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Ni muerto ni rico sino todo lo contrario


Enviado por   •  11 de Septiembre de 2015  •  Monografías  •  6.480 Palabras (26 Páginas)  •  170 Visitas

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Ni Muerto Ni Rico Sino Todo Lo Contrario

Obra cómica, de 10 personajes

ARGUMENTO BREVE DE LA OBRA
Nos encontramos en un velatorio, donde el fallecido fue premiado por un boleto de lotería, y en el que los familiares no pararan de buscarlo mientras lloran su pérdida (me refiero a la del boleto)

Por: Mª Del Mar Chicón Pascual

PERSONAJES DE LA COMEDIA
FERNANDO
CARLOTA Esposa de Fernando
JOSEFINA Suegra de Fernando
PATRICIA Hermana de Fernando
MARTITA Vecinita
RITA “Prima” de Fernando
PADRE DON JOSÉ “Sacerdote”
MUJER I Vecina
MUJER II Vecina
MUJER III Vecina
PRIMER ACTO
Son las 10:00 de la mañana. Estamos en el interior de un pisito humilde, justamente en el salón de estar; en el centro del escenario se sitúa el sofá con algunas sillas a ambos lados; justo en medio, una mesita redonda; todo está impecable y muy ordenado.
Al lado izquierdo del escenario se sitúa una habitación de matrimonio, actualmente improvisado para un velatorio; al lado derecho nos encontramos con la cocina y la salida hacia la calle.
Cuando el telón esté abierto, salen dos mujeres de la habitación, ambas vestidas de negro.
CARLOTA_: (Que lleva un pañuelo en la mano derecha y un porta retrato, de su marido y de ella del día de su boda, en la otra mano) Y pensar que el martes pasado me hablaba de hacer las maletas para irnos ¡solos! Al Caribe.
JOSEFINA_: ¿Y se quería ir para mucho tiempo?
CARLOTA_: (Pensativa); Seguro, porque quería llevarse mucha ropa interior (Se sientan en el sofá; Carlota mira la foto y se pone a llorar) (Aparece desde la cocina una señora también vestida de negro, llevando una taza de té)
PATRICIA_: Y pensar que el martes pasado en esta casa se respiraba felicitaciones y alegrías; (hace un suspiro); no somos nadie. (se sienta también en el sofá) Toma Carlota esta tacita de té que te hará sentir mejor.
CARLOTA_: (Mirando la taza comienza a llorar de nuevo) Este juego de taza me lo compró mi Fernando de regalo de nuestro último aniversario, ¡25 años juntos…! Y felices, parece mentira…
JOSEFINA_: Sí que parece mentira.
CARLOTA_: Quiero decir que parece mentira que ahora esté, muertito.
PATRICIA_: Pobre hermano mío con lo fuerte que siempre ha sido y la salud envidiable que tenía, sí que parece mentira, que un simple incendio en su trabajo lo haya apagado tanto.
JOSEFINA_: Más que apagado chamuscado.
CARLOTA_: Eso le pasa, por irse tantas noches a trabajar, allí solito, seguro que se quedó dormido.
(Las tres suspiran y dicen a la vez)_: No somos nadie. (Suena el timbre de la puerta)
JOSEFINA_: Ya voy yo (Se dirige hacia la puerta y aparece una señora, pero ésta va vestida con colores vivos
y sin decir nada se dirige hacia Patricia y la abraza)
RITA_: Qué alegría mí querida Carlota!
PATRICIA_:(apartándola); Señora, si yo soy Patricia
RITA_: (aparta a Patricia y se dirige hacia Carlota, la abraza); ¡Qué alegría mi querida Carlota!
CARLOTA_:(serenamente); ¿Y usted quién es?
RITA_: No se acuerda de mí?, soy yo!…(con alegría); la prima Rita! (todas en silencio la miran extrañadas) la prima de Fernando, de Puerto Rico (cogiendo la foto de Carlota) estuve en su boda.
PATRICIA_:(desconcertada); Claro, es usted mi prima Rita?… bueno siempre he tenido conocimiento de que teníamos familia en Puerto Rico, lo que no sabía es que nos conociéramos?
RITA_: En verdad somos familia un poquito lejana, pero lo importante es que nos une muchísimo la sangre, que es la misma (deja de abrazar a Carlota y abraza a Patricia)
JOSEFINA_: Roja, claro.
RITA_: Pues aquí estoy, en cuanto me he enterado de la noticia no he podido resistirme en venir a compartirlo con vosotros, que para eso somos familia.
CARLOTA_: Ha sido muy amable por su parte.
RITA_: (mirando a Patricia); Es que no es una cosa que suela pasar mucho en la familia.
PATRICIA_: Pues menos mal.
RITA_: Claro que según cómo se mire.
JOSEFINA_: Y hacia quién se mire.
CARLOTA_: (intentando poner más dramática la situación); No nos esperábamos pasar ¡nunca! por esta experiencia, por lo menos tan pronto.
PATRICIA_: (a Rita); Y así…sin avisar…
RITA_: (continua con su tono alegre) Estas cosas son así, siempre pensamos que nunca nos va a tocar pero en el fondo, lo estamos deseando.
CARLOTA_: Pero, ¿cómo se atreve usted?
PATRICIA_: Para qué ha venido en verdad?
RITA_:(con cara de no saber qué está pasando); He venido, (las mira a cada una) a haceros compañía en estos momentos de tanta emoción, que además pienso que toda esta carga que os ha venido del cielo, se debería de repartir sobre los miembros de esta familia, cosa que seguro le gustaría a Fernando.
CARLOTA_: En eso tiene razón, mi marido siempre ha tenido afán de compañerismo.
JOSEFINA_:(con retintín); Yo diría mejor afán de compañías. (Suena el timbre del portero)
CARLOTA_: Voy yo, tiene que ser el cartero, (se levanta) perdonarme (se dirige hacia la cocina)
PATRICIA_: (levantándose); Si me lo permiten, voy a estar un ratito acompañando a mi hermano.
RITA_: (con alegría); Ah! ¡pero está aquí en la casa!
PATRICIA_: Si, se encuentra el pobrecito en la habitación, por fin podrá descansar en paz. (Se marcha hacia la habitación)
RITA_: ¿Por qué ha dicho que podrá descansar en paz?
JOSEFINA_: (con seriedad); Porque está muerto.
(APAGÓN)
SEGUNDO ACTO
Seguimos en la misma sala de estar; son las 11:00 horas. En escena se sitúa Rita en el centro del sofá, a su lado derecho se encuentra Carlota, y al lado izquierdo está Patricia; en la parte derecha del sofá, tres sillas en posición diagonal mirando hacia el público; allí se encuentran sentadas tres vecinas (Mujer I, Mujer II, Mujer III); frente a ellas y al otro lado del sofá se encuentra Josefina sentada en otra silla.
Se abre el telón y se las ve abanicando y en silencio.
MUJER I_: Pobrecito
MUJER II_: Qué pobre!
MUJER III_: Pobrecito
RITA_: (abre otro abanico y las imita); Pobrecito. (Pequeño silencio, siguen los abanicos)
CARLOTA_: Madre acompáñame a la habitación me gustaría estar un ratito con mi Fernando.
JOSEFINA_: Claro hija mía vamos (Se marchan a la habitación)
PATRICIA_: Si me lo permiten os voy a preparar un poco de café, con permiso. (Se marcha hacia la cocina)
(Siguen abanicándose)
MUJER I_: Pobrecito
MUJER II_: Qué pobre ¡
MUJER III_: Pobrecito
RITA_: Si, no somos nadie
MUJER II_: No, no somos
MUJER I_: ¿Y usted quién es? (paran todas de abanicarse y la miran)
RITA_:(incómoda por la situación); Yo?, yo soy Rita.
MUJER III_: (sorprendida); ¿Rita la cantaora?!
MUJER II_: ¿Usted ha venido a cantar?
RITA_: No!, soy Rita la prima de Fernando.
MUJER I_: Ah!, no sabía que Fernando tuviera más familia además de su hermana Patricia
RITA_: Bueno es que somos familia lejana, y quizás por eso no tuvierais noticias mías.
MUJER III_ Entonces sois primos segundos, no?
RITA_: No, cuando digo que somos familia lejana…. es que somos lejana, ya que vivo en Puerto Rico.
MUJER II_: Sí que os pilla lejos sí….
MUJER I_:(con tono de sospecha); ¿Entonces usted ha venido desde tan lejos para sólo darles el pésame a la familia?
RITA_:(un poco nerviosa) Claro…. en cuanto vine me enteré del suceso….quiero decir, que en cuanto me enteré del suceso, vine corriendo…. (Rita las mira de arriba a abajo, con recelo)
RITA_: Y ustedes? Sois también familia del difunto?
MUJER III_: No, somos todas vecinas, yo del primero A para más información.
MUJER II_: Yo del cuarto E.
MUJER I_: Y yo del ático…. también soy lejana (se ríen las tres) (Rita se ríe sin ganas para seguirles la corriente)
RITA_: Ya veo que tenéis mucho contacto con esta familia….
MUJER II_: Bueno, antes me solía encontrar a Fernando todas las mañanas en el ascensor, (se ríe) parecía que me estuviese esperando; y él aunque vivía en un primero, siempre subía conmigo y me acompañaba hasta mi casa, era muy simpático.
MUJER I_: (con retintín); Sí, sobre todo con las mujeres…
MUJER III_: (hacia la Mujer II); Bueno lo que te hacía a ti en el ascensor era una minucia, comparado con lo que le hacía a Martita, la vecinita del octavo B.
MUJER I_: Imagínese hasta la planta octava tenía mucho más tiempo (se ríen todas
menos la Mujer II)
MUJER II_:(indignada); Pero a mí sólo me acompañaba para darme conversación porque el hombre era muy amable y nada más.
MUJER I_: Si, amable solamente?… y por cierto…. de qué hablabais en el ascensor?… de lo caluroso del día o de lo refrescante de la noche? (se vuelven a reír todas, menos Mujer II)
MUJER II_: De lo que sea, a vosotras no os importa.
MUJER III_: Calmaos, que tenemos delante una prima suya, que lejana o no, sigue siendo prima suya.
RITA_:(Que se había animado en la conversación); No, por Dios, por mí no os cortéis, podéis seguir hablando de esa tal vecinita del octavo.
MUJER III_: Parece ser que tuvo un lío con Fernando
RITA_: ¿Un lío?
MUJER I II III_: Sí, un lío muy gordo! (En ese momento vuelve Patricia con una bandeja con café y algunas pastitas; todas se callan de repente, y empiezan de nuevo a abanicarse)
PATRICIA_:(Deja la bandeja en la mesita del centro); Tomad, aquí tenéis los cafés y unas pastitas, es lo mínimo que podemos hacer por vosotras, en agradecimiento a vuestra preocupación por la familia.
MUJER I_:(volviendo al tono de velatorio); Es lo menos que podemos hace en memoria de Fernando nuestro queridísimo vecino.
MUJER II_: Tan cariñoso que era…
PATRICIA_: Muchas gracias.(se sienta en el sofá) (Las vecinas paran de abanicarse para tomar los cafés y las pastitas) (Mientras tanto Rita se levanta)
RITA_: Si me perdonáis, voy a marcharme a…
PATRICIA_: (decepcionada); Se va tan pronto
RITA_: Volveré en seguida, tengo que preparar unos asuntillos, que no tardaran nada…
PATRICIA_: Si puedo ayudarla en algo?
RITA_: No, no se preocupe, gracias, sólo es arreglar el tema de mi alojamiento, tengo unos amigos dueños de un hostal, que me han pedido que los visite durante mi corta estancia
PATRICIA_: Entonces le acompaño a la puerta (Rita se marcha, Patricia se vuelve a sentar, y las vecinas dejan los cafés y vuelven a los abanicos) (Pequeño silencio)
MUJER I_: Pobrecito
MUJER II_: Qué pobre ¡
MUJER III_: Pobrecito
(Silencio, siguen abanicándose)
(APAGÓN)
TERCER ACTO
Cuando el telón se abra, la sala de estar se encontrará vacía. Son las 12:00 horas. Salen de la habitación Carlota y Josefina. (Las dos miran por todas partes de la casa, con preocupación)
CARLOTA_: (Buscando por los cojines del sofá); ¿Dónde lo habrá metido el muy…?
JOSEFINA_: (mirando dentro del florero); Sí hija mía, hasta para morir nos deja haciendo la puñeta.
CARLOTA_: Lo peor es que sólo tenemos un día para encontrarlo (mirando en la mesita del centro)
JOSEFINA_: (Buscando en otro jarrón); Y encima esta tarde es el entierro, más pérdida de tiempo.
(Entra a escena Patricia que viene desde la cocina)
PATRICIA_: (desconcertada al verlas);¿Qué estáis buscando con tantas ganas?
CARLOTA Y JOSEFINA_: El Boleto!
PATRICIA_: Ah! ya… el boleto… (se une a buscarlo y mira en los cojines del sofá)
CARLOTA_: Ahí! ya he mirado yo.
PATRICIA_: ¿Y en la habitación de mi hermano?
JOSEFINA_: También, hemos estado toda la mañana buscando mientras estaban aquí las pesadas de las vecinas velando al huevón de tu hermano.
PATRICIA_: ay pobrecito que ahora está muertito.
JOSEFINA_: Ya lo sé!, si no, se lo diría personalmente en su cara.
CARLOTA_: Queréis dejar de perder el tiempo hablando de tonterías y buscar el boleto que el tiempo se acaba.
PATRICIA_: (desilusionada se sienta en el sofá); En fin, igual mi hermano se lo ha llevado con él al otro mundo.
JOSEFINA_: Será posible que sea así, y que lo hubiera llevado encima suya y se hubiera quemado como él y nosotras aquí como tontas buscándolo.
PATRICIA_: Entonces, puede que ahora….lo tenga guardado él mismo!
JOSEFINA_: Que asco! yo no pienso buscar ahí.
PATRICIA_: Ni yo tampoco, que lo haga Carlota que para eso se casó con él, para lo bueno y para lo malo.
CARLOTA_: Pero otra vez! queréis dejar de decir estupideces, conociendo a mi marido seguro que lo guardó en la casa, lo malo que no tengo ni idea en dónde, él era tan suyo para sus cosas.
JOSEFINA_: ¿No viste ni escuchaste nada sospechoso?
PATRICIA_: Eso, o no notaste algo fuera de su lugar? no sé, un florero quizás más movido hacia la izquierda.
CARLOTA_: No, Fernando siempre ha sido muy minucioso para tener sus cosas ordenadas, y como nunca pensé que podía ocurrir esto, tampoco le pregunté.
JOSEFINA_: Ya te lo dije antes, siempre haciendo la puñeta! (Suena el timbre de la puerta) (Todas se paran y se quedan mirando hacia la puerta, sin moverse se ponen nerviosas)
PATRICIA_: ¿Quién podrá ser?
CARLOTA_: No lo sé, a lo mejor es el sacerdote que llamó esta mañana por teléfono.
JOSEFINA-: Sí, pero era para hacerle una pequeña ceremonia en la casa esta tarde antes del entierro, no creo que sea él.
PATRICIA_: No debemos de preocuparnos seguro que es alguna de las pesadas de las vecinas que vuelven.
JOSEFINA_: Lo dudo mucho ya se acabaron el café y las pastitas. (Vuelve a sonar el timbre)
CARLOTA_: No saldremos de duda si no vamos ninguna a abrir.
PATRICIA_: ¿Y quién va?
JOSEFINA_: Esta bien, iré yo, a mí no me dan miedo los fantasmas (se va a la puerta) (Entra Martita, la vecinita del octavo)
MARTITA_: (se pasea por la casa como si fuera suya) Buenas tardes capullitos tempranos
CARLOTA_: (seria) ¿Qué quieres?
MARTITA_: Nada importante, solo daros el pésame.
PATRICIA_: (seria) Pésame dado, gracias.
MARTITA_: ¿Dónde está el muerto?
JOSEFINA_:(seria) Es que también le vas a dar el pésame?
MARTITA_: (a Josefina) Muy graciosa.
PATRICIA_: Está en la habitación.
CARLOTA_: Sí, pero ha tenido muchas visitas en toda la mañana y ahora mismo le toca descansar.
MARTITA_: Vaya, parece que el ambiente está un poco cargado.
JOSEFINA_: Eso se soluciona abriendo la puerta para que se pueda ir la mala uva.
MARTITA_: Vale, vale, que ya cojo la indirecta, me voy, (con retintín) no os hago perder más el tiempo, ya veo que desde que os dejó Fernando la casa está un poquito más desordenada (se marcha sonriendo)
PATRICIA_: (asustada) ¿Y por qué ha dicho que no os hago perder más el tiempo?
JOSEFINA_: (acercándose al sofá); Esta mujer me pone siempre nerviosa y de mal humor, ¿Y por qué dijo que la casa estaba más desordenada desde que murió Fernando? (Se sientan las tres en el sofá, Carlota en medio de las dos)
CARLOTA_: Eso nos debe de dar igual, tenemos que seguir con nuestro plan pase lo que pase.
(APAGÓN)
CUARTO ACTO
Se abre el telón y el salón de la casa aparece solitario. Son las 16:00 horas. (Suena el timbre)
(Se escucha la voz de Patricia desde la habitación); Ya voy (Sale de la habitación y abre la puerta, entra Rita vestida de negro con el Sacerdote)
PATRICIA_: Pasen por favor. (Entran los tres al centro de la escena)
PATRICIA_: Vaya, no sabía que os conocierais? ¿también sois familia?
RITA_: (un poco nerviosa); No! claro que no! mi queridísima prima, nos hemos encontrado en el descansillo.
PATRICIA_: Ah! claro… sentaos por favor, voy a avisar a mi cuñada Carlota que está el Padre…
SACERDOTE_: El Padre Don José!
PATRICIA_: Eso!, el Padre Don José, si me permite en un momento le atenderemos.
SACERDOTE_: Gracias, es usted muy amable. (En cuanto se mete Patricia en la habitación…)
SACERDOTE_: (a Rita, nervioso) Como estas señoras se den cuenta de que no soy
sacerdote de verdad, nos vamos a meter en un lío muy gordo!
RITA_: Calla! que te pueden escuchar, ya te lo he dicho antes, no abras la boca! Los curas rezan en silencio, solo haz lo que ellas te digan, eso sí, pon cara de mucha pena que en esta casa lo usan mucho ¿lo has entendido? o te lo vuelvo a repetir?
SACERDOTE_: Tú y tus líos!
RITA_: Si quieres que nos casemos pronto y que nos vayamos a vivir a Puerto Rico tienes que hacer lo que yo te diga, así que vete rezando un Padre Nuestro que falta nos hace.
SACERDOTE_: Bueno y qué es lo que tengo que hacer exactamente?
RITA_: Otra vez? Es que nunca te enteras de nada, normal si nunca me escuchas!
SACERDOTE_: Como siempre dices tantas cosas en tan poco tiempo
RITA_: Calla y escucha! Como nuestro plan “A” fracasó, ya que yo quería convencer directamente a Fernando a través de mis virtudes de mujer…que no son pocas… que siendo su prima tendría algún derecho a percibir algo de su gran fortuna…pero visto que el tal Fernando está más tieso que nosotros tenemos que pasar al plan “B”, ahí es donde entras tú.
SACERDOTE_: Bueno y tú que tienes que ver en el plan “B”?
RITA_: Mira que eres torpe! como en el plan “A” me pasé por prima, tengo que seguir siendo la prima de Fernando en el plan “B”, si no, levantaríamos sospechas, de todos modos nos viene bien porque así podré vigilar, mientras tú vas buscando el Boleto en la habitación, es muy probable que Fernando lo haya guardado allí.
SACERDOTE_: Como salga bien el plan “B”¡me meto a cura!
RITA_: Escucha bien lo que te digo, tienes que hacerlo lo mejor que puedas, si lo conseguimos nos quedamos con ¡todo! y no con la caridad de nadie como pensábamos hacer. (Salen Carlota, Josefina y Patricia de la habitación) (Carlota visiblemente afectada, lleva un pañuelo y el porta retrato) (Rita y el sacerdote se levantan del sofá)
CARLOTA_: Buenas tardes Padre ha sido muy generoso en acordarse de esta familia de esta forma tan poco lucrativa (le besa la mano)
SACERDOTE_: (nervioso) Señora! no hace falta que me bese nada! es mi deber y lo hago, porque hay que hacerlo, no se hable más (cada vez más nervioso) siempre en nombre de Dios, pensando en Dios, hablando con Dios, rezando con Dios, soñando con Dios….
PATRICIA_: ¡Por Dios!
SACERDOTE_:(a Patricia)! ¿Usted también es cura?¡
PATRICIA_: No!
CARLOTA_: Bueno dejemos de alargar la conversación, y cuando quiera Padre puede empezar (dramatizando y señalando la habitación), en la habitación se encuentra el cuerpo presente de mi pobre maridito.
SACERDOTE_: Sí ya
JOSEFINA_: ¿Ya lo sabía usted?
(Rita le da un pisotón al sacerdote)
SACERDOTE_: (gritando por culpa del pisotón) No lo sabía! solo me lo he imaginado
PATRICIA_: Claro, usted debe tener ya tanta experiencia en estas cosas.
SACERDOTE_: (metiéndose en su papel, se pone serio) Claro, claro, si no es molestia necesitaría estar a solas con el difunto para así preparar mis oraciones en el más absoluto de los silencios.
CARLOTA_: No se preocupe todo lo que necesite no dude en pedírnoslo, (a Josefina) madre acompáñalo a la habitación por favor.
SACERDOTE_: Gracias señora.
JOSEFINA_: Venga conmigo. (Se marchan a la habitación)
CARLOTA_: (seria) Y usted Rita, qué hace tan temprano aquí, todavía queda más de una hora para que comience la ceremonia.
RITA_: Claro mi querida Carlota, solo quería asegurarme de que todo saldría bien en un momento tan delicado para la familia.
PATRICIA_: Es usted demasiado amable con nosotras.
RITA_: Todo sea por mi queridísimo primo Fernando, que en paz descanse, estos gestos de cariño serían como su última voluntad.
CARLOTA_: Bueno pues nosotras estaremos en la cocina preparando el café antes que se llene la casa de vecinas.
RITA_: No os preocupéis por mí, yo estaré bien aquí., si alguien toca la puerta…yo abriré, no es ninguna molestia.
PATRICIA_: Después de todo forma parte de la familia.
RITA_: Gracias. (Carlota y Patricia se van a la cocina y al mismo tiempo sale Josefina de la habitación)
RITA_: (nerviosa) Qué!? qué ha pasado?
JOSEFINA_: (tranquila) Qué ha pasado de qué?
RITA_: No sé…si ha ocurrido algo?
JOSEFINA_: Es que tiene que ocurrir algo?
RITA_: (quitando importancia) No, no, naturalmente que no…
JOSEFINA_: (seria) Entonces?
RITA_: Entonces nada.
JOSEFINA_: Y mi hija y su cuñada?
RITA_: Están en la cocina preparando el café.
JOSEFINA_: (cogiendo el bolso) Mientras tanto, iré a comprar algunas pastitas que seguro que harán falta, (a Rita que se ha sentado) no me acompaña.?
RITA_: (nerviosa) No! no puedo…es que…tengo que quedarme aquí…para…abrir la puerta!
JOSEFINA_: ¿Qué puerta?
RITA_: La de la entrada, o la de salida, según como se mire (sonríe)
JOSEFINA_: (extrañada) Bueno pues, hasta luego, y que le vengan mucha gente o que le salgan
RITA_: Adiós y, gracias. (Rita se queda sola en escena)
RITA_: Por fin! creía que no se iba a ir nunca, voy a ver cómo le va a este torpe de clérigo! que seguro que ya estará metiendo la pata (se marcha a la habitación)
(APAGÓN)
QUINTO ACTO
Aparece Fernando con Martita, la vecinita del octavo, ambos con linternas. (Llegan al centro de la escena mirando de un lado a otro, con preocupación)
MARTITA_: ¿Dónde dijiste que lo habías guardado?
FERNANDO_: Habla más flojo que te pueden oír
MARTITA_: Ay Fernando, me encantaría verle la cara de soponcio que se le pondría a tu mujer y a tu suegra si te vieran ahora mismito.
FERNANDO_: (hablando bajo) Déjate ahora de chistes que esto es una cosa muy seria.
MARTITA_: (sonriendo) Y tan seria que estamos en tu propio velatorio.
FERNANDO_: Chis! he dicho que bajes la voz que mi suegra tiene el oído muy fino.
MARTITA_: La verdad no entiendo porqué te has metido en este lío tan gordo.
FERNANDO_: Quiero recordarte que todo esto lo hago por ti, vamos por nosotros y además, es un lío que me he metido sin querer queriendo.
MARTITA_: Claro, como no te atreves a plantarle cara a tu mujer, te pasas por muerto! bonita solución!
FERNANDO_: Lo que no me atrevo es a plantarle cara a mi suegra, y además, no me he pasado por muerto, son ellas las que piensan que ese muerto soy yo ¿qué culpa tengo?
MARTITA_: (con reproche); Ya, y seguro que si no fuera porque pensaran eso te
hubieras ido al Caribe con tu mujer en vez de conmigo.
FERNANDO_: Ahora no me montes ninguna escenita, guárdalas para después de mi entierro, y alegra esa cara, hay que saber aprovechar las ventajas que te regala la vida y a mí, me ha regalado mi propia muerte sin proponérmelo!
MARTITA_: Bueno, vamos a lo que vamos ¿dónde lo guardaste?
FERNANDO_: Precisamente en un sitio donde detesta mi mujer mirar.
MARTITA_: Cuál? en el cajón de tu ropa interior?
FERNANDO_: No tonta! en el porta retrato de nuestra foto de boda!
MARTITA_: Allí?
FERNANDO_: Sí, allí! siempre que pasaba por su lado intentaba no mirarlo, no sé el por qué, decía que le entraba dolor de cabeza, con lo guapos que salimos.
MARTITA_: Bien, pues solo hace falta ir a cogerla y problema resuelto, dónde está?
FERNANDO_: En mi mesita de noche, la puse allí para que no se acercara mucho a mis cosas, ya sabes cómo son las esposas, te lo registran todo.
MARTITA_: Pues vamos a tu habitación antes que esto se llene de gente.
FERNANDO_: Sí, pero hay que tener mucho cuidado, porque si en la habitación está el supuesto Fernando muerto, como tú misma pudiste observar cuando entraste esta mañana con la excusa del pésame, seguro que dentro habrá alguien velándolo.
MARTITA_: Entonces tendré que entrar primero yo sola y después… (sale Rita de la habitación)
RITA_: Buenas tardes (Fernando y Martita se vuelven sorprendidos y nerviosos esconden las linternas en sus espaldas)
FERNANDO_: Buenas tardes señora., usted quién es?
RITA_: Soy Rita, la prima de Fernando.
FERNANDO_: (sorprendido) ¡Mi prima!?
RITA_: ¿Cómo dice?
FERNANDO_: Quiero decir ¿la prima de Fernando?
RITA_: Sí, es que ocurre algo?
FERNANDO_: No, no, solo que, no sabía que Fernando tuviera alguna remota prima
RITA_: Pues vaya novedad, no me cuenta nada nuevo, ¿y vosotros no os vais a
presentar?
MARTITA_: Naturalmente, somos vecinos de Fernando, yo me llamo Marta, él es mi marido Don … Don Carlos, vivimos en el octavo.
RITA_: Pues mucho gusto.
FERNANDO_: El gusto es nuestro, siempre es un honor conocer a la familia de Fernando, que por cierto, era una persona maravillosa, .la verdad, yo nunca le pude sacar ningún defecto, siempre me cayó tan bien!
RITA_: Ya me he dado cuenta de que aquí lo aprecian mucho, pero siento en comunicaros que la ceremonia no empieza hasta dentro de una hora (mirando el reloj)
FERNANDO_:Ya lo sabemos, lo que pasa es que, queríamos venir un poco antes, para poder darle el último adiós a este gran hombre sin el bullicio que se forma cuando se llena de vecinas (se pone serio) estas cosas serias hay que hacerlas con seriedad.
MARTITA_: Y como solo ocurre una vez en la vida…
RITA_: Lo entiendo perfectamente, a mí también me pasa lo mismo, de allí vengo, de velar a mi pobre primito con la seriedad que se requiere en estos momentos.
MARTITA_: ¿A usted también le gusta darle el último adiós a solas?
RITA_: Tampoco se trata de gustos sino de necesidad.
FERNANDO_: ¡Qué coincidencia, nosotros venimos con la misma necesidad…!
RITA_: Si que es coincidencia, pero me parece que os tenéis que conformar en despediros con el acompañamiento religioso de un sacerdote.
MARTITA_: (desilusionada); ¿Un sacerdote?..
RITA_: Sí, es el Padre Don José, comprender que para esta escena tan dolorosa como es
la despedida para siempre de un gran vecino… eso ayuda mucho…
FERNANDO_: Claro que lo entendemos, siempre se ha dicho que la Iglesia está metida en todas partes.
RITA_:(seria) Y más en un velatorio…
MARTITA_: Sí que pega un cura en un velatorio…
RITA_: Pues entonces, perdonarme, en un momento vuelvo, voy a avisar al Sacerdote que deseáis pasar.
FERNANDO_: Gracias es usted muy amable. (Se marcha Rita)
FERNANDO_: (a Martita) Desde luego que a mi entierro no le falta ni lujo de detalles.
MARTITA_: Sí pero, ahora qué hacemos con un cura delante?
FERNANDO_:(tono de valiente) Tenemos que coger el porta retrato aunque tengamos que enfrentarnos a un cura!
MARTITA_: ¿Y cómo nos vamos a enfrentar a él?
FERNANDO_: Muy fácil, tú te encargas de enfrentarle lo que sabes enfrentar, y cuando el curita esté distraído con tu enfrentamiento yo me encargaré de coger el retrato y me lo guardaré debajo de mi chaqueta.
(Se escucha gente hablando)
FERNANDO_: (nervioso) Corre!! vamos a escondernos que creo que viene gente
MARTITA_: (nerviosa, mira de un lado a otro) ¡Por dónde!
FERNANDO_: Mira que has perdido práctica! (Se esconden detrás del respaldo del sofá) (Y aparecen en escena Carlota y Patricia, que vienen de la cocina) (Carlota sigue llevando el porta retrato)
PATRICIA_: Ya está todo listo para la ceremonia
CARLOTA_: ¿Dónde se habrá metido Rita?
PATRICIA_: Vete tú a saber, esa mujer es muy rara., demasiado cariñosa y creo que hasta lo hace esforzado
CARLOTA__: A mí también me huele mal, para mí que esa simpatía esconde algún interés que tú y yo sabemos perfectamente cuál es.
PATRICIA_: Los 100 millones del boleto de lotería, un anzuelo muy sabroso, lo que tampoco entiendo es cómo se ha enterado de la noticia.
CARLOTA_: Sí que es bastante sospechoso.
PATRICIA_: (se fija en Carlota) Bueno y te vas a pasar todo el santo día llevando en lo alto el porta retrato de vuestra boda?
CARLOTA_: Claro mujer, hoy es el entierro de Fernando y algún homenaje habrá que hacerle, aunque me pese mucho decirlo y además, tendré que hacer el papel de viuda desgraciada delante al menos de las vecinas, después de todo, el mirar al retrato me ayuda para que me entre ganas de llorar
PATRICIA_: Pobre hermano mío, no hables así de él, si Fernando pudiera levantar ahora la cabeza….
(En ese momento, Fernando levanta la cabeza detrás del sofá)
PATRICIA_: Y viera en este circo en que se ha convertido su pobre entierro
CARLOTA_: (con tono de reproche) Pobre porque él quiso, porque si nos hubiera dicho antes de morir dónde estaba el boleto hubiera tenido un entierro por todo lo alto. (Suena el portero)
PATRICIA_: Ya voy yo será alguna pesada que querrá darnos el pésame
CARLOTA_: El pésame me tendrán que volver a dar como no encontremos el boleto a Tiempo (coge el bolso) voy a comprar unas pastitas que seguro que harán falta (a Patricia) toma guárdame el porta retrato en la habitación.
PATRICIA_: Mejor será, porque como te vean las vecinas llevar a cuesta el porta retrato en la calle también, van a pensar que estás loca! (se marcha a la cocina) (Al quedarse sola la escena, salen Fernando y Martita; siguen mirando de un lado a otro)
MARTITA_: (enfadada) Has visto Fernando qué brujas!?

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