Padre rico, padre pobre

PADRE RICO PADRE POBRE

He leído algunos libros sobre superación personal y de los que más he disfrutado es el alquimista de Paulo Coelho y padre rico padre pobre de Robert T. Kiyosaki; dos grandes obras que cambiaron mi forma de ver el entorno terrenal, quizás tienen el mismo objetivo que es perseverancia; pero son libros muy diferentes uno me habla sobre mi historia personal, que cuando el universo conspira para que tus anhelos se cumplan no hay nada que te detenga y el otro sobre el trabajo arduo, la comodidad, las finanzas, etc.

En esta ocasión les hablare de la segunda obra, “Padre rico Padre pobre” que ha alcanzado millones de copias vendidas y traducida en 40 idiomas por lo cual se ha convertido en el libro más vendido de este género.

Robert T. Kiyosaki era influido en su vida por dos grandes personas al que le llamaba padre, uno de ellos biológicamente y el otro era el padre de uno de sus mejores amigos.

Su papa biológico era el padre pobre aunque no en sentido literal ya que era director de educación de Hawaii, un hombre muy inteligente y educado, tenía doctorado y estudios importantes en universidades muy prestigiadas como Stanford, Chicago y la universidad del Noroeste.

Por el otro lado el padre rico, quien no había terminado la secundaria, había dejado la escuela a los 13 años tenía un salario menor al otro.

 Ambas personas fueron exitosos en lo que laboraron, trabajaron duro toda su vida, tenían ingresos formidables además de ser influyentes en la vida de Robert.  Cada uno de ellos creía potencialmente en la educación pero no de la misma manera.

Mientras el padre pobre se enfocó en la educación académica forzándolo a sacar excelentes notas académicas por el resto de su vida para poder conseguir un trabajo estable con prestaciones y seguros.

El padre rico lo enfoco en la educación financiera;  le enseño a conseguir un trabajo para aprender y adquirir las habilidades necesarias para poder iniciar su propio negocio en algún momento y no depender de la burocracia. A comprender como funcionaba el dinero y que radicalmente ello trabajara para mí. “yo no trabajo para pagar dinero!”, eran palabras que el repetía una y otra vez: “¡el dinero trabajara para mí!”.

Obviamente tenían ideas muy diferentes, los pensamientos abarcaban incluso en la manera de resolver problemas o en caso contrario en las oportunidades que se presentaban. El padre rico se preguntará a sí mismo: ¿Cómo puedo enfrentar esto? Esto lo fuerza a pensar y descubrir una solución creativa, lo inverso  que el padre pobre la rechazará diciendo: es mucho esfuerzo, no podré lograrlo. Uno enseñaba a asumir el riesgo mientras el otro optaba por evitarlo e ir a lo seguro.

Lección 1

Los ricos no trabajan por dinero

En este capítulo inicia contando la historia de cuando Robert. T.Kiyosaki estaba en las primeras etapas de su vida con apenas nueve años de edad, él tenía un amigo llamado Mike quien era el verdadero hijo biológico del padre rico. Ambos estudiaban es una escuela donde la mayoría de los niños pertenecían a la clase alta de la localidad, ellos no pertenecían a ese estatuto pero como Vivian cerca de la institución, estaban inscrito en esa escuela.

Menciona  que un día se sintió discriminado a no ser invitado a la casa de playa de un compañero de su escuela, por ser los únicos niños pobres de la clase. Pasmado por lo que él estaba viviendo decidió preguntarle a su padre como podía volverse rico a lo que el padre reveló: “si quieres ser rico, tienes que aprender hacer dinero”.

Siguiendo el consejo que su padre le había dicho, literalmente fue lo que realizo  “Hacer dinero”. Robert y su mejor amigo Mike se pusieron manos a la obra, se asociaron para montar su primera empresa, recolectando por algunos días tubos de pastas dentales hechos de plomo para poder fundirlos y hacer monedas, en la historia relata que tuvieron algunas complicaciones como es el espacio que ocupaban ya que la madre quería mantener limpia esa área que ocupaban y les dio una prórroga de una semana además de conseguir la lista de material para emprender su proyecto.

El último día vigente se dispusieron a culminar sus planes y crearon monedas de plomo. Al entrar el padre de Robert se dio cuenta de que es lo que estaban haciendo los niños así que explico que lo que estaban haciendo era falsificar moneda y que esto era claramente ilegal y les sugirió que si querían aprender hacer dinero mejor hablaran con el padre de Mike, quien aunque no había terminado la secundaria, dirigía varios negocios muy exitosos.

Robert y Mike se sintieron desanimados porque su primer negocio fue rotundamente un fracaso y en el primer día de su apertura, pero la incertidumbre de volverse rico tomaron el consejo del papa de Robert y fue como se presentaron con el padre de Mike quien estuvo de acuerdo en enseñarles a hacer dinero, pero bajo sus propias condiciones, comenzando por trabajar tres horas los Sábados en la mañana en una de sus tiendas de abarrotes, con un pago de sólo 10 centavos la hora.

Con el paso del tiempo Robert se sentía un esclavo trabajando por 10 centavos la hora. Incluso su padre biológico, estaba disgustado y le aconsejó que renunciara si el padre de Mike no le daba un aumento. Así  que Robert a sus 9 años  fue a ver a su padre de Mike para decirle que era  un tramposo porque no le había enseñado nada, y protestó entre sollozos que merecía un mejor sueldo. A lo que el respondió: Aunque no lo veas, te he dado la primera lección, dándote una prueba de lo que la gente pobre y de clase media hace: soportar un trabajo que odian hacer por una paga que en la mayoría de los casos no les satisface, pero aun así van a trabajar,  porque trabajan por dinero.  Mientras los ricos, en cambio, hacen que el dinero trabaje para ellos, en otras palabras le enseño la diferencia entre ser empleado o ser empresario.

Acepto la lección y siguio con el trabajo durante muchas semanas más, siguiendo los consejos del padre rico. Con el paso del tiempo y  basados en esta enseñanza, relata que pasados algunos días encontraron una primera oportunidad de negocio abriendo una biblioteca de Comics, pues notaron que los ejemplares viejos eran desechados por la gerente de la tienda donde trabajaban y eran devueltos al distribuidor de los mismos. Decidieron entonces hablar con la gerente y el distribuidor para poder quedárselos con el compromiso de no revenderlos. Así que Una vez ya teniendo el inventario suficiente, Robert y Mike abrieron su biblioteca y cobraban 10 centavos a sus compañeros por leer los comics sin fuerza de venderlo.

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