Preguntas Frecuentes Jat

INFORME EJECUTIVO PARA LIDERES DE GRUPO ROMA DEL JUSTO A TIEMPO

El justo a tiempo es una filosofía de trabajo que inicio en Japón en 1976, su creador la empresa Toyota que la creo como un sistema de producción, buscando mejorar los procesos fabriles.

Ésta filosofía se fundamenta en:

La reducción de desperdicios.

La calidad de los productos o servicios.

Un profundo compromiso de todos y cada uno de los integrantes de la organización.

Involucrarse en el trabajo.

Mayor productividad, menores costos, calidad, mayor satisfacción del cliente, mayores ventas y mayores utilidades.

El Justo a Tiempo o mejor conocido como JAT, es una filosofía de calidad, ya que establece un procedimiento para gestionar y reducir el tiempo en la elaboración y entrega de productos, a partir de un proceso continuo y sin interrupciones.

Los propósitos del JAT son:

Minimizar el tiempo total. Que va desde el inicio de fabricación, hasta la facturación del producto terminado.

Optimizar nuestras tareas. Retirando las actividades que no tienen valor en nuestro trabajo, o tareas que hacemos demás (repetir actividades).

Elevar la calidad de nuestro trabajo y productos. Hacer las cosas bien desde la primera vez.

Participación de todos los integrantes de la empresa.

Atacar los problemas de forma rápida y precisa dentro de nuestras operaciones de trabajo. Encontrando el origen de éste y poniéndole solución de forma inmediata, para no repetir la misma actividad.

Diseñar sistemas para identificar problemas. La filosofía JAT indica que cuando aparecen problemas debemos enfrentarlos y resolverlos.

Para poder implementar el Justo a Tiempo, se necesita flexibilidad en el personal, con una actitud favorable para cumplir diversos trabajos, tener capacitación y con ello adquirir diversas competencias , para cumplir bien diversas tareas en áreas que exigen diferentes destrezas. Con ello se pretende una mayor eficiencia y un mínimo de desperdicios .

Ya que con él se pretende una mayor eficiencia en todos los trabajadores, así como la eficiencia y un mínimo de desperdicios.

Para la eliminación de desperdicios se necesita hacer las cosas bien desde la primera vez, consiguiendo con ello elevar la calidad de nuestro trabajo, por lo consiguiente de nuestro producto. Asumir la responsabilidad de controlar el proceso, llevando a cabo las medidas correctoras que sean necesarias.

Aunque esto no debe suceder, ya que repetir o corregir una actividad o producto genera un desperdicio de material, tiempo y mano de obra.

Siempre debemos estar en un mejoramiento continuo. Es mejorar todo constantemente, cumplir un objetivo lograrlo y plantearse otro.

El manejo del Justo a Tiempo nos permite organizar nuestro trabajo y nuestra producción a partir de una programación de actividades, las cuales tienen un tiempo para realizarse. Estas actividades tienen un tiempo muy preciso ya que estas pueden desencadenar un proceso diferente.

Existen actividades que se tendrán que hacer a la par, pero que tendrán la misma fecha de entrega, por lo cual debe existir una comunicación de departamentos o trabajadores, para llegar al mismo tiempo a ese objetivo o producto; y con ello iniciar el otro proceso.

Lo que implica realizar una evaluación del proceso cada semana, para ver hasta qué punto se cumplió de acuerdo con las fechas programadas, qué cambios hubo y qué cosas habrá que reprogramar o planear de nuevo.

Al trabajar con el JAT involucramos de forma inmediata a la calidad , ya que ésta es lo que hace posible al JAT.

“Sin calidad no hay JAT”

La calidad debe ser la meta final de todos los involucrados en la empresa, y con ello llegar a la calidad total, que es el resultado final de una serie de actividades y procesos, que se verá reflejado en nuestro producto.

Para llegar a esta calidad, debemos controlar nuestro proceso de actividades por lo cual debemos: Tener especificaciones buenas y claras (definición de requisitos), capacidad de herramientas y capacitación.

Para implantar el JAT se deben seguir tres fases para lograr su verdadera implantación y que sea parte de la empresa, el vivir el JAT.

Fase de preparación. Se divide en 2 pasos: concientización (visión del JAT) y estrategia. En esta etapa se debe definir por qué razón implantar el JAT. Así como formar una idea detallada y clara del JAT a fin de generar tres visiones: la del proceso físico, la del clima organizacional y la visión del mercado.

La

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