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Pedro Páramo (Religión)


Enviado por   •  2 de Mayo de 2015  •  2.228 Palabras (9 Páginas)  •  269 Visitas

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“Pedro Páramo”

(Religión)

Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno conocido mejor como Juan Rulfo nació en Acapulco Jalisco en 16 de Mayo en 1997. Fue un escritor, guionista y fotógrafo mexicano. Juan rulfo fue uno de los grandes escritores latinoaméricanos del siglo XX. En sus obras se presenta una combinación de realidad y fantasía. Pedro Páramo esta contada en una mezcla de primera y tercera persona.

Esta novela nos narra diferentes historias, contadas por otros personajes y conformé la historia de va desarrollando se va adquiriendo profundidad y tomando sentido todo lo contado por los demás personajes. Dentro de su brevedad, determinada por el rigor y la concentración expresiva, Pedro Páramo sintetiza la mayor parte de los temas que han interesado siempre a los mexicanos, ese misterio nacional que el talento de Juan Rulfo ha sabido condensar por medio de los cotidianos habitantes de Cómala.

En esté ensayo analizaré la importancia de la religión en la novela “Pedro páramo” así como se mencionará algunos valores sociales, que estan estrechamente relacionada con la historia y que tengo que mencionar, ya que tambn van con la religión.

Para comenzar, explicare lo que es la religión y con un enfoque en México La religión es el resultado del esfuerzo del ser humano por contactar con el "el más allá". La experiencia religiosa proporciona explicaciones globales e interpretaciones acerca del mundo. Las religiones tradicionales se basan en un intensa ceremónia de intercambio de los vivos con sus ancestros y a su vez con el mundo espiritual que les rodea. A través de ritos, sacrificios, ceremonias y oraciones, la gente intenta establecer contacto con una fuerza superior. Actúan así para obtener protección, pero también inducidos por el miedo y esperanza. El sentimiento religioso es conflictivo: un ser divino crea y controla el mundo, por lo tanto el individuo gana una sensación de confort a través de la veneración. Sin embargo, los devotos también se sienten "atemorizados" por este ser omnipotente y posiblemente omnisciente. Al tener este “temor de ser enviados al infierno o más bien obtener la salvación de sus almas, los habitantes de Comála buscan que alguien ruegue por sus almas, es por esto que Juan Preciado se va encontrando todas esas personas en el pueblo, que en realidad son almas en pena.

El eje principal del mundo recreado en Pedro Páramo es la religiosidad. . Se trata de una religiosidad sui generis que proveniente del sincretismo entre la tradición católica (el continuo arrepentimiento durante la vida para alcanzar la salvación después de ella) y las tradiciones propias del campo (el cielo y el infierno dentro de los límites de lo cotidiano, el eterno retorno en el tiempo propio de la tradición agrícola). La religiosidad de la gente de Comala es la amalgama de ilusiones y convicciones, de creencias colectivas y personales que construyen una teología popular que mezcla cielo, infierno, vírgenes, santos, dioses de panteones desconocidos (o destruidos y negados), gracia, caída e imposibilidad de redención (¿Quién en Comala está fuera de ella?) y que ajusta todo al orden de lo profano, al tamaño de la gana personal. Por eso, aunque los símbolos católicos usados en la novela sean implacables nadie se somete a ellos, incluso el Padre Rentería, la representación de la tradición cristiana en la novela, desatiende la palabra de Dios: No quería pensar para nada que había estado en Contla, donde hizo confesión general con el señor cura, y que éste, a pesar de sus ruegos, le había negado la absolución:

Ese hombre de quien no quieres mencionar su nombre ha despedazado tu Iglesia y tú se lo has consentido. ¿Qué se puede esperar ya de ti, padre? ¿Qué has hecho de la fuerza de Dios? Quiero convencerme de que eres bueno y de que allí recibes la estimación de todos; pero no basta ser bueno. El pecado no es bueno. Y para acabar con él, hay que ser duro y despiadado. Quiero creer que todos siguen siendo creyentes; pero no eres tú quien mantiene su fe; lo hacen por superstición y por miedo. (…) No hay que entregar nuestro servicio a unos cuantos, que te darán un poco a cambio de tu alma, y con tu alma en manos de ellos ¿qué podrás hacer para ser mejor que ellos que son mejores que tú? No, padre, mis manos no son lo suficientemente limpias para darte la absolución. Tendrás que buscarla en otro lugar.

¿Quiere usted decir, señor cura, que tengo que ir a buscar la confesión a otra parte?

Tienes que ir. No puedes seguir consagrando a los demás si tú mismo estás en pecado.

(…) ¿No puede usted…? Provisionalmente, digamos… Necesito dar los santos óleos… la comunión. Mueren tantos en mi pueblo, señor cura.

(…) Y el señor cura de Contla dijo que no. (75-76)

Me he extendido en la transcripción porque la cita muestra, de manera extraordinaria, el carácter religioso de los personajes de Comala: el padre Rentería aceptó la destrucción de su grey y se sometió como todos en Comala al poder de Pedro Páramo. Ofició, sin ser absuelto de sus pecados y contra su voluntad, la misa por el alma de Miguel Páramo, el asesino de su hermano y el violador de su sobrina. La religión para el padre Rentería es un titubeo febril, en los demás es eterno incumplimiento. En Comala, la Palabra de Dios sólo importa y es trascendente cuando se amolda al capricho personal o a los límites de la vida diaria ¿Qué saben los querubines, los ángeles y los arcángeles de las ilusiones y convicciones de un pueblo que se ha abandonado a los caprichos y el poder de Pedro Páramo?

Juan Rulfo usa las imágenes religiosas y las referencias al sexo y el asesinato para demostrar la carencia de principios y la carencia de la fe de los personajes en la novela Pedro Páramo. La novela ocurre en Comala que parece un tipo del purgatorio. La ciudad de Comala es una ciudad de fantasmas, de almas en penitencia, de ecos y de voces incorpóreos, y debido a las muchas almas que piden rezos, la ciudad también es llena de murmullos. Rulfo escribe que la ciudad de Comala “está sobre las brasas de la tierra, en la mera boca del Infierno.” (p.67) Aunque la gente de Comala estaba muerta, estaba obsesionado con las ideas de la vida futura y el rezo; incluso asistía a la iglesia regularmente para las confesiones. No hacían estos hábitos debido a la fe si no debido a su necesitad de salvación. Los habitantes de Comala parecían

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