en su contenido ideológico, acorde con las circunstancias de la sociedad venezolana de la época, y en la fijación de una vez por todas de determinadas características metodológicas cuyo influjo aún se muestra poderosamente en la historiografía venezolana...
Igualmente, Germán Carrera Damas, -una vez más- en el Tomo I de su Historia de la Historiografía... nos delimita temporalmente el inicio de la historiografía en Venezuela.
Al exponer que:
La historiografía de la Emancipación marca el nacimiento de la historiografía venezolana propiamente dicha, tanto en razón del acontecer histórico concreto como de su expresión en la conciencia histórica. Pero subsiste una dificultad, nutrida por la distancia que media entre estos primeros planteamientos de lo que sería una temprana conciencia histórica venezolana, todavía más intuida que fundamentada, todavía más aspiración que práctica, pero documentable, y lo que sería la definitiva floración de ella a partir, aproximadamente, de la década del cuarenta del siglo XIX, con la obra de Rafael María Baralt, valorada como presentación sistemática de la nueva conciencia histórica, fundada en una reinterpretación del período colonial y de buena parte de la historia de Europa.
Con ello evidencia, el grado de influencia que generó el pensamiento historiográfico europeo, en el territorio venezolano, en aquellos –"trabajadores"- que se dedicaron a la labor historiográfica, pero de la cual, según aclaratoria del Dr. Germán Carrera Damas:
... sólo se podría hablar de historiografía venezolana a partir del momento cuando los venezolanos comenzaron a verse a sí mismos, en sentido temporal y espacial, como venezolanos, y no como súbditos del rey de España o como españoles de América; tampoco como americanos, sino específicamente cuando comenzaron a verse a sí mismos, en perspectiva histórica como venezolanos, diferenciándose positivamente de cualesquiera otros contextos.
El pueblo venezolano a raíz del 19 de abril de 1810, estaría impulsando su AUTODETERMINACIÓN, de Libertad, Independencia y Soberanía; (principios fundamentales para la construcción de una nueva República) acción que hoy más que nunca debemos todos, emular e impulsar para evitar ser, sujetos de pretensiones NEOCOLONIALISTAS-IMPERIALISTAS, fundamentadas por la "Doctrina Monroe" y representadas por la bota norteña de los Estados Unidos de Norte América, recordemos aquel pensamiento lapidario de nuestro Simón Bolívar, expuesto en comunicación enviada a Patrick Campbell, encargado de negocios de Inglaterra en Bogotá, escrita en Guayaquil, el 5 de agosto de 1829 en la cual expresa " Los Estados Unidos, (…) parecen destinados por la Providencia para plagar a la América de miserias a nombre de la Libertad".
Los hechos del 19 de abril de 1810, sería el Movimiento que inicia en Caracas el proceso histórico de la Independencia de Venezuela, al ser destituidas las autoridades españolas y sustituidas por una Junta de Gobierno a la cabeza de la cual figuran los 2 alcaldes del Cabildo Municipal, ese día el Cabildo Municipal ejerció el primer acto de soberanía popular deponiendo a las autoridades españolas presididas por el Gobernador y Capitán General, Don Vicente Ignacio Antonio Ramón de Emparan y Orbe, pero de esta acción protagonizada por el grupo detentor del poder económico colonial, amerita las siguientes interrogantes: a) ¿Porqué éste acto de fidelidad a la Corona metropolitana?, b) ¿A caso sería más que un acto de disimulación política, o sería tal vez una estrategia de persuasión, en espera de la coyuntura política necesaria para impulsar realmente la ruptura definitiva con el nexo colonial?, c) ¿Oh sería el primer acto en que se evidencia la Crisis de la Conciencia Criolla, venezolana?. En razón de ello, consideramos que "siempre será posible discutir sobre si se trató de estratagema o de argucia. Probablemente abundarán buenas razones en uno u otro sentido" no se olvide que son hecho sociales, los cuales tienen que ser captados por la visión acuciosa y abstracta del historiador, para ser sometidos al análisis crítico propiamente dicho, apegado –insisto en esto- a la rigurosidad del método histórico.
Por ello, "quizá sea más productivo indagar sobre las condiciones que hacían necesaria una u otra alternativas o ambas, combinadas según momentos y personajes". "Pero cualquiera que sea la justificación del explícito lealtismo del 19 de Abril de 1810, se desemboca en una misma comprobación: la ausencia de una auténtica conciencia monárquica" correlacionada con la conciencia cristiana católica, es decir la invocación de uno suscita de inmediato la del otro. Esto bien podría ser argumentado y sujeto a estudio, pues en la mentalidad del momento se planteaba la diatriba de "Se es en Dios como se es en el Rey" quizás aquí, con esta aseveración estaría la clave que permita la comprensión del hecho histórico en su complejidad.
Hecho en el cual, la mentalidad criolla del momento, vio que la crisis de la monarquía española, representó una gran amenaza para su posición como clase dominante, por cuanto faltaba la clave de la estructura de poder, que bien podría desvanecerse. "Este fue el caso de Venezuela: los criollos comprendieron que su condición de clase dominante se vería comprometida si se debilitaba la estructura de poder fundada en la conciencia monárquica" por esta razón aquel 19 de abril de 1810, la Junta Suprema de Gobierno se declararía Conservadora de los Derechos del Rey Fernando VII, desconociendo la autoridad del Consejo de la Regencia. Pues "los mantuanos fueron partidarios de que dicha junta se convirtiera en permanente. Los españoles se oponían a esa pretensión, porque ella significaba compartir el poder con los criollos". De la misma manera
los mantuanos rechazaron toda vinculación con Francisco de Miranda: el 24 de octubre el marqués del Toro
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