SECRETARIA DE RELACIONES EXTERIORES
oinotnaantonio24 de Abril de 2014
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SECRETARIA DE RELACIONES EXTERIORES
La Secretaría de Relaciones Exteriores es también reguladora de los trabajos de las misiones ante países y organismos internacionales. La cancillería tiene además adscritos diversos consulados en todo el mundo.
Actualmente México tiene embajadas en casi todas las regiones del mundo, con más de 50 misiones alrededor del globo, y varias de ellas son representaciones regionales.
ANTECEDENTES
Desde el siglo XIX,1 las relaciones exteriores de México se dan justo después del nacimiento de México a la vida independiente, contrajo a la par una serie de intervenciones extranjeras y el no reconocimiento de Estados como el de la Santa Sede y el de la Corona Española. Como resultado de la firma de los Tratados de Córdoba se dio la existencia legal de la nueva nación, a la cual se agregaban, además de sus múltiples problemas, las asechanzas del exterior. Así, se procedió a crear la Junta Provisional de Gobierno, fase previa a la instauración del modelo monárquico que en esa primera etapa de agrupación político-administrativa adoptaría México. Esta Junta Provisional designó a la Regencia del Imperio Mexicano, órgano de carácter ejecutivo que, en su calidad de gobernador interino, nombró al que sería en nuestro ámbito el primer Secretario y le confirió el título de Secretario de Negocios y Relaciones Interiores y Exteriores. Las funciones de éste serían reguladas por el Decreto para el establecimiento de los ministerios del 8 de noviembre de 1821, en el que se señala la creación de cuatro Secretarias de Estado y del Despacho Universal, siendo una de ellas la Secretaría Secretaria de Estado y del Despacho de Relaciones Exteriores e Interiores, para la que se fijó como su ámbito de competencia el atender y despachar todas las relaciones diplomáticas con las partes extranjeras. También se realizaba el comercio en la Nueva España (1521-1786) cuando los españoles comenzaron a exportar las riquezas de México a España.
HISTORIA
La Secretaría de Relaciones Exteriores fue creada por decreto de la Regencia Gobernadora Interina del Imperio Mexicano el 4 de octubre de 1821, con la denominación de Secretaría de Relaciones Interiores y Exteriores y su primer titular fue don José Manuel de Herrera.
La Secretaría quedó instalada en el recinto del entonces llamado Palacio Imperial, en las antiguas estancias del secretario del Virreinato, en lo que hoy es el entresuelo que da a la calle de Corregidora. Lugar que ocuparía durante 80 años, desde 1821 a 1901.
El primer cambio de sede de la SRE ocurrió en 1895. Para entonces las relaciones de México con otros países se habían incrementado gracias al impulso económico del porfiriato basado en el capitalismo liberal. Bajo el régimen de Porfirio Díaz se otorgaron ventajosas concesiones a extranjeros para inversiones en ferrocarriles, minería y fundición de metales, electricidad, banca y otras ramas. La mayoría de los
inversionistas fueron estadounidenses y en menor cantidad ingleses, franceses y de otras naciones.
Como resultado de la consolidación de la Secretaría de Relaciones Exteriores dentro del periodo porfirista y de la organización de la misma, que databa de 1895, se hizo indispensable una nueva sede, pues las oficinas en el Palacio Nacional no permitían ampliación alguna. El gobierno federal decidió comprar, en mayo de 1901, la casa propiedad de don Francisco Espinosa, ubicada en Avenida Juárez, y las casas aledañas de la 3ª calle de Colón, fincas colindantes entre sí.
El periodo posrevolucionario fue un momento clave para redefinir los intereses nacionales y la política exterior. Los principios de no intervención, autodeterminación de los pueblos, solución pacífica de controversias y respeto al derecho internacional, se convirtieron en elementos legitimadores del sistema político mexicano.[1] La doctrina Carranza, sobre la no intervención y autodeterminación de los pueblos, y la doctrina Estrada, sobre el reconocimiento de los gobiernos de los Estados, fueron fundamentales para establecer los cimientos de la política exterior del México actual. Empero, en el terreno internacional México sufría cierto aislamiento por falta de relaciones estables.[2]
El comienzo del siglo XX fue de crisis y conflicto para el país a causa de la Revolución y el prolongado periodo de lucha entre grupos antagónicos, lo que provocó que las relaciones con otros países se interrumpieran o giraran en torno al reconocimiento. El triunfo de Carranza y la promulgación de la Constitución de 1917 fueron factores importantes para estabilizar el país. A partir de 1920 muchos países de América Latina reconocieron a Álvaro Obregón como presidente, y lo mismo hicieron Alemania, Japón, Holanda y, hasta 1923, Estados Unidos.
En 1917 eran nueve las funciones de la Secretaría: 1) Relaciones con las naciones extranjeras, 2) Tratados internacionales y publicación y conservación de los mismos, 3) Autógrafos de los documentos diplomáticos y cartas geográficas de la Nación donde se fijen sus límites, 4) Legaciones y consulados, 5) Naturalización, estadística de extranjeros y derechos de extranjería, 6) Aplicación del artículo 33 constitucional (sobre expulsión de extranjeros indeseables), 7) Extradiciones, 8 ) Legalización de firmas de documentos nacionales con efecto externo y documentos extranjeros con efectos en México, y 9) Gran sello de la Nación.
A partir de la década de 1920 las labores de la SRE se consolidan no sólo con las doctrinas Carranza y Estrada, sino con la participación del gobierno mexicano en la Liga de Naciones, la expropiación petrolera, la integración de México a la Organización de las Naciones Unidas, entre otros ejemplos. Con el paso de los años el trabajo se volvió más especializado y fueron creados nuevos departamentos que atendieran inéditos asuntos de política exterior.
En 1934, cuando Lázaro Cárdenas ocupó la presidencia de la República y hubo una reorganización del Estado, a las funciones de la SRE se agregaron el Servicio Exterior, Derechos de Extranjería y Exhortos internacionales.
Durante la gestión de Miguel Alemán Valdés, en 1946, se agregaron a las funciones de la SRE los asuntos relacionados con los Límites y Aguas de la Nación y las cartas geográficas donde se fijan esos límites.
Las competencias en los ámbitos económico y comercial también iban creciendo, así como los trabajos de publicaciones, prensa, biblioteca, archivo y difusión, por lo que el aumento de actividades demandó también más personal. A partir de 1958, en la administración del presidente Adolfo López Mateos, se sumaron a la SRE las funciones de adquirir, administrar y conservar las propiedades de la nación en el extranjero;
recabar en el extranjero la información útil para la producción agrícola e industrial del país; las relativas a las labores de cooperación, intercambio y comercio internacional; apoyar al Departamento de Turismo y promover el comercio exterior en colaboración con la Secretaría de Industria y Comercio.
A finales de la década de 1950 las dimensiones de la SRE eran tales que sus instalaciones en el centro de la ciudad ya no fueron suficientes. Para mejorar el funcionamiento de la Secretaría se planeó una reorganización y en mayo de 1964 la sede de la Cancillería se mudó al edificio de Petróleos Mexicanos ubicado en avenida Juárez.
Por el trabajo que abarcaba ya la Secretaría, fue evidente la necesidad de una nueva reorganización. El problema no era sólo la cantidad y diversidad de tareas sino el hecho de que las oficinas centrales estaban diseminadas por la ciudad. Estas y otras razones obligaron a construir, ex profeso, un edificio funcional y moderno que albergara a la Cancillería.
El proyecto para la construcción de la denominada Torre de la Secretaría de Relaciones Exteriores surgió en 1963, durante el sexenio del presidente Adolfo López Mateos, y el encargado del mismo fue el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez.3
De acuerdo con la iniciativa del arquitecto Ramírez Vázquez, los edificios que integraran el área para la SRE quedarían ubicados en la Plaza de las Tres Culturas. A la zona arqueológica, la iglesia de Santiago y el ex Colegio de la Santa Cruz, se agregaría la Torre de la Secretaría de Relaciones Exteriores para complementar con un toque moderno las tres épocas distintas. La construcción del inmueble concluyó en 1966, durante la administración del presidente Gustavo Díaz Ordaz.
El sismo de 1985 había afectado la estructura de la Torre de Tlatelolco, y por seguridad fue necesario desalojar el inmueble, lo que hizo necesario rentar otro en la colonia Polanco. Sin embargo, las instalaciones del edificio resultaron insuficientes. En 1997 la Oficialía Mayor de la SRE se dio a la tarea de buscar un inmueble en mejores condiciones. La mejor alternativa fue el edificio identificado como la sede de la Aseguradora Mexicana ubicado en Paseo de la Reforma 175.
En 1980 se aprobó el proyecto para la construcción de un edificio anexo para la SRE en Tlatelolco, pero hasta 1990 la SRE pudo hacerse del terreno de manera definitiva. Los trabajos arqueológicos para la construcción del edifico anexo permitieron sacar a la luz distintas piezas del altiplano central y de la cuenca de México, destacando tres dinteles de madera labrados con personajes relacionados con Tláloc, mismos que quedaron bajo la custodia del INAH.4 Al edificio anexo, diseño del arquitecto David Muñoz Suárez, se le conoce como edificio del triángulo o Triangular
En Tlatelolco se concentra la historia contemporánea de la diplomacia mexicana. La construcción del edificio anexo en el mismo
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