Prologo E Introduccion De: El Culto De La Brujeria En Europa Oxidental ''Margaret A. Murray''
EekJeian7 de Marzo de 2015
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PROLOGO
Han transcurrido más de cuarenta años desde la publicación de The Witch-Cult in
Western Europe, de la doctora Margaret Murray. La mayoría de nosotros ha olvidado
cuan vaga y poco sistemática había sido hasta aquel momento la actitud del mundo
ilustrado para con la brujería. Había habido mas de un serio historiador interesado en los
diversos procesos de brujería pero en su mayoría se ocuparon principalmente del
procedimiento legal o de la crueldad y credulidad de nuestros antepasados. Con una
incredulidad que era casi tan ilógica como la credulidad de otros tiempos, consideraban
a los brujos y brujas como hombres y mujeres alucinados que padecían neurosis e
histerismo. Los folkloristas tendían a tomar una postura análoga. Para ellos, los brujos y
brujas constituían los depositarios de la sabiduría tradicional del ámbito rural y solían
ser inofensivos, pero estaban expuestos a la impopularidad porque eran con frecuencia
de genio áspero y aspecto poco agradable, pretendían ser capaces de hacer hechizos y
eran aficionados a la preparación de cocimientos con fines maléficos. Luego había los
ocultistas, con cierto gusto por el Crepúsculo Celta, que velan la brujería como afín a 'la
adivinación, y los demonólogos de la escuela de Alestier Crowley y Montague
Summers, que asociaban la brujería con las formas más conscientes del satanismo, tales
como la misa negra. Para el vulgo, la bruja no habla dejado de ser la malvada de los
cuentos de hadas aprendidos en la niñez, una horrible hechicera con capa y sombrero en
forma de cucurucho, de nariz ganchuda y largos dedos sarmentosos ávidos de agarrar
niños inocentes con siniestros fines mágicos.
La doctora Murray cambió todo esto. Era ya una distinguida egiptóloga, interesada por
la rama antropológica de la arqueología, cuando empezó sus investigaciones sobre la
brujería. Abordo el tema como un antropólogo; y, según expresión de un escritor
posterior sobre brujería, Pennethorne Hughes, "su enfoque antropológico de lo que se
había convertido en folklore fue lo mejor que habla sucedido en el espacio de varias
generaciones». Un completo y cuidadoso estudio del testimonio aportado por los
registros oficiales de los procesos por brujería en Gran Bretaña la convencieron, como
demuestra este libro, de que el culto de la brujería era una supervivencia de una
Religión precristiana de Europa occidental, un culto de la fertilidad que ella llamó
dianico y que pudo haberse desarrollado antes en Egipto. No se trataba de una teoría
enteramente nueva. Como apunta la doctora Murray, preocupó durante muchos siglos a
los eclesiásticos la continuación de cierta forma de paganismo que ellos correlacionaban
con la brujería. En el siglo XVIII, un aficionado italiano, Girolamo Tartarotti de
Rovereto, vio claramente que muchas de las practicas de las brujas pertenecían a
religiones mas antiguas, pero la falta de profesionalidad de su erudición desacreditó
todo su trabajo. Walter Scott, aunque responsable como nadie de la romanización de la
idea de la brujería estaba plenamente persuadido de que las brujas y las hadas,
particularmente en Europa occidental, eran 'la representación de razas primitivas que
quedaron sumergidas por la acción de invasiones posteriores. Pero nadie había hecho
todavía un examen detenido de los registros legales de los procesos, analizando las
descripciones de los ritos y ceremonias y de la organización de los conventículos
brujeriles, tomando nota de los verdaderos nombres de los brujos y brujas... y sin
encontrar ni un solo nombre anglosajón entre ellos. El rigor de los métodos de la
doctora Murray obligaron aun a quienes más criticaban sus deducciones a tomarlas en
serio.
Porque la doctora Murray ha tenido sus críticos Era natural que ocultistas como
Montague Summers rechazaran totalmente teorías que no pudieran conciliarse con el
satanismo del tipo tan deliciosamente sensacional que ellos propugnaban. Para los
piadosos, por supuesto, fue desconcertante ver a la recientemente canonizada Juana de
Arco arrostrando nuevamente la acusación de ser una bruja; ni estuvieron los
admiradores de George Bernard Shaw muy deseosos de aceptar tal interpretación de los
testimonios. Mas rigurosamente, hubo antropólogos que estimaron que la doctora
Murray tendía a conclusiones que una estricta técnica antropológica no justificaría; y
hubo historiadores que consideraron que el ambiente histórico había sido tratado
demasiado someramente. La doctora Murray no desarticuló esas criticas al escribir otros
libros, especialmente The God of the Witches (1933) y, mas recientemente, The Divine
King in England, en los que, un tanto temerariamente, siguió adelante con sus teorías.
Incluso muchos de sus mas fervientes admiradores encontraron dificil de creer que
tantos monarcas y hombres de Estado hallaran la muerte, como ella suponía, por
cumplir con las necesidades ritualisticas del culto dianico. Tuvo siempre sólidos
testimonios para respaldar sus puntos de vista, pero llegó a aserciones consideradas
injustificables y extravagantes por muchos antropólogos e historiadores.
Sin embargo, la acusación de extravagancia no puede hacerse contra The Witch-Cult in
Western Europe. Algunos de sus detalles de menor importancia pueden ser susceptibles
de crítica. La propia doctora Murray admite que limitó sus investigaciones a Gran
Bretaña y solo ocasionalmente completó sus testimonios con datos procedentes de
Francia o de Nueva Inglaterra. Quizá sea una omisión mas seria, desde el punto de vista
antropológico, la falta de todo intento de relacionar sus descubrimientos con los de los
investigadores de la brujería entre las sociedades primitivas de nuestros días. Pero hay
límites para el tamaño de un libro legible, y no es el menor de los meritos de la doctora
Murray el de escribir de modo tan claro como legible. The Witch-Cult in Western
Europe merece ser reeditado, no sólo por su importancia al demostrar que el tema
merecía un enfoque científico -el cual se 'le ha dado generalmente desde la primera
aparición de esta obra-, sino tambien porque es uno de esos raros libros que combinan
los métodos técnicos y los valiosos hallazgos con una calidad de fascinación que hacen
de su lectura un verdadero deleite. Nos enseña que la brujería existió, efectivamente, a
la vez que nos indica los orígenes y la verdadera naturaleza de este culto; y nos es dado
aprender la lección con gusto.
SIR STEVEN RUNCIMAN
PREFACIO
La masa de material que existe sobre este tema es tan considerable que no me he
propuesto hacer un examen de la totalidad de la ''brujería'' europea, sino que me he
limitado a un intenso estudio de tal culto en Gran Bretaña. No obstante, con el fin de
obtener una mas clara comprensión del ritual y creencias relativos a él, he recurrido a
fuentes francesas y flamencas, visto que el culto parece haber sido igual en todo el oeste
de Europa. Las actas de Nueva Inglaterra no se han publicado, desafortunadamente, ín
extenso; ello es tanto mas de lamentar cuanto que los extractos ya ofrecidos al público
echaron luz, en ocasiones, sobre algunas de las prácticas inglesas. Es mas dificil rastrear
las practicas inglesas que las escocesas o francesas, porque en Inglaterra el culto en
cuestión ya se encontraba en situación de decadencia cuando se establecieron los
registros; por esto los de una colonia puramente inglesa resultarían probablemente muy
interesantes.
Las fuentes de las cuales se toma información son las actas judiciales y las crónicas de
la época. Por lo que respecta a los cronistas, he estudiado sus datos y no sus opiniones.
También he tenido acceso a algunos juicios no publicados de los Archivos judiciales de
Edimburgo y tambien del Registro de Guernsey.
Los artículos que cito a continuación ya han aparecido en varios periódicos, a cuyos
editores agradezco el permiso que tan amablemente me han dado para su nueva
publicación: "Organization of Witch Societies" y "Witches and the number Thirteen", en
Folk Lore; "The God of the Witches", en cl journal of the Manchester Oriental Society;
"Child Sacrifice", " Witches' Familiars ", " The Devil's Mark ", "The Devil's Officers",
"Witches' Fertility Rites" y "Witches Transformations", en Man; y "The Devil of North
Berwick", en la Scottish Historical Review.
Debo dar gracias a Georgiana Aitken, a W. Bonser y a Mary Slater por su amable
y cuantiosa ayuda, así como al profesor C. G. Seligman por sus valiosos consejos y
sugerencias en cuanto a documentación.
M. A. MURRAY
University College,
Londres.
INTRODUCCIÓN
El tema de las brujas y de la brujería ha padecido siempre de las opiniones parciales de
sus comentadores, tanto de aquellos que fueron contemporáneos de los acontecimientos
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