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Prueba de traduccion Down on her knees


Enviado por   •  30 de Noviembre de 2020  •  Trabajos  •  2.157 Palabras (9 Páginas)  •  134 Visitas

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Traducido por AndryGomez

El silencio permaneció, pero esta vez estaba cargado de un promesa, tan clara y verdadera como una canción.

Ella no iba a detenerlo.

Euforia corrió a través de él como una droga, nublando sus sentidos. Entonces, tiro de la punta de su pecho de nuevo, lo suficientemente fuerte que lo sintió. Ella se tensó y gimió, haciendo imposible escuchar nada más que la sangre palpitando en sus oídos. Probablemente todavía no lo sabía, pero estaba lista para esto. Para que alguien―no, no para que alguien, pensó furiosamente, para que el―le enseñara lo que su cuerpo ya sabía.

Lo deseaba desesperadamente. El placer y el dolor. La capacidad de entregarse por completo.

Ahora, si pudiera enseñarle su primera lección sin venirse en sus pantalones, serian una maravilla. Se negaba a pensar en el mañana.

Metió su rodilla entre sus muslos, extendiéndolos lo suficientemente abiertos para que pudiera presionar su pene en la hendidura entre sus nalgas. Empujo fuerte contra ella, dejándola sentir su necesidad, antes de retirarse, con una calma que lo dejo temblando por el esfuerzo, se enderezo pasando las manos hacia abajo por sus costados, hasta llegar a sus amplias caderas otra vez.

Amaba eso de ella. Estaba en forma, pero sus curvas eran deliciosas, no podía esperar a poner sus manos sobre ellas. Retrocedió, y con un movimiento de sus muñecas levanto su falda, mostrando la suavidad redonda de sus nalgas ante su hambrienta mirada, interrumpido solo por la tanga de encaje color durazno situada entre ellas.

Las luces parpadeantes azules y rojas de la sirena de policía motearon su piel de marfil, la necesidad de reemplazar esas marcas con algunas propias se apodero de él como una boa constrictora. Si estuviera en casa, hubiera usado una mini-gamuza… empezar despacio. Suave. Dejándola acostumbrarse al ardor. Entonces se abriría camino.

Siguió el retazo de las bragas con sus dedos, hacia abajo, más abajo, hasta que alcanzo su centro. Mierda. Estaba empapada. Gruño en tono bajo con su garganta y ella silbo mientras él la acariciaba, duro y profundo a través del húmedo Satín.

―Eso es bueno, Court. Muy bueno. Córrete ahora, hasta que tus pies no toquen el suelo.

No era una sugerencia. A pesar de su elogio, su tono fue completamente una orden, y una vez más, él espero con la respiración contenida por su reacción, muy consciente de que, en cualquier momento, algo podría provocarla a decir basta.

Ella no titubeo, meneándose hacia delante, piel rechinando contra el capo mientras cumplía su orden. Quito la mirada de su glorioso culo, porque si no lo hacía no estaba seguro de que podría detenerse de liberar su polla de sus pantalones y hundirla dentro de ella hasta que los dos vieran estrellas.

En su lugar, tomo una larga y lenta respiración, se quedó mirándola. Culo levantado, labios separados, ojos cerrados apretadamente cuando sus dedos arañaban la brillante plata del capo mientras le acariciaba su caliente hendidura.

―Por favor ―susurró, sus caderas vibrando ahora, animándolo a hundir sus dedos más profundos. El movimiento puso a la vista la liga que había colocado alto en su muslo, su estómago se apretó―, necesito…

Envió un largo dedo más allá del húmedo retazo entre sus muslos y lo clavo dentro de ella. Se estremeció contra él, pero fue la forma en que sus paredes lo atraparon, tan perfectamente que sus bolas dolieron de placer por finalizar el acto. Era exactamente esa agobiante necesidad que lo hacía retroceder y regresar lento, empujes burlones.

Protestó, retorciéndose, haciendo suaves, suplicantes sonidos desde el fondo de su garganta, pero él no cedió. No podría ser confiado con sus orgasmos, si no podía manejar sus propios.

―Rafe, no puedo esperar ―sonaba cerca de las lágrimas y eso lo sacudió de sus pensamientos―. Por favor, solo…

No perdió tiempo contemplando el cómo y el porqué de ello. Courtney alcanzó su punto crítico. Era un hombre duro, pero no un monstruo.

Cerró su puño alrededor del ofensivo retazo entre ellos y lo arrancó.

Sus bragas salieron con un chasquido, los metió dentro de su bolsillo antes de deslizar sus dedos de regreso entre sus piernas, cubriéndolos con su sedosa humedad. Llamando cada onza de su resistencia, se concentró en la respuesta de su cuerpo a su toque, ajustando la presión, masajeando su clítoris hasta que no pudiera evitar moverse con él.

―Quiero que te vengas ahora, Court. Hazlo duro. Ruidoso. Hazlo lindo para mí ―metió un dedo en ella, duro y profundo, curvándolo hasta que choco con su punto G con cada empuje.

―¡Oh por dios! Rafe, por favor, fo… ―se metió sus nudillos a la boca y murmuró incoherencias, mientras él trabajaba sus dedos dentro y fuera, duro y rápido. Su cuerpo tembló y se sacudió.

―Mueve tu mano. Quiero oírte ―sus palabras fueron claras, pero no deben de haberse registrado, así que las repitió con una bofetada de acompañante sobre su culo para conseguir su atención.

El chasquido resonó a través de los árboles haciendo eco. Se congeló, pero no antes de temblar atormentada de pies a cabeza. Espero un largo rato, y su paciencia fue recompensada cuando flexionó hacia arriba su culo con la señal universal de―: Por favor señor, ¿puede darme un poco más?

Incluso el bosque parecía contener el aliento mientras levanto su mano en lo alto, enviándola, gritando al conectarse con la suave carne de su culo una segunda vez. Sus jugos empaparon su mano, empujó un segundo dedo para que se uniera al primero, hundiéndolos profundo y hondo, calmado, como un suave agudo sonido construido en su garganta. Entonces ella explotó, su apretado coño tensándose y relajándose sobre sus dedos mientras gritaba. Su polla salto palpitando contra sus confines con la necesidad de unírsele, pero logró recuperar la concentración, ocupándose de su orgasmo, manteniendo sus movimientos largos y constantes hasta que finalmente ella dejó de moverse.

El sonido combinado de sus fuertes respiraciones llegó a sus oídos cuando se tranquilizó, deslizó su mano de su aun incandescente centro. No había elaborado un plan pasado este momento, su cerebro había dejado de funcionar debido a la ausencia de flujo sanguíneo en cualquier lugar excepto el sur.

La palmeo con cuidado en el culo y retrocedió, cada nervio de su cuerpo luchado contra la necesidad de terminarlo. Para precipitarse sobre ella hasta que se viniera tan fuerte que no podría ver con claridad.

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